Ciencias Alternas

Elegir la verdad o la mentira

Vivir una vida sincera no significa que eres sincero el cien por ciento del tiempo. A veces lo más amable que puedes hacer es faltar a la verdad. Es importante que seamos sinceros con nosotros mismos y que actuemos y hablemos desde un nivel de bondad

Dr. Moisés Matamoros Muñoz

La verdad y la sinceridad son temas que se han debatido por mucho tiempo entre estudiosos, sabios y filósofos. Algunos creen que nunca está bien mentir, mientras que otros creen que hay un momento y lugar para la verdad.

A pesar de la variedad de opiniones, la realidad es que todos decimos mentiras en alguna medida. A veces son mentirillas blancas y, otras veces, son maquinaciones en nuestro beneficio. Esto plantea la pregunta: ¿Pueden darse casos en los que mentir sea lo correcto?

He aquí tres maneras de determinar cuándo la sinceridad es verdaderamente la mejor práctica:

1. Comienza siendo sincero contigo mismo. Más peligroso que cualquier mentira que podamos decir es, de hecho, vivir una mentira. Gran parte de la angustia que experimentamos en la vida es porque nos hemos mentido a nosotros mismos y creemos que la mentira es verdad. A veces tenemos miedo a la verdad o creemos que es más dolorosa que la mentira. La mayoría de nosotros ni siquiera reconocemos que nos estamos mintiendo a nosotros mismos. Se hace cada vez más fácil aferrarnos a nuestras falsas nociones a medida que pasa el tiempo porque eso es lo que siempre hemos hecho.

Para ser una persona profundamente espiritual, debemos basarnos en la verdad, pero eso comienza primero interiormente y después externamente. Hasta que no hayamos tratado sincera y profundamente las mentiras que nos decimos a nosotros mismos, no podremos remediar las mentiras del mundo. La mayor mentira que nos decimos a nosotros mismos es que importa lo que los demás piensen de nosotros. Creemos erróneamente que debemos agradar a las personas, sin importar qué. Al vivir con esa mentira, nos robamos a nosotros mismos, nos privamos de la bondad y la alegría.

Pregúntate: ¿Cuánto de lo que digo o hago es porque quiero agradar a los demás? ¿Qué diría o dejaría de decir, y qué haría o dejaría de hacer, si no estuviese buscando la aprobación de los demás?

2. Considera que es preferible fallar a favor de la bondad. Muy a menudo, las personas deciden que van a decirles a todos la verdad, sin importar las circunstancias, y usan eso como una excusa para la crítica contundente, los insultos o la falta de empatía. La sinceridad puede ser el arma más letal que puedas usar con alguien, ya que tiene el poder de impactarla por años. Es fácil sentirse justificado en nombre de la verdad, pero si la conciencia detrás de lo que decimos no es cuidadosa y bondadosa, entonces no proviene de un lugar espiritual.

No hay absolutos en la vida. Hay veces en las que no decir la verdad es lo correcto. A veces debemos actuar con cuidado a fin de prevenir que alguien salga lastimado o con el propósito de reconciliar a personas. Otras veces necesitamos defendernos a nosotros mismos u otras personas al decir la verdad, aun cuando esto nos incomode. Entonces, ¿cómo sabemos cuándo es necesario faltar a la verdad? La bondad es el barómetro: ¿qué es amable para ti y otras personas?

3. Entiende que tus palabras tienen poder. Cuando mentimos, aun si es una mentira blanca, ejercemos nuestro poder y cambiamos la percepción de la realidad de alguien más. ¡Esto no es algo que debamos tomar a la ligera! Mentir, especialmente a las personas que amamos, crea una reacción en cadena que no siempre vemos. Puede cambiar tu relación contigo mismo y todos los demás. Cuanto más mientes, más se hace parte de quién eres.

Vivimos en un mundo de mentiras. Nuestros ojos nos engañan, recordamos mal las cosas y creemos muchas falsedades. Esta es la naturaleza del mundo físico. La sabiduría de la Kabbalah se refiere a la verdad como la firma del Creador. Si alguien es un mentiroso que voluntaria y premeditadamente miente para su propio beneficio, no para el beneficio de los demás, entonces la Luz del Creador no puede habitar en esa persona. No pueden existir dos realidades opuestas a la vez: si una persona es falsa y miente, y la Luz del Creador es verdad, entonces una persona llena de mentiras no puede tener una conexión significativa con la Luz del Creador. Esto solo limita nuestras bendiciones, dicha y plenitud.

Si te parece necesario mentir, pregúntate: ¿Cuál es el objetivo final de la mentira? ¿Es traer paz y amor entre las personas, o es para tu propio beneficio?

Vivir una vida sincera no significa que eres sincero el cien por ciento del tiempo. A veces lo más amable que puedes hacer es faltar a la verdad. Por encima de todo lo demás, es importante que seamos sinceros con nosotros mismos y que actuemos y hablemos desde un nivel de bondad. Eso es lo que nos conecta con la Luz del Creador y revela bendiciones en el mundo.

La verdad es sempiterna. Pero ¿cómo nos conectamos con ella? Esta es una herramienta muy práctica e importante. Tenemos que preguntarnos: “¿Estoy viviendo la verdad? ¿Estoy concentrando mis energías, palabras y pensamientos en cosas que duran para siempre? ¿O estoy invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo en cosas que no duran, ni pueden durar, para siempre?”.

¿Cuántas veces en nuestros pensamientos y acciones nos involucramos con cosas que sabemos que, si lo pensamos por un momento, no existirán en veinte años? ¿Este asunto, este problema, este miedo o esta duda seguirán existiendo dentro de cincuenta años? Si no existirá, y estamos invirtiendo mucho tiempo en ello, no estamos viviendo la verdad. ¿Cuánto de nuestra vida, palabras, pensamientos o acciones se concentran en cosas que tienen al menos el potencial de durar para siempre? El hecho de que alguien haya dicho algo malo sobre nosotros, y que estemos molestos, no durará para siempre. Que algo haya pasado, y saber que en veinte años ni siquiera será un recuerdo, no durará para siempre. Y si invertimos nuestro tiempo, esfuerzo, palabras y pensamientos en el plano de la falsedad (a falta de una palabra mejor), entonces a eso nos adherimos.

Por lo tanto, tenemos que preguntarnos cuánta verdad estamos viviendo. Cuando compartimos con alguien, esa Luz durará para siempre. Cuando realmente amamos a alguien, ese amor durará para siempre. Cuando estamos conectados con la Luz del Creador, esa Luz durará para siempre. Pero ¿cuánta energía en realidad concentramos e invertimos en eso?

El secreto más grande para conectarnos con la Luz que es perfecta, la Luz que no viene con desafíos, es vivir cada vez más verdad. Cuando los pensamientos, las dudas y los miedos llegan, pregúntate: ¿esto durará para siempre? Si la respuesta es sí, inyecta toda la energía que quieras en eso. Si no durará, ¿acaso no quieres la Luz perfecta? ¿No quieres bendiciones libres de desafíos con las que solo puedes conectarte y solo puedes recibir viviendo la verdad e invirtiendo mucho tiempo, esfuerzo, energía, palabras y pensamientos en lo que potencialmente puede durar para siempre?

Fuente: www.kabbalah.com

Redes Sociales: @moises.matamoros

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