Cultura

Arqueólogas, independentistas y diosas en el Museo del Templo Mayor

Doña Eulalia Guzmán, Beatriz Barba y Beatriz Braniff son sólo algunas de las mujeres que han estado presentes en la arqueología mexicana

arqueologas-mexicanasMujeres que han tenido que “picar piedra” para labrarse un sitio en la arqueología mexicana, otras más que conspiraron en favor de la Independencia, así como diosas prehispánicas que otorgaron los mejores dones a los seres humanos, son tema de reflexión dentro de un ciclo de conferencias que pretende visibilizar y dar voz a lo femenino en la historia del país.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Museo del Templo Mayor, conmemoró el Día Internacional de la Mujer con estas ponencias que se llevan a cabo los viernes de marzo en el Auditorio “Eduardo Matos Moctezuma”, una oportunidad para acercarse a pasajes de nuestro devenir que fueron y siguen definiéndose por el ahínco, la valentía y la generosidad de las mujeres.

Por tercera ocasión el INAH se suma a dicha celebración mundial, y para esta ocasión se decidió dar una visión que va de lo prehispánico a lo contemporáneo, de figuras emblemáticas como la independentista María Ignacia Rodríguez de Velasco, “La Güera Rodríguez”, al papel de las mujeres mayas en la vida comunitaria indígena.

Paola Sosa Salazar, asesora educativa del Museo del Templo Mayor, resalta que la intención de esta actividad es poner en su justa dimensión e importancia las acciones de las mujeres en la evolución de lo que hoy llamamos sociedad mexicana. Ejemplo de ello fue “La Güera Rodríguez”, quien jugó un papel clave en la consumación del movimiento insurgente.

Sosa Salazar, coordinadora de este ciclo, señala que “La Güera Rodríguez” es un personaje muy referido pero poco analizado a profundidad. Es un caso dentro de muchas mujeres liberadas, liberales, que estuvieron sumamente involucradas en la vida política de la entonces Nueva España. Sobre esta mujer excepcional, hablará el antropólogo Óscar René González, el viernes 20 de marzo a las 16:00 horas.

La arqueóloga Paloma Estrada Muñoz fue la encargada de abrir el ciclo de conferencias “El papel de la mujer y lo femenino en la historia de México”, el pasado 6 de marzo, con una disertación sobre el trabajo de sus colegas y predecesoras; en ese sentido, destaca que las mujeres han estado presentes en la arqueología mexicana desde hace más de 130 años.

“A principios de siglo a las mujeres no se les concebía en campo. Por ejemplo, a Isabel Ramírez se le permitió dar clases en el Museo Nacional de Antropología, pero no a realizar excavaciones. Las mujeres estaban encomendadas al laboratorio, a los análisis tipológicos.”

Muchas han sido pioneras en el análisis de materiales, el desciframiento de la escritura maya, la exploración de regiones culturales antes desdeñadas o el establecimiento de especialidades como la arqueología subacuática, resalta la autora del libro Las mujeres en la arqueología mexicana (1876-2006), donde rescata la biografía de al menos 25 de ellas.

Mediante su ponencia: Sexuando la historia de la arqueología mexicana. Un aporte desde la arqueología social y feminista, Paloma Estrada dio a conocer algunos de los resultados de su tesis de maestría, en la cual analizó el porqué de la invisibilidad de las mujeres en la historiografía dedicada a esa disciplina en el país.

Así, al sistematizar los nombres de personajes a quienes se atribuyen los “grandes aportes” a la arqueología nacional y revisar la bibliografía y hemerografía básica en la materia, se percató que la mención a las arqueólogas es mínima. En contraste, llevó a cabo estadísticas sobre los aportes de varias mujeres a la rama como la conocemos hoy en día, verificando su formación y logros académicos.

“Lo interesante es que muchas arqueólogas tienen incluso méritos académicos mayores y una trayectoria más amplia, con respecto a colegas hombres. Por eso me he interesado en visibilizar sus aportaciones, porque éstas no han sido menores y merecen aparecer cada vez más en la historia oficial de esta ciencia.”

Doña Eulalia Guzmán es considerada, por ejemplo, el “arquetipo” de las arqueólogas de la primera mitad del siglo XX, quienes solían proceder de otras carreras, regularmente del magisterio, y después incursionaban lo mismo en la arqueología que en la historia, adquiriendo una visión integral.

Otra arqueóloga que se ha distinguido por su compromiso con la formación de nuevas generaciones es Beatriz Barba —la primera de origen mexicano en titularse—, quien ha sido profesora por más de 60 años, además de aportar a la comprensión de sitios del periodo Preclásico (1200-300 a.C.), como Tlapacoya, en la Cuenca de México.

Dedicada al estudio de la Gran Chichimeca, Beatriz Braniff fue otra de las arqueólogas que brindó grandes contribuciones al conocimiento de las civilizaciones del norte de México, y entender un horizonte cultural distinto al que se conocía en Mesoamérica.

Quizá por el confinamiento a las tareas de gabinete, algunas de las aportaciones más destacadas de las mujeres a la arqueología mexicana han sido en el campo del análisis de materiales. En ese sentido, Florencia Jacobs o Müller creó la primera ceramoteca del INAH, un acervo indispensable para establecer cronologías relativas que permiten inferir aspectos y relaciones entre las sociedades prehispánicas. Y así podría citarse a muchas otras.

El ciclo de conferencias cerrará el día 27 con el dedicado a las Mujeres y la vida ritual de las comunidades mayas actuales.

La cita es los viernes de marzo, a las 16:00 horas, en el Auditorio “Eduardo Matos Moctezuma” del Museo del Templo Mayor. Entrada libre.

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