Tenemos la posibilidad de acrecentar nuestro potencial, siempre que lo hagamos con esa intención, recta y justa
Dr. Moisés Matamoros Muñoz
Tenemos la posibilidad de acrecentar nuestro potencial, siempre que lo hagamos con esa intención, recta y justa. Aquí una serie de recomendaciones para adentrarse en ese único espacio llamado “Yo”, para una mayor revelación de la Luz y del Amor de Dios presente en cada acontecimiento:
1. Medita con la mayor frecuencia posible
La meditación es una de las mejores formas de abrirte verdaderamente a tu yo superior. Sería ideal meditar con la mayor frecuencia posible, pero algunas meditaciones diarias a este ritmo de vida son difíciles de hacer. Por lo tanto, intenta comenzar con al menos veinte minutos al día. Pero antes de que puedas encontrar el enfoque correcto para tu yo superior, también necesitas encontrar la mentalidad correcta.
2. Tómate el tiempo para practicar la escucha
Esfuérzate por ser un mejor oyente. Siéntate y escucha el silencio del mundo. Apaga tu teléfono y disfruta de todo lo que te rodea. Puede que te sorprenda lo que encuentras y percibes.
3. Trabaja con tu intuición
Nuestro yo superior trabaja a través de nuestra intuición la mayor parte del tiempo. Si quieres conocer tu yo superior, escuchar su intuición, su fortalecimiento planificado o cualquier tipo de trabajo con tu intuición es una excelente manera de acercarse al yo superior. Así que no dejes que tu intuición pase inadvertida, deja que ella te hable.
4. Trata de estar lo más relajado posible en la vida
Cuanto más relajado y tranquilo estés en la vida, más fácil será para tu yo superior establecer contacto y comunicarse contigo. Si estás bajo estrés y tensión todo el tiempo, tu yo superior no podrá ingresar la “contraseña” correcta. Sabemos que esto puede ser difícil, pero es importante. No funcionará sin calmarse.
5. Espera con certeza las respuestas
Haz las preguntas que te gustaría responder y luego espera. No fuerces nada en tu mente para dejar que los mensajes te lleguen. En algún momento, comenzarás a notar algunos aspectos en los que nunca pensaste. Este es tu yo superior. Esta es la parte de ti con la que necesitas trabajar.
6. Habla con tu yo superior
Si quieres conocer realmente a tu yo superior, debes hablar con él. Es posible que te sorprendas de las cosas que escuches de él y de ti mismo cuando comience a hablar. A veces, una breve conversación con él es todo lo que necesitas.
7. Trata de explicar tus sueños
Presta atención a las cosas que están sucediendo en tus sueños y a los eventos que estás experimentando. A veces, el yo superior utiliza los sueños como un canal a través del cual nos dice cosas que son importantes para nosotros. Nos envía mensajes de varias formas.
8. Imagina tu yo superior
Si no puedes hablar cara a cara con tu yo superior, intenta visualizarlo con el tercer ojo durante la meditación y dale forma. Cuando hayas terminado, realmente puedes conectarte y comenzar a comunicarte desde allí. Si todo lo demás falla, prueba esta opción.
9. Sal al sol, o a la luz de la Luna
Cuando haces contacto intencionalmente con tu yo superior, es muy bueno pasar el mayor tiempo posible en la naturaleza. Sal y da un paseo por el bosque bañado por el sol, o estaciona tu automóvil en el borde del bosque y toma el sol a la luz de la Luna. Deja que el puente entre tu conciencia y tu subconsciente se expanda para que tu yo superior pueda cruzar. Sé lo más abierto posible.
Con esta conciencia de Luz, tú, ser de Luz, creatura de Dios, imagen y semejanza del Creador, dirígete a Él diciéndole:
Te pedí dinero, y me entregaste una idea.
Te pedí alguien que me ame, y me hiciste conocer personas.
Te pedí protección, y me regalaste seguridad interna.
Te pedí comprensión, y me llevaste a situaciones donde tuve que aprender a callar.
Te pedí discernimiento, y me indujiste a estudiar.
Te pedí fama, y me llenaste de personas que necesitaban ayuda.
Te pedí más atracción, y me enseñaste a estar solo.
Te pedí éxito, y me llevaste a repetir una y otra vez lo que sabía hacer.
Te pedí que me ayudes a entenderte más, y me mostraste un espejo donde me reflejaba con todas mis cualidades y defectos.
Ahora entiendo amado Dios Lo que la gente pide, no es necesariamente lo que la gente requiere en ese momento. Y es allí donde tu perfección actúa.
Y que a pesar de que muchos navegan en el mar de la suposición acerca de lo que realmente eres, el inicio para conocerte mejor es comprender lo que somos como seres humanos…
Tú, que eres el más humano de todos los Guías a través de Jesús Maestro, sabes más que nadie los más íntimos sentimientos que cargamos.
De nada sirve esconder la realidad, ni llevar una apariencia hueca en el día a día.
Tú, más que nadie Amado Dios, eres realidad, lucidez, eres un Despertar…
Eres un Misterio en el Universo Perfecto e Infinito.
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