“Nessun Dorma”, de la ópera Turandot, es considerada por críticos de arte la más importante canción de ópera de todos los tiempos
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Corría el año de 1926, sin que la historia tenga registrados el día y mes exactos, y en el célebre teatro de La Scala en la ciudad de Milán, Italia, se escuchaba por primera vez el aria más importante en la historia de la ópera.
El compositor italiano Giacomo Puccini escribió el texto y la música de la ópera que él consideraba un fracaso; no le gustaba, al grado que quedó guardada en su archivo personal y fue hasta después de su muerte, en 1924, cuando se descubrieron aquellas partituras, una obra que quedó inconclusa y se tuvo que llamar al compositor napolitano Franco Alfano para que la completara. Ni el mismo Puccini imaginó lo que sucedería con ella, los éxitos logrados, la fama que alcanzaría en los más importantes teatros de ópera del mundo, las ventas de discos y cientos de aplausos; y aunque ya había triunfado con La Boheme, Tosca y Madame Butterfly, entre otras, Turandot fue la obra que lo consagró.
La historia de la princesa china que al no encontrar al hombre que la desposara, decide encerrarse en una fortaleza dejando dicho que saldría para entregársele al varón que adivinara tres enigmas; quien se equivocara, sería decapitado, pero quien acertara sería el afortunado de contraer matrimonio y hacer una vida juntos.
Y aunque muchos valientes probaron suerte, su cabeza tuvo que ser colgada al no responder correctamente a los misterios. Fue hasta que llegó el valiente príncipe Calaf, quien decide aceptar el reto y contestar acertadamente las tres preguntas formuladas por la doncella.
La sangre y la esperanza eran las dos primeras respuestas, mientras que la tercera, era adivinar el nombre de la princesa, desconocido por todo el reino, a lo que Calaf responde: Turandot; y aunque debía de cumplir, la dama se niega a aceptar a su nuevo amor.
La belleza de Turandot cautiva al príncipe y con la intención de darle una segunda oportunidad, Calaf le pone ahora a la princesa el enigma de descubrir su nombre antes del amanecer, y en caso de lograrlo, el moriría ejecutado, si no, Turandot debía cumplir con su palabra original.
Y es ahí, cuando en lo que parecía una interminable noche, Calaf decide cantar el “Nessun Dorma”, como una esperanza de que la dama nunca supiera el nombre de él y por fin hacerla suya:
Nessun Dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o principessa!
Nella tua fredda stanza guardi le stelle
Che tremano d’amore e di speranza
Ma il mio mistero é chiuso in me,
Il nome mio nessun saprá, no, no!
Sulla tua bocca lo diró!
Quando la luce splenderá
Ed il mio bacio scioglierpa il silenzio
Che ti fa mia!
Il nome suo nessun saprá
E noi dovremo, ahimé, morir, morir!
Dilegua o notte! Tramotante stelle! Tramotantate stelle!
All alba viceró!
Vinceró! Vinceró!
Que traducido al español dice así:
¡Qué nadie duerma! ¡Qué nadie duerma!
¡Tampoco tú, oh princesa!
En tu fría estancia miras las estrellas
Que tiemblan de amor y de esperanza
¡Mas mi misterio está encerrado en mí!
¡Mi nombre nadie lo sabrá, no, no!
Sobre tu boca lo diré, cuando la luz brillé
¡Y mi beso fulminará el silencio que te hace mía!
¡Disípate, oh noche!
¡Ocúltense, estrellas! ¡Ocúltense estrellas!
¡Al alba venceré! ¡Venceré! ¡Venceré!
El primero en interpretarla en la noche de su estreno fue el tenor español Miguel Fleta, pero a través de los años otros monstruos sagrados de la ópera internacional como Pedro Lavirgen, Mario del Mónaco, Franco Corelli, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, y muchos otros más, encarnaron al valiente príncipe Calaf.
Y sí, hay otras arias de ópera que gozan de gran fama y prestigio como “La donna e mobile”, “Andrómeda liberata”, “Radamisto” y un sinfín de obras más, pero ninguna como el “Nessun Dorma”, que cada que se canta, melancoliza la piel, enternece los corazones, lagrimea los ojos y enternece el alma.
¡Qué nadie duerma! ¡Que en este 2016, el “Nessun Dorma” cumple 90 años de haberse presentado por primera vez! ¡La única obra que ha vencido al alba y provocado que se oculten las estrellas, y todo por conseguir el amor de una princesa… Turandot!
Revista Protocolo
