Aunque inició originalmente para elaboración y consumo personal, el mezcal Carreño actualmente se vende exitosamente en el mercado mexicano
Texto y fotos: Luis Felipe Hernández para la revista Protocolo Copyright©
Ah que Don Apolonio Carreño, ese buen hombre compartido y generoso, que a inicios del siglo 20 organizaba grandes comilongas en su hacienda en Oaxaca, a la que acudía todo el pueblo del Valle Central.
En ocasiones, eran menús de barbacoa, en otras, antojitos tradicionales como quesadillas y garnachas, probablemente, los pueblerinos llegaron a probar guajolote, pollo y todas esas delicias auténticas de la gastronomía oaxaqueña; sin embargo, si bien cada comida era distinta, hubo un elemento que siempre estuvo presente para acompañar tan sagrados manjares: el mezcal.
Y es que, aparte de ser la bebida predilecta de Don Apolonio, tuvo la fortuna de que en su enorme terreno, gozaba de tener tierras ideales para la siembra y cosecha de agave; por lo que entre tanta servidumbre, tenía trabajadores dedicados únicamente al proceso de destilación de este licor.
Don Apolonio murió, pero la tradición de promover el mezcal, está más viva que nunca; ya que, sus nietas, se han dedicado a seguir explotando las tierras de agave y crear actualmente, una marca mezcalera que en tan poco tiempo en el mercado, ha sabido colocarse como una de las mejores, ya que sus tres etiquetas, han sido condecoradas con medallas de Gran Oro, Oro y Plata por la Academia del Mezcal y del Maguey en su Concurso Nacional de Marcas de Mezcal y Destilados Mexicanos; así como el ser recomendados por reconocidos sommeliers como Pilar Meré.
Así, el legado de Apolonio Carreño se ve reflejado en Carreño, el mezcal del Don; bajo los nombres de Espadín, El Ensamble 7 y Tobalá; cada uno con distintos grados de alcohol e ingredientes, para todos gustos y paladares, y que actualmente está al alcance del público en algunas licorerías y mezcalerías de todo el país, en distintas presentaciones y precios.
Recientemente, representantes de los medios de comunicación tuvieron la oportunidad de degustar de Carreño, el mezcal del Don, guiados por las nietas de Don Apolonio, mientras se maridaban con distintos bocadillos mexicanos.
Revista Protocolo
