Cultura

Artistas independientes donan prensa de grabado a capital de Camboya

La medida representa una apertura al camino de las artes en la ciudad asiática, así como un intercambio cultural

Nicolás Guzmán, Lydia Parasol, Doctor Lakra, Iraís Esparza, Francisco Castro Leñero, Fernando Aceves Humana, integrantes del Colectivo La Buena Impresión Tequio Oaxaca, donaron una prensa de grabado a la Royal Fine Art School, de Phnom Penh, capital de Camboya.

Estos seis artistas de reconocida trayectoria iniciaron este proyecto como una forma de promover el grabado artístico en otro país.

Junto con instituciones de ambos países (México y Camboya), como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), así como la Royal University of Fine Arts (RUFA, por sus siglas en inglés) intervinieron en el desarrollo de esta iniciativa.

La donación de la prensa de grabado, con un costo de casi 50 mil pesos, representa una apertura al camino de las artes en la ciudad asiática, así como un intercambio cultural.

Además de la donación de la prensa de grabado, el programa incluye la impartición de talleres por algunos integrantes del colectivo, lo que ha beneficiado a casi 38 alumnos y ocho maestros.

Características de la prensa de grabado

La prensa fue hecha por Alfonso Hernández Pérez, pesa 390 kilogramos y mide 1.40 por .80 metros. Fue donada por Francisco Aceves Humana durante su pertenencia al Sistema Nacional de Creadores, Fonca.

Los trámites de envío fueron llevados a cabo por Francisco Castro Leñero y el Doctor Lakra. Nicolás Guzmán e Iraís Esparza hicieron el contacto y trabajaron en la gestión del proyecto tanto en México como en Camboya.

El traslado se realizó desde la ciudad de México al puerto de Colina. De ahí llegó a Manila, Filipinas, Hong Kong; después a Ho Chi Minh, Vietnam, y finalmente, a Camboya. Una vez en territorio Camboyano, la universidad en Phnom Penh se encargó de las gestiones aduanales y el transporte a la sede de la escuela.

Importancia del grabado en la actualidad

Hasta antes de este acontecimiento, “el reino de Camboya, con una población de 11 millones de habitantes, no contaba con una prensa de grabado, quizá desde que fue colonia francesa, tampoco durante los años de paz y mucho menos durante el genocidio perpetrado por los jemeres rojos y la guerra civil”, refiere el artista plástico Fernando Aceves Humana.

Este acontecimiento tiene un valor singular pues en México, “tras la Revolución, la gráfica junto con el muralismo ayudaron a definir nuestra identidad estética como nación, ambas expresiones nos insertaron en el panorama artístico internacional y desde entonces México es un referente en las artes”, agrega Aceves Humana.

El taller “Tamayo” en Oaxaca, fundado por Roberto Donis en 1970 con la intención de ofrecer un medio de expresión y alojamiento a jóvenes de las comunidades, sigue vigente. Durante la gestión de Juan Alcázar y Mariano Pineda continuó siendo un espacio abierto. Así, junto con la biblioteca Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), fundada por Francisco Toledo, estos recintos han hecho que hoy Oaxaca tenga 40 talleres profesionales de grabado sin contar con las prensas de las escuelas.

La misma experiencia es factible en Camboya, que tras 30 años de guerra ahora es una sociedad dinámica y con graves carencias educativas. Cuenta con 14 millones de habitantes, de los cuales 70 por ciento es menor de 25 años, y hay una creciente presencia del turismo, la gráfica puede generar un movimiento artístico extraordinario.

Resultados del proyecto a corto plazo

Como parte de los primeros resultados, en agosto se editará la primera carpeta de artistas camboyanos. Esto con el objetivo de financiar los talleres de la RUFA.

Incluirá obra de tres maestros y cuatro alumnos de la RUFA, así como de los integrantes del colectivo La Buena Impresión Tequio Oaxaca y el artista plástico Sopheap Pich, reconocido internacionalmente por sus instalaciones en gran formato hechas con bambú tejido.

La obra tiene gran contenido social pues entre ellos está Vanh Nath, quien es uno de los siete sobrevivientes de la cárcel de Toul Sleng, donde mataron a 17 mil personas durante el régimen de los jemeres rojos. Así como de Vanh Nath, a quien mantuvieron vivo pues lo obligaban a pintar los retratos de Pol Pot. Su obra denuncia las atrocidades cometidas y de las que fue testigo.

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