Comercio y Negocios

El gas nuestro de cada día

La energía siempre ha estado presente con el hombre.
Victor Hugo Arias Fratelli

Éste siempre ha buscado fuentes energéticas, desde el descubrimiento del fuego, la invención de la rueda, el uso del carbón vegetal, mineral, el uso del vapor de agua; con las máquinas a vapor, que innovaron toda una época, pasando por el descubrimiento de la electricidad, transformadora de toda la sociedad mundial, por cuanto su uso se ha convertido hasta la fecha en el sine qua non de la actividad del hombre. Ésta puede ser generada con la utilización de usinas hidráulicas (uso del agua como impulsora de turbinas), por el uso del viento (molinos de viento), la energía solar, centrales atómicas que buscan minimizar costos para generar grandes potencias eléctricas para diversos usos; estas últimas como forma de minimizar la contaminación ambiental ya que el petróleo y sus derivados tienen un elevado nivel tóxico.

De todos estos medios generadores de electricidad, de movimiento, tenemos el uso del gas natural. El gas natural es el combustible fósil más respetuoso con el medio ambiente, ya que es el que tiene menos contenido de dióxido de carbono y el que produce menos emisiones a la atmósfera; genera de 40 a 45 por ciento menos dióxido de carbono que el carbón, y entre 20 y 30 por ciento menos que los productos derivados del petróleo. Esta característica le permite contribuir a la disminución del efecto invernadero. A todo ello hay que añadir que el gas natural se puede aplicar en el hogar, en la industria, en la cogeneración de energía eléctrica; por cuanto permite mover las turbinas que generan electricidad y todo a un menor costo de producción con referencia al petróleo.

Dentro de otros usos tenemos como combustible para vehículos, cuyo consumo es cada día mayor (mediante el GLP, LPG, GPL, gas licuado, propano, butano, gas envasado), con el consiguiente beneficio para el ecosistema.

Gas natural

El gas natural está llamado a ser la energía del siglo XXI, porque las reservas mundiales le dan una vida de 64 a 100 años y mientras éstas no se agoten o surjan otras formas generadoras de energía, el gas natural será compañero al menos de esta generación humana. Es la energía compatible con el desarrollo económico, con la vida en el planeta y consecuentemente con la preservación del medio ambiente.

El Anuario Gas 2005 de Sedigas, presenta que las reservas probadas de gas natural en el mundo eran de más de 178 billones de metros cúbicos a principios de 2004, casi 40 por ciento más que en 1990.

Las principales reservas de gas natural están localizadas en Oriente Medio (45 por ciento) y en Europa Oriental (28.3 por ciento), donde destaca la Federación Rusa, que cuenta con 80 por ciento de las reservas de esta área. Junto con los países de la antigua URSS, Irán y Qatar son los países que poseen mayores reservas de gas del mundo.

Europa de la OCDE posee 3.3 por ciento de las reservas mundiales. América Latina tiene reservas probadas para unos 60 años y están ubicadas en Bolivia con un volumen superior a los 8.7 trillones de pies cúbicos (TPC). Mientras que en Perú los yacimientos San Martín y Cashiriari, conjuntamente conocidos como Bloque 88, Camisea, albergan una de las más importantes reservas de gas natural no asociado en América Latina. El volumen de gas in situ probado es de 8.7 trillones de pies cúbicos (TPC) con un estimado de recuperación final de 6.8 TPC de gas natural (factor de recuperación: 78 por ciento) y 411 millones de barriles de líquidos de gas natural asociados (propano, butano y condensador).

El potencial del Bloque 88 se calcula en 11 TPC de gas natural, el volumen de gas in situ (probado más probable). El estimado de recuperación final considerando los volúmenes probados es 8.24 TPC de gas y 482 millones de barriles de líquidos de gas natural. Las reservas de Camisea (Perú) son 10 veces más grandes que cualquier otra reserva de gas natural en Perú.

El consumo del gas natural es auspicioso. Los avances tecnológicos han reducido drásticamente los costos de prospección, explotación, transporte y distribución, como ya existe en América Latina, con los inmensos gasoductos, como el de Argentina hacia Chile, el gasoducto Boliviano hacia Perú, y el propio país incaico hacia Matarani a fin de exportarlo, principalmente hacia México y Estados Unidos.

El mundo está tomando conciencia que el planeta Tierra es nuestro hábitat irremplazable y que ello implica el cuidado del medio ambiente, y por ello el consumo de gas natural genera esta ventaja competitiva en relación a otros combustibles naturales. Tanto es así que la demanda de gas natural supera en 70 por ciento al consumo de petróleo.

La demanda de gas natural irá en aumento a lo largo de estos años; según el informe anual de Eurogas 2002-2003, la demanda de gas natural en Europa pasará de 343 Bcm en 2002 a 489 Bcm en 2020.

Revista Protocolo

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