Comercio y Negocios

Poca y mala calidad de la Inversión Extranjera Directa en México en 2002

La corriente de Inversión Extranjera Directa (IED) está generada por un natural deseo de las personas y las empresas por obtener beneficios al invertir su capital en proyectos fuera de su país, teniendo en cuenta que mediante estas operaciones pueden lograr ganancias al expandir el mercado externo de sus productos, obtener mayores ingresos de su tecnología y de los conocimientos específicos del sector, estableciendo alianzas estratégicas y utilizando los canales de comercialización ya existentes o creando nuevos canales.

Para los países receptores, la IED resulta muy importante ya que complementa al ahorro interno y contribuye al crecimiento económico; impacta favorablemente la balanza de pagos, reforzando las reservas internacionales y el tipo de cambio; crea activos fortaleciendo a la planta productiva; incrementa la oferta de productos, crea mayor competencia al aumentar la eficiencia de las empresas y genera productos a precios competitivos; a la vez que alienta la transferencia de tecnología, tanto en el área administrativa como en las de producción y distribución; y proporciona canales de distribución en el país de origen.

Por todas estas circunstancias, en los últimos diez años, la corriente de inversión extranjera directa en el mundo ha registrado incrementos muy importantes, que sólo han visto reducido su volumen a partir del año 2001, en que se inició la recesión económica de Estados Unidos, así como el lamentable ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York.

Así, durante el periodo 1994-2000, el flujo de IED mundial pasó de 253,506 a 1,270,764 de dólares, lo que representó un crecimiento de 401.3 por ciento. Sin embargo, como consecuencia de los eventos señalados, en el año 2001, la IED descendió a sólo 735,145 millones de dólares, lo que representó un crecimiento de sólo 190 por ciento.

Los beneficiados

Conviene señalar que son los países desarrollados los que más se benefician de esta corriente ya que en 2001, los 25 países que integran este grupo recibieron el 68.4 por ciento de la IED que se realizó en el mundo, en tanto que los países en desarrollo (157) se disputaron el resto.

Las cifras correspondientes a la IED mundial de 2002 todavía no se han publicado, pero la información preliminar indica que la IED en América Latina cayó 33 por ciento al pasar de 84,013 a 56,687 millones de dólares, siendo Brasil el principal receptor de este recurso con 16,566 millones de dólares.

México aparece en segundo lugar con un monto de 13,627 millones de dólares, seguido muy lejanamente por Colombia con 1,950, por Perú con 1,943 y Chile con 1,601 millones de dólares. Esta corriente estuvo constituida por la inversión notificada y la inversión estimada, de acuerdo con las siguientes características:
El total de la inversión notificada fue realizado por 4,193 sociedades mexicanas con inversión extranjera en su capital, de las cuales 1,346 son sociedades maquiladoras que importaron temporalmente su activo fijo, lo cual representa el 32.2 por ciento de ese universo de empresas, y el 21.7 por ciento del valor de la IED notificada.

Conviene señalar que el 73.2 por ciento de la IED notificada provino de Norteamérica (7,103 millones de dólares), en tanto que el 17.8 por ciento lo fue de la Unión Europea, de tal manera que el acumulado de 1994 al año 2002 para ambos bloques es de 70.1 y 19.7 por ciento, respectivamente.

Por país, Estados Unidos resulta ser el principal inversionista con 66.6 por ciento, seguido de Holanda con 8.9, España con 4.2, Canadá con 3.5, Japón con 3.0, Reino Unido y Alemania con 2.8 e India con 1.5 por ciento. En este contexto, Francia es el único país que presenta un saldo negativo por la desinversión de 2,566 millones realizada en el año 2000, en Telmex.

Comentarios

A pesar de los desafortunados eventos que hemos señalado, y que han determinado una disminución en el flujo de IED mundial, el crecimiento de 1994 a 2000 fue de 401.3 por ciento, en tanto que de 1994 a 2001, fue de 190 por ciento. Durante el mismo periodo, la corriente de IED hacia México se mantuvo al mismo nivel, es decir, con un promedio de 12 mil millones de dólares anuales, lo que ha determinado que nuestra participación en los flujos de IED mundial haya descendido de tal manera que si en el año 1994 recibíamos el 4.9 por ciento, en el año 2000 sólo recibimos el 1.0 por ciento, en tanto que, en 2001, incluyendo la operación de Citigroup, recibimos el 3.4 por ciento, y sin ella el porcentaje se circunscribe a 1.7 por ciento.

En el año 2002, como se ha señalado, la IED que recibimos alcanzó la cifra de 13,626 millones de dólares, de los cuales 3,930 millones son inversión estimada, de acuerdo con los parámetros establecidos por los organismos internacionales, y 9,696 millones de IED notificada, misma que incluye 2,044 millones de importación temporal de activos de empresas maquiladoras, de tal manera que el flujo real de IED alcanzó 7,653 millones de dólares.

En el mismo periodo se presentaron cuatro grandes operaciones de IED en México, mismas que correspondieron a la adquisición de Bital por 1,131 millones, Pepsi Gemex 1,100, Aseguradora Hidalgo 966 y Farmacias Benavides por 62 millones de dólares; es decir, 3,259 millones de compra de activos que si bien influyeron positivamente en la balanza de pagos, en las reservas internacionales y el tipo de cambio, por desgracia no generaron los otros beneficios que se supone se logran con este tipo de operaciones, pues específicamente no se crearon nuevos empleos, que es el elemento fundamental que un país en desarrollo como México busca.

Así, se puede considerar que gran parte de la IED que se recibió en el año 2002 fue de mala calidad y, llevando este análisis al extremo, podemos señalar que el monto real de la IED que México recibió en 2002 fue de sólo 4,394 millones de dólares, algunos de los cuales posiblemente sean de adquisición de otros activos mexicanos que también adolecen de los elementos positivos que normalmente caracterizan a este tipo de operaciones, mismos a los que hemos hecho mención en párrafos anteriores.

Ante estas circunstancias, se puede señalar que existen numerosos elementos que permiten afirmar que la política de promoción de la IED en México tiene serias deficiencias que se manifiestan en esta baja calidad de la IED, independientemente de que no resultamos un país tan atractivo como se pudiera pensar, ya que estando junto a la principal fuente de IED mundial como lo es Estados Unidos, países como Brasil y China nos superan en el monto de captación.

Ante este panorama, concluimos que es necesario llevar a cabo las reformas que otros países han realizado con toda seriedad, y establecer una verdadera y profesional política de promoción de la IED, que termine con el esquema de simulación e improvisación que ha prevalecido en México hasta la fecha.

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