En una emotiva ceremonia en la residencia de la embajada de México en Guatemala, el ex embajador de Guatemala en México, Rómulo Alfredo Caballeros Otero, recibió en abril pasado de manos de la embajadora de México, Carmen Moreno, la Orden del Águila Azteca.
En acuerdo gubernativo, el presidente de México, Vicente Fox Quesada, dispuso otorgarle esa alta condecoración por los esfuerzos del licenciado Caballeros Otero para estrechar las relaciones entre México y la República de Guatemala, especialmente durante el periodo 2000-2002, cuando se desempeñó como embajador extraordinario y plenipotenciario de Guatemala en México.
La Orden Mexicana del Águila Azteca es la distinción que se otorga a extranjeros con el objeto de reconocer los servicios prominentes prestados a la nación mexicana.
Esa alta distinción es otorgada a propuesta del Honorable Consejo de la Orden Mexicana del Águila Azteca.
Al recibir la condecoración, Rómulo Caballeros afirmó: «No hay más calurosas pero también más tensas relaciones bilaterales que las de países vecinos… ¡Y ése es nuestro caso!
Frecuentemente tiende a simplificarse nuestra agenda, reduciéndola a los temas que reclaman la atención inmediata, y no contextualizamos esos temas en el marco general.»
Añadió que la atención de su trabajo en la embajada de Guatemala en México, en los dos últimos años, fue precisamente la de redimensionar la agenda bilateral, en el ámbito más amplio y comprensivo posible.
Por su parte, la embajadora mexicana Carmen Moreno apuntó que durante los años que permaneció en nuestro país, el embajador Caballeros entregó todo su esfuerzo para mejorar las relaciones entre México y Guatemala. Por ejemplo, planteó la necesidad de revitalizar el Programa para el Desarrollo Sostenible de las Poblaciones Fronterizas México-Guatemala (Prodesfro).
Otros temas que despertaron especial preocupación en el diplomático guatemalteco han sido el desarrollo sostenible y el medio ambiente. Se formó un Grupo Binacional, encargado de analizar la problemática fronteriza en esta materia y de establecer acciones puntuales que eviten el deterioro del entorno natural y el tráfico de flora y fauna.
