Con más de dos horas de duración, el exbeatle ofrece en el Estadio Azteca un repertorio con éxitos de The Beatles, de Wings y de su etapa solista. Recuerda a John Lennon, George Harrison y George Martin
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©
Fotografías: Internet
Si bien el Estadio Azteca anunció que a partir de las 4 de la tarde abrirían las puertas para que el público ingresara y disfrutara del concierto de Paul McCartney, desde las 12:00 horas seguidores del exbeatle, principalmente aquellos que compraron boleto para zona de cancha, hacían fila para ingresar y estar cerca de su ídolo. Algunos más, aunque pocos, aguardaron desde una noche antes.
A las 9:15 de la noche, Paul, ataviado con pantalón negro, camisa azul claro y un saco azul marino y a las notas de “A hard’s days night”, inició la velada musical que se prolongó casi hasta la media noche.
Éxitos que consolidaron a Sir Paul en sus etapas con The Beatles, Wings y como solista, siendo los del periodo beatlero los más ovacionados y coreados por los más de 48 mil aficionados que se dieron cita, destacando “Hey Jude”, “Let it be”, “Lady Madona”, “Obladi, oblada,”, “Birthday”, pero especialmente, “Here today”, dedicada a su “amigo John (Lennon)” como lo recordó en el concierto; y “Something”, en la que hizo homenaje a su “cuate George (Harrison)”. En ambos, el público interrumpió con el tradicional “Oe oe oe”, adaptándole los nombres de los beatleros fallecidos. Además de “Love me do”, en honor al difunto productor y culpable del éxito del cuarteto de Liverpool, George Martin.
Otros momentos que provocaron que los fanáticos mexicanos se rindieran ante sus pies, fueron las constantes frases en español que decía entre canción y canción: ¡Hola México, buenas noches!”, “Esta noche voy a tratar de hablar un poco de español”, “México: son los mejores”, “Es increíble estar de vuelta” “Son una bola de locos” y “¡Fuerza México!”, esta última, en solidaridad por las víctimas de los pasados temblores del 7 y 19 de septiembre.
Una variedad de bajos eléctricos, y tres intervenciones en piano, fueron los instrumentos con los que McCartney demostró que a pesar de sus 75 años, todavía tiene mucho que ofrecer a sus seguidores de todo el mundo.
Como todo espectáculo que tuvo un costo por persona de 12 mil a 450 pesos, no solo fue el ver a McCartney y sus 37 canciones que conformaron el repertorio, también sus dos pantallas gigantes cilíndricas y un derroche de fuegos artificiales para ponerle más sabor a la fiesta.
En este “One and one tour”, el también caballero de la orden británica, estuvo acompañado en el escenario por el guitarrista estadounidense Rusty Anderson, el bajista norteamericano Brian Ray, el pianista británico Paul Wickens y el baterista estadounidense de origen mexicano Abe Laboriel Jr.
