Comercio y Negocios

Prosperan cuentas fiscales de países productores de energía y minerales

El aumento en los precios de hidrocarburos y minerales, sumado a los nuevos impuestos específicos introducidos por algunos gobiernos para apropiarse de esta bonanza, permitieron un fuerte aumento en los recursos fiscales de los países de la región especializados en estos productos, aseguró mediante un comunicado de prensa la Cepal, el cual fue difundido el 4 de agosto.

Venezuela aumentó en 4 por ciento del PIB sus ingresos fiscales en 2005 en comparación con 2004, Bolivia en 3.5 por ciento y Chile en 2.3 por ciento.

Esta prosperidad plantea algunos dilemas a los gobiernos, los que se analizan en el Estudio económico de América Latina y el Caribe 2005-2006, de la Cepal y pueden resumirse en cómo aprovechar el aumento de los precios de estos productos en términos de ingresos fiscales y en cuál debiera ser el uso adecuado de los nuevos excedentes fiscales para evitar los problemas macroeconómicos que suelen tener estos periodos de auge.

En el último año, varios países donde la explotación de los recursos no renovables está parcialmente en manos del sector privado diseñaron mecanismos e impuestos específicos para apropiarse de una parte de la bonanza. En Chile se introdujo el impuesto específico a la renta operacional minera y en Bolivia se aprobó el impuesto directo sobre hidrocarburos y derivados.

El segundo interrogante se refiere al papel de la política fiscal en la estabilización de la economía. La recomendación que suele hacerse es que cuando la economía vive un periodo de auge, las autoridades fiscales deberían moderar la actividad restringiendo el gasto público. Por el contrario, durante las recesiones la política fiscal debiera ayudar a reanimar la economía.

Cómo lograrlo es aún tema de los debates nacionales. Algunos países han introducido diversos mecanismos para atenuar el impacto macroeconómico del auge. Chile incorporó en 2001 una regla fiscal basada en el cumplimiento de un superávit estructural equivalente al 1 por ciento del PIB, donde el componente cíclico se define por el ciclo del producto, por el precio del cobre y, recientemente, también del molibdeno. Esto ha permitido atenuar el impacto de la volatilidad de los ingresos sobre los gastos públicos.

Por otro lado, en la medida en que la explotación del recurso natural esté en manos del sector público, las autoridades pueden introducir fondos de estabilización y ahorro para canalizar los excedentes fiscales provenientes de la explotación de estos recursos. Si bien existen algunos fondos de estabilización muy antiguos (el Fondo del Café en Colombia data de 1940), en los últimos años se registra una tendencia a la creación de estos mecanismos. En la actualidad hay fondos de estabilización para reducir el impacto de la volatilidad de los recursos sobre las cuentas públicas en Chile, Colombia, México, Venezuela. En 2002 se creó un fondo de estas características en Ecuador (FEIREP), que fue desactivado en 2005.

En el estudio económico de la Cepal se estima prematuro evaluar concluyentemente estos fondos, pero se advierte que los frecuentes cambios de regla unidos al alto porcentaje de preasignaciones se han traducido en una baja capacidad para acumular saldos, aun en momentos de auge de precios.

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