México

Necesaria una mayor presencia de la ciencia en la sociedad

La Academia tiene que aprovechar la fuerza que le dan sus 2 mil 499 miembros: Mauricio Fortes, Jorge Flores y Arturo Menchaca

Julio Sotelo, José Luis Morán, Jorge Flores, Ana María Martínez,
Arturo Menchaca y Mauricio Fortes, al finalizar la reunión
realizada en el Instituto de Física de la UNAM.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC

La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) es la organización no gubernamental más importante en el sector científico de México y debe avanzar más para lograr un mayor impacto en las políticas públicas, así como trabajar para que la población reconozca la labor de los científicos, y sea la propia sociedad la que impulse una mayor inversión en ciencia, tecnología e innovación, coincidieron los doctores Jorge Flores, Mauricio Fortes y Arturo Menchaca, ex presidentes de esta agrupación.

Los tres investigadores estuvieron presentes en el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México para escuchar la presentación de los planes de trabajo (pueden verse en www.amc.mx) de los candidatos a la vicepresidencia de la AMC para el periodo 2014-2017: Ana María Martínez Vázquez, José Luis Morán López y Julio Sotelo Morales.

Mauricio Fortes, quien se desempeñó como presidente de la Academia en el periodo 1994-1995, sostuvo que la agrupación ha influido siempre sobre muchos sectores y desde su creación ha puesto especial énfasis en la educación, desde el nivel básico hasta la formación de científicos, con la intención de contribuir a mejorar el país, no obstante, donde no ha producido una diferencia muy grande es en el área de desarrollo tecnológico, “eso lo atribuyo a que no hay un lenguaje común entre academia, gobierno e industria, pero creo que debemos ser optimistas pues estamos avanzando hacia allá».

El especialista en teorías cuánticas habló sobre el encuentro que se organizó para conocer los proyectos de los tres aspirantes a la vicepresidencia. Comentó que en la reunión se expresó el interés que existe en la comunidad científica por seguir con la tradición de la AMC, y que las exposiciones de los candidatos no mostraron muchas divergencias, más bien lo que se advirtió fue el diferente énfasis que ponen en diversos aspectos. “Quizá lo más importante que se dijo es cómo le hacemos para tener un impacto más fuerte en el gobierno y en la sociedad en general.”

Respecto a lo anterior, Fortes mencionó que desde hace varias décadas se habla de la necesidad de una política de Estado para la ciencia, un hecho que en la realidad no se ha dado, como tampoco ha ocurrido el crecimiento de la infraestructura científica de las instituciones de educación superior, basta recordar, dijo, que la última institución que se creó y construyó fue la Universidad Autónoma Metropolitana, en 1970. “Todo el retraso acumulado refleja que nuestra voz no es escuchada… no con la intensidad necesaria.”

Por su parte, Jorge Flores, quien presidió la organización en 1976-1977, destacó que lo expuesto por los candidatos a la vicepresidencia de la Academia y las preguntas de los presentes, reflejaron que hay problemas muy específicos que deben ser resueltos, y que en parte ya han sido atendidos, “la gente ve a la AMC como una institución del Distrito Federal, eso ya no es tan cierto como lo fue años atrás, ejemplo de ello son programas como Domingos en la Ciencia, la Ciencia en tu Escuela o las Olimpiadas (de Biología, Química, Geografía e Historia de México)”.

El experto en física teórica coincidió en que la comunidad científica no tiene todavía la relevancia que debería tener e indicó con sentido del humor que “eso es, como dicen las abuelitas, que los buenos le ganan a los malos cuando los buenos son más, y nosotros ya no somos tan poquitos”.

En tanto Arturo Menchaca resaltó que el Instituto de Física tiene entre sus investigadores a seis ex presidentes de la AMC, por lo cual calificó de importante el hecho de que los candidatos presentaran su plan trabajo en esta institución:

“Cada uno de ellos tiene algo que ofrecer a la Academia, lo que es de especial importancia para mí, porque eso refleja que hay gente de gran calidad académica que quieren estar en esta institución, me doy cuenta que estamos en buenas manos. Los académicos hemos estructurado una Academia que funciona y tiene prestigio, lo que falta es aumentar la presencia en un sentido amplio, que el presidente (en turno) diga algo y que se oiga, y que nos hagan caso”, subrayó quien fuera presidente de la asociación civil en la pasada gestión.

En ese sentido, el especialista en física nuclear experimental destacó que resulta de capital importancia el reconocimiento social, el que ya han conseguido sectores como el de cultura: “En el mundo de la cultura es mucho más clara la percepción pública que existe, un ejemplo es el homenaje que se les hace a escritores, no hay nada equivalente para científicos que hayan muerto, porque tenemos menos presencia… y la instancia para impulsarla es la Academia, dejar de dirigirnos a los presidentes (de la República) y dirigirnos más a la sociedad.”

Por separado, los tres ex presidentes coincidieron en que es una ventaja el número y la calidad de los miembros de la Academia Mexicana de Ciencias —dos mil 499 científicos—, lo que se tiene que aprovechar para avanzar hacia la economía del conocimiento y no seguir siendo un país en vías de desarrollo.

El candidato que resulte ganador de la elección que se lleva a cabo del 2 al 19 de junio, se convertirá posteriormente en presidente para la gestión 2017-2020, de acuerdo con los estatutos de la agrupación. A partir del próximo Consejo Directivo, los cargos tendrán una vigencia de tres años, luego de las modificaciones que se realizaron a normatividad de la AMC en 2013.

Revista Protocolo

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