Revistas con olor, lencería perfumada y más…
Recientemente, la firma francesa Euracli dio a conocer sus microcápsulas que contienen, en función de su utilización final, un perfume, un activo cosmético, un antibacteriano, un complejo de activos o bien pigmentos.
El método de microencapsulación de esta compañía permite envolver líquidos o sólidos en una membrana que los aísla del medio y los protege. El tamaño de las microcápsulas puede variar de 0.5 a dos mil micras. El producto encapsulado se libera por ruptura de la membrana o por difusión lenta y progresiva a través de ésta.
Sector de la impresión
Las microcápsulas poseen aplicaciones múltiples. En el sector de la impresión, las microcápsulas liberan un perfume que consigue una comunicación olfativa. Los mailing, anuncios directos, encartes en catálogos o revistas, embalajes y etiquetas se perfuman de acuerdo con la imaginación de los diseñadores y de forma duradera. También se aplican en adhesivos, en termómetros y en etiquetas sensibles al calor.
Textiles
En lo que respecta al sector textil, las microcápsulas pueden perfumarse y aplicarse a los pañuelos de seda, lencería, cintas, medias, ropa de cama, camisetas o incluso en trajes de baño, desprendiendo fragancias aún más sutiles.
Industria cosmética
Además, las microcápsulas de principios activos, de vitaminas, de pigmentos y de aceites esenciales permiten elaborar productos que sólo liberan las sustancias microencapsuladas en el momento de su utilización. Se usan en cosmética en forma de cristales líquidos como transmisores de vitaminas para la fabricación de cremas, geles, champús, lociones, jabones líquidos y dentífricos.
Vinos
Su más reciente innovación corresponde a la etiqueta “La Sommelière” (“El sumiller”), que una vez adherida a una botella de vino indica la temperatura de su contenido gracias a una pastilla de tinta termosensible cuyo color varía. La formulación de la tinta se adapta a cada producto: el color verde indica la temperatura ideal de cata, el azul que la temperatura es demasiado elevada y el marrón, demasiado baja.
Revista Protocolo
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