Algunos de ellos, a través de muchas vidas, con extraordinaria devoción y esfuerzo, ascendieron a la fuente divina, reuniéndose con el Espíritu
Dr. Moisés Matamoros Muñoz
Dentro del mundo energético y espiritual, se reconoce a seres destacados o elevados, no por su magia o sus milagros, sino por su coherencia de vida al asumir la responsabilidad de difundir el conocimiento de acuerdo al amor y la cercanía con la Creación. Tal vez muchos de ellos no son famosos, populares o reconocidos en el mundo terreno, pero en la presencia de Dios ocupan un lugar importante y su poder de intercesión es inmenso.
El término “maestro” es adoptado de Jesús, a quien sus discípulos llamaban así. Jesús no era el “Doctor Jesús, Gerente Jesús, Director Jesús”. Jesús era reconocido por sus enseñanzas, sí en cuanto a lo intelectual, pero sobre todo en lo referente a la vida. Es así como se identifica en otras religiones, filosofías y creencias a seres semejantes, que con su enseñanza lograron dar un cambio a la humanidad, y que en tiempo presente siguen iluminando en el despertar de la conciencia; de ahí el término “ascendido”.
Los Maestros Ascendidos son seres que están más allá del plano físico, hay una conexión en la Tierra al igual que nosotros; algunos de ellos, a través de muchas vidas, con extraordinaria devoción y esfuerzo, ascendieron a la fuente divina, reuniéndose con el Espíritu. Otros, por su naturaleza divina, son de facto Maestros Ascendidos, sin necesidad de ninguna reencarnación.
Los Maestros Ascendidos nos enseñan a alcanzar metas con un libre albedrío en conexión con la Luz, es decir, demostrando dominio en el tiempo y el espacio. Un sendero de evolución espiritual que los empuja hacia la reunión con Dios llamada ascensión en la Luz. Todos los hijos y las hijas de Dios tenemos una chispa divina, que es el potencial para convertirse en el Cristo interior.
Cuando un ser ha saldado lo que en el Oriente denominan karma y en Occidente pecado, y cumplió su misión única, asciende a Dios, nos dijera la Kabbalah “hizo la corrección de su tikún”. ¿Qué significa esto? Alcanzó su victoria sobre la oscuridad y ha transmutado todas las energías que le fueron entregadas alguna vez para que las utilizara en todas las encarnaciones, y así poder ascender a Dios.
Estos maestros son los instructores de la humanidad. Enseñan con el ejemplo cómo evolucionar espiritualmente, y el sendero de que el alma puede reunirse con el Yo Superior, caminar por la Tierra con maestría sobre sí misma, siguiendo los pasos de Jesús como un ser Crístico, y regresar al mundo del cielo al final de una vida de servicio.
A continuación se mencionan algunos de los Maestros Ascendidos:
- Jesús
- Virgen María
- María Magdalena
- Arcángel Miguel
- Buda
- Ganesha
- Avalokiteshvara
- Quan Yin
- Lady Nada
- El Morya
- Isis
- Krishna
- Lakshmi
- Vishnu
- Melquisedec
- Horus
- Odín
- Apolo
- Tara Blanca
- Juana de Arco
- Merlín
- Thot
- Sanat Kumara
- Serapis Bey
- Saint Germain
- Hilarión
- Moisés
- San Francisco
- Osiris
- Oshun
- Shango
- Obatalá
- Salomón
- Pablo, el Veneciano
- Lady Portia
- Gaia
- Águila Blanca
- Djwal Khul
¿Qué nos aporta la Kabbalah respecto de este tema? Primeramente pueden venir preguntas: ¿Cómo me aseguro de que mis decisiones en la vida vengan de la Luz? ¿Qué consejo debo escuchar? ¿Cómo inyecto más Luz en mis acciones del día a día? Todas esas preguntas las conocemos todos los que estamos buscando, o hemos encontrado, nuestro camino espiritual. Enfrentamos conflictos todos los días, y en las mayores intersecciones de nuestra vida.
Moisés, el alma más elevada que ha existido en el Antiguo Testamento, era un canal. Para que todos los objetos estuvieran imbuidos de Luz, y para ayudar a que todos tuvieran una mejor conexión con la Luz, Moisés tuvo que involucrarse y participar en el proceso. Puede que comencemos nuestro trabajo espiritual solos pero necesitamos a nuestros maestros, almas justas, y la Luz para que nos ayude a alcanzar el siguiente nivel. No podemos hacerlo solos. De ahí la importancia de la asistencia de los Maestros Ascendidos.
En nuestras conexiones espirituales diarias, es importante que recordemos que sin la Luz, sin una fuerza más elevada, estamos muy limitados; la cantidad de bendiciones, milagros, y la energía positiva con la que nos podemos conectar es limitada.
Mientras más crecemos espiritualmente, mientras más queremos, más nos damos cuenta de que es posible para nosotros cambiar y alcanzar nuestras metas. Pero si olvidamos que la Luz es la fuente de todo, que la Luz es lo que mantiene todo unido, que lo que queremos realmente es la Luz, entonces nuevamente, estamos limitando nuestro crecimiento.
Moisés era un canal, una fuente con la que los israelitas se podían conectar a niveles espirituales más elevados. Actualmente en nuestra vida podemos conectarnos con la Luz a través de canales diferentes: nuestros maestros espirituales, almas justas de la historia, kabbalistas de otras generaciones. Al conectarnos con las almas justas como Moisés (o cualquiera de los Maestros Ascendidos antes mencionados), podemos usar su vasija corregida (su alma) para conectar con la Luz, una proeza que seríamos incapaces de alcanzar solos. Nosotros “tomamos prestada” su vasija cada vez que estudiamos de sus trabajos, leemos sobre las lecciones de su vida, visitamos sus tumbas, emulamos sus acciones y seguimos su ejemplo.
Cada vez que surge una pregunta difícil, cada vez que necesitamos tomar una decisión en nuestra vida que determinará la dirección de esta, debemos atraer el apoyo y la guía de un alma elevada y la Luz. Podemos consultar con nuestros maestros espirituales; podemos pedir que un alma justa nos guíe en nuestros rezos y meditaciones. Podemos imbuir cada acción en nuestra vida diaria con conciencia.
En el próximo artículo hablaré sobre Jesús, como el primero entre los Maestros.
“El auténtico maestro te permite descubrir el maestro que hay en ti, y te anima a descubrir otros maestros a lo largo del camino”
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