En noviembre, la producción de vehículos en México aumentó 4.0%, en contraste con Brasil que cayó 35.2% durante el mismo mes
Por Jimena Zúñiga, Bloomberg Intelligence
México ha destronado a Brasil como el mayor fabricante de automóviles de América Latina, en un cambio que encapsula las contrastantes estrategias de crecimiento de las dos economías más grandes de América Latina y ofrece lecciones a sus vecinos más pequeños, como Argentina.
En noviembre, la producción de vehículos en México aumentó 4.0 por ciento, llevando la producción total en lo que va del año a 3.2 millones de vehículos, mientras el número de vehículos fabricados en Brasil cayó 35.2 por ciento durante el mes, con lo que el total es de 2.3 millones en lo que va de 2015. Esto confirma la dominancia de México en la industria automotriz después de un empate virtual en 2014 (México produjo 3.2 vehículos el año pasado, comparado con los 3.1 millones de Brasil).
Los datos subrayan una diferencia clave en las estrategias de crecimiento de estos países: La producción automotriz de México se ha enfocado al mercado externo, con los aumentos en la producción siguiendo al crecimiento en las exportaciones. En contraste, la producción de Brasil se ha enfocado a su mercado interno, con lo que los cambios en su producción siguen la línea de sus ventas locales.
Para México, su orientación a las exportaciones no ha sido muy provechosa recientemente porque las exportaciones de automóviles han sufrido, afectados por las débiles ventas de carros en Estados Unidos, en parte por la preferencia por camionetas y automóviles pesados. Más generalmente, BI Economics espera que el débil crecimiento manufacturero en Estados Unidos sea uno de los factores que limiten las perspectivas de crecimiento para México en 2016. Con más del 80 por ciento de sus exportaciones destinadas a Estados Unidos, México podría reducir potencialmente su vulnerabilidad externa diversificando los destinos de sus exportaciones. Pero al menos su estrategia orientada a las exportaciones parece ser más sostenible que el enfoque de la producción manufacturera hacia una demanda local dependiente de los términos de intercambio, como es el caso de Brasil.
Las importaciones brasileñas crecieron mucho más que sus exportaciones en términos reales durante los periodos pre y post crisis. Esto fue posible gracias a los altos precios de las exportaciones, compuestas principalmente por materias primas, sin los cuales la brecha habría causado enormes problemas en la cuenta corriente. Como los commodities han caído desde 2011, esos problemas se han materializado, forzando una enorme depreciación y un colapso de las importaciones, la otra cara de la moneda en la caída de la demanda interna hoy en día. Ante la ausencia de un impulso de la demanda interna, BI Economics proyecta que la producción industrial total se contraiga 7.5-8 por ciento en 2015.
Este contraste entre México y Brasil ofrece lecciones para otros países exportadores de materias primas en la región, incluyendo Argentina, que ha producido medio millón de automóviles este año. A pesar de que la producción argentina ha sido distribuida de manera uniforme entre su mercado interno y externo, casi todas de sus exportaciones van a Brasil, en el contexto de un bloque de comercio relativamente cerrado. La producción interanual se encuentra 11.8 por ciento por debajo del mismo periodo de 2014, primordialmente por problemas en Brasil. Argentina y otros países de América Latina deberían promover el desarrollo de un sector industrial que pueda penetrar mercados internacionales competitivos y que pueda sostener la economía cuando la demanda interna se ajusta.
Revista Protocolo
