Ciencias Alternas

Energía angelical: Ser uno con la Luz

Una persona que hace el trabajo espiritual como debe ser hecho y alcanza este nivel de conexión con la Luz del Creador, llega a un estado de conexión profundo, y su petición es materializada

Dr. Moisés Matamoros Muñoz

En la historia de la Creación está escrito: “El Creador nos creó con el propósito de desarrollar las mismas habilidades que el Creador tiene. Del mismo modo que el Creador controla la naturaleza, nosotros también debemos llegar a ese estado”.

Rav Avraham Azulái, uno de los kabbalistas favoritos del Rav Berg, presenta una hermosa y poderosa enseñanza. Rav Avraham Azulái quiere decirnos el secreto de los milagros. Él dice que debemos saber que la manera de conectar con la Luz del Creador es despertar un fuerte deseo de estar conectado. Al despertar un deseo por estar conectados con la Luz del Creador tanto a través de realizar el trabajo espiritual como a través del deseo de trabajo espiritual, una persona usa el alma en lugar del cuerpo y lo espiritual sobre lo físico, y por consiguiente debe llegar al estado que Rav Áshlag llama devekut: la unificación de nuestra alma a través de nuestro trabajo espiritual y la eliminación del ego. La persona luego se eleva a un estado en el que el mundo entero está por debajo de ella y el trabajo espiritual está por encima. Llega a un estado en el que hace lo que quiere en este mundo. Llega a un estado superior.

Luego Rav Avraham Azulái profundiza un poco más. ¿Qué dirige a este mundo? El concepto de los ángeles, del cual hablan los kabbalistas y el Zóhar. ¿Qué hace que el sol salga en las mañanas y que los océanos fluyan? Los ángeles por los que son controlados. Una persona que hace el trabajo espiritual como debe ser hecho y alcanza este nivel de conexión con la Luz del Creador, llega a un estado de conexión profundo, y su petición es materializada. Debido a que una persona que realmente hace el trabajo espiritual al final llega a un estado en el que está hecho uno con la Luz.

La Luz controla la naturaleza, pero podemos llegar a un estado en el que la Luz está literalmente en nuestras manos, tal y como Rav Avraham Azulái explica, para manifestar nuestra petición. Y este, según él, es el secreto de cómo podemos crear milagros. Además, también es la manera en la que, finalmente, Mashíaj vendrá y la oscuridad será eliminada de este mundo porque cuando una cantidad suficiente de nosotros llegue al estado por encima del Ángel de la Muerte, por encima de los ángeles negativos, entonces podremos decirles: “Tienen que detenerse. No pueden continuar creando esta negatividad. No pueden seguir causando esta muerte”.

Entendamos lo que Rav Avraham Azulái nos dice y por qué es tan importante tener esta conciencia. Los kabbalistas enseñan que el mes de Nisán, es el momento en el que los ángeles son reubicados en su lugar y se les da la Luz y la capacidad de hacer el trabajo durante el año; el ángel del océano recibe su trabajo nuevamente, los ángeles de la Luna y el Sol recuperan su posición otra vez y así sucesivamente.

Por lo tanto, ¿qué debemos pedir? Debemos pedir al menos tener la posibilidad de llegar a un estado en el que estemos conectados con los ángeles. Porque, de nuevo, tal y como Rav Avraham Azulái dice, este es el secreto de los milagros. Cuando un individuo se desarrolla y crece tanto como para llegar a un estado de conexión con los ángeles, entonces puede decirles a los ángeles de la enfermedad, los desafíos y la dificultad que se vayan. De acuerdo con lo que enseñan los kabbalistas, este es el momento en el que los ángeles son puestos en su sitio y, en consecuencia, el momento en el que tenemos que pedir al menos tener el potencial, a través de nuestro trabajo espiritual este año, para elevarnos con ellos.

Al preguntarnos qué tan lejos estamos de alcanzar ese nivel de conexión con la Luz del Creador en el que estamos totalmente hechos uno con la Luz, debemos saber que no estamos en una situación de todo o nada, no se trata de que estemos aquí o allá. Es un proceso. Si somos sinceros con nosotros mismos, sabremos que no es posible salir y estar por encima de los ángeles.

Por lo tanto, lo que pedimos en Shabat Vayikrá son dos cosas. En primer lugar, en este tiempo en el que los ángeles que controlan la naturaleza están siendo ubicados en su puesto, pedimos recibir al menos el potencial de ser capaces de conectar de una manera amorosa con ellos.

Y en segundo lugar, que debería ocurrir ahora, está recibir un poco más de control sobre nosotros mismos del que teníamos antes. Cada uno de nosotros está en un estado diferente, un nivel diferente, y tenemos que recordar que la razón por la que nuestra alma está en el mundo, el propósito de nuestro trabajo espiritual, es llegar a ese estado en el que, según dice Rav Avraham Azulái, estamos por encima y tenemos a esos ángeles para nuestra ayuda. A eso debemos llegar en algún momento, y esa Luz y conciencia brillan justo ahora.

Sin embargo, sabemos que, para ser sinceros, aún no estamos allí y no es posible que salgamos con la totalidad de ese regalo… pero podemos pedir un poco más de control. Otra vez, quizá no podamos regir sobre cada situación personal o de la naturaleza.

Esto es lo que está disponible, y creo y espero que para la mayoría de nosotros sea una emocionante posibilidad. Como dijimos, tenemos que tener la conciencia del lugar a donde necesitamos llegar a la larga, el estado en el que Avraham Azulái dice que tenemos control total y estamos por encima de nosotros. Ese es el nivel de lo que llamamos Mashíaj, el nivel del Guemar HaTikún, el Final de la Corrección.

La Luz del Creador nos quiere dar este regalo, pero tenemos que estar conscientes de él y pedirlo. A través de nuestra conexión, conciencia y deseo de obtener un poco más de ese control, tenemos la oportunidad de acercarnos un poco al estado final que nuestra alma vino a alcanzar en este mundo.

El escritor Joseph Campbell escribió: “Cuando nos aferramos a algo de cualquier índole, corremos peligro de putrefacción”. Si no dejamos ir lo viejo, no podremos recibir las cosas nuevas que nos esperan.

Se dice que las aves le enseñan a volar al pichón a través de la separación progresiva. Cuando lo alimenta, el ave adulta ofrece la comida cada vez un poco más lejos para motivar al pichón a dejar el nido y arriesgarse a volar. Nosotros los humanos no somos muy distintos en este aprendizaje de abrir nuestras alas. Si tenemos suerte, tenemos fuertes figuras parentales que nos ayudan a crecer, madurar y volvernos adultos. Una vez que ya actuamos por nuestra cuenta, solemos necesitar motivarnos a salir de nuestra zona de confort y expandirnos hacia nuevos horizontes. En la vida, necesitamos crecer constantemente o corremos el riesgo de estancarnos.

En tus meditaciones de la semana, cierra los ojos y visualízate sobre una nube en lo alto del cielo. La cálida luz del sol brilla sobre tu piel. Siente el fresco y delicado aire que pasa por tu cabello. Abajo en la tierra están las cosas que no necesitas más: tus viejos comportamientos, adicciones, envidia, aversiones y miedos. Déjalos ir. Ábrete a confiar en tu habilidad para volar y comenzar una nueva vida. Si tan solo estuvieses dispuesto a dar el paso e intentar volar con tus nuevas alas por primera vez, verías que frente a ti hay un amplio cielo de posibilidades infinitas. Da ese paso con el conocimiento de que el Creador te observa y tus ángeles guardianes te acompañan.

Esta semana te espera un nuevo mundo. Da el primer paso, abre por completo tus alas y tu corazón, y vuela hacia tu nueva vida.

Fuente: www.kabbalah.com

@moises.matamoros

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