Cultura

Abre Museo de la Revolución en la frontera

La creación del Muref requirió de una inversión de más de 23 millones de pesos destinados a la rehabilitación arquitectónica y renovación museográfica de la ex aduana

Fachada del Museo de la Revolución en la Frontera
(Muref). Foto: DMC. INAH. M. Marat

Con una inversión de más de 23 millones de pesos, el antiguo Museo Histórico de Ciudad Juárez, en Chihuahua, fue sometido a un intenso trabajo de rehabilitación arquitectónica y renovación museográfica que lo han convertido en un recinto de vanguardia, donde ahora se alberga el Museo de la Revolución en la Frontera (Muref), que fue abierto al público este fin de semana en el marco del primer centenario de la Toma de Ciudad Juárez, ocurrida en mayo de 1911.

Inaugurado el pasado 20 de mayo por el presidente Felipe Calderón, el nuevo espacio museístico ocupa una edificación de estilo afrancesado, construida por el ingeniero Manuel Garfias entre 1885 y 1888 para albergar la aduana —una de las más activas y con mayor cantidad de operaciones comerciales de su época—, puesta en funcionamiento el 10 de septiembre de 1889.

El edificio también ha sido testigo de momentos coyunturales en la historia de México, como la entrevista en 1909 del general Porfirio Díaz con el entonces presidente de Estados Unidos, William H. Taft, y la firma de los Tratados de Paz de Ciudad Juárez entre las fuerzas maderistas y el gobierno de Díaz, en 1911; además, Francisco I. Madero instaló ahí su despacho como presidente provisional.

Con la remodelación del inmueble, realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) —como parte de los proyectos conmemorativos del centenario de la Revolución Mexicana—, surge el Museo de la Revolución en la Frontera, a partir de una nueva propuesta museográfica que resalta el papel de esta región como un espacio estratégico que favoreció al movimiento revolucionario.

El Muref tiene una superficie total de exhibición de aproximadamente mil metros cuadrados, espacio en el que ahora presenta nueve secciones temáticas distribuidas en 12 salas de exposición permanente y una para exhibiciones temporales, bajo un nuevo guión académico desarrollado por el investigador Miguel Ángel Berumen Campos, curador del museo.

Además, el nuevo recinto tiene un auditorio equipado, depósito de colecciones, cuarto de control de seguridad de circuito cerrado, tienda y oficinas. El museo está orientado a resaltar los acontecimientos revolucionarios del país, mediante un recorrido dinámico y educativo, para lo cual echa mano de una museografía tecnológica, lúdica y de vanguardia, así como de fotografías, documentales, fotomurales y piezas de época.

La renovación estructural del inmueble histórico se llevó a cabo respetando la arquitectura original y conservando el plafón, las columnas y las molduras del patio central, los vanos de las ventanas, los acabados exteriores en tabique y los torreones.

La labor de puesta al día de la Ex Aduana Ciudad Juárez incluyó la consolidación de muros, columnas y elementos de cantera, además de trabajos de cancelería, y colocación de ventanas de doble vidrio para efectos de aislamiento térmico y acústico en el patio central.

Asimismo, se renovaron las instalaciones hidrosanitarias y eléctricas, de aire acondicionado y calefacción, la iluminación museográfica y los sistemas de seguridad. Se reparó la techumbre y se amplió el acceso del lado sur para integrarlo a la plaza, de igual manera se construyeron rampas para personas con discapacidad. Además se adquirió equipo de audio y video.

Con un presupuesto total de 23 millones 650 mil pesos (aportados por los gobiernos federal, estatal, municipal y del patronato Amigos del Muref), se llevó a cabo la renovación arquitectónica y museográfica del recinto que tiene como propósito recuperar todos los momentos fundamentales de la Revolución, tanto la lucha maderista, como villista y constitucionalista en las que se involucraron los dos países que comparten esta frontera, indicó Miguel Ángel Berumen.

La primera sala del Muref, titulada El nacionalismo mexicano en la frontera, sitúa al visitante en un escenario que le permite adentrarse en esta ciudad formada principalmente por migrantes que desde el siglo XVII han cruzado la frontera. “Año con año cruzaban alrededor de cinco o seis mil personas, hasta llegar al momento de la Revolución cuando cruzan hasta un millón.

“Aquí se exhibe una proyección del amanecer que representa el renacimiento del hombre en busca de una nueva vida al cambiar de ciudad. Ahí se refleja el incesante flujo de migrantes que llegan con sus maletas, con sus sueños, y a un lado aparecen datos duros sobre estos grupos de exiliados y autoexiliados, en su mayoría de clase media o baja, pero también algunos miembros de la oligarquía de Chihuahua”, explicó Berumen.

La siguiente sala, La junta organizadora del Partido Liberal Mexicano y la transición al anarquismo, aborda el origen del movimiento maderista en 1901, a partir del congreso de clubes liberales que reunió a jóvenes pensadores como Antonio Díaz Soto y Gama, Juan Sarabia y Ricardo Flores Magón.

La tercera sala, El triunfo del maderismo, aborda la candidatura de Madero a la presidencia de la República, su gira nacional para dar a conocer su plan político y el fin del régimen de Díaz. Mientras que la cuarta sección, La radicalización de la lucha (la rebelión orozquista), hace referencia al grupo que estaba con Madero pero no creía en la revolución moderada. “El primero en rebelarse es Zapata, quien lanza el Plan de Ayala y lo desconoce como presidente, al tiempo que propone al chihuahuense Pascual Orozco.”

Francisco Villa es el protagonista de la quinta sala, que resalta la importancia política y militar que tuvo Ciudad Juárez en la vida de este personaje, así como la influencia villista en la nación. “Aquí reflexionamos sobre los símbolos y las leyendas en torno a este personaje, quien no sólo trasciende como figura política sino que también se convierte en una figura mediática.”

La Sala 6 se denomina La revolución de la mirada, la cual exhibe una colección de cámaras que permiten al visitante hacer un recorrido por la tecnología de la época y conocer a través de las imágenes la efervescencia social que se vivía en la frontera por aquellos años.

La frontera como escenario, es el tema de la Sala 7, que recupera a las ciudades de El Paso y Ciudad Juárez como escenarios protagónicos del movimiento, y exhibe una maqueta en la que se ubican los sitios donde han ocurrido diversos hechos históricos.

La sala Imaginarios, muestra cómo fue contada la Revolución en Ciudad Juárez, en El Paso, en la capital de México y en EU; y cómo han influido en la memoria de distintas generaciones las versiones fílmicas, musicales y bibliográficas sobre este suceso.

El recorrido concluye con la sala titulada La Aduana Fronteriza como protagonista y testigo, organizada a modo de museo de sitio y en la que se destaca la importancia de este edificio histórico y las etapas que ha tenido a lo largo de un siglo.

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