Cultura

Avándaro, a 45 años de aquel polémico festival de rock

 

 

Fue parte de la corriente de los movimientos juveniles que desde finales de los sesenta y principios de los noventa, sacudieron a México y al mundo entero

Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán

Historia del Festival de Rock y Ruedas de AvándaroCorría el año de 1971 y el mundo era dominado por la juventud rebelde que salía a las calles a protestar para que sus derechos fueran respetados, por la búsqueda de los cambios políticos, por la mejoría de los sistemas educativos o por poner un alto a la represión violenta de las autoridades.

En México, con los antecedentes de la matanza de estudiantes en los movimientos conocidos como “La noche de Tlatelolco”, el 2 de octubre de 1968, o “El halconazo”, el 10 de junio de 1971, mientras realizaban protestas, y queriendo copiar al Festival de Woodstock, que congregó a más de 100 mil jóvenes en un terreno del condado de Ulster, Nueva York, Estados Unidos, un grupo de entusiastas, entre quienes figuraban el hoy reconocido productor de música y telenovelas Luis de Llano Macedo, el actual dirigente futbolísitico Justino Compeán y el músico Armando Molina, decidieron organizar un festival que originalmente serviría de marco a una carrera de carros mientras tocaban grupos de rock, en su mayoría, aquellos que en sus canciones criticaban a la clase política.

Así pues, el 11 y 12 de septiembre de 1971, se realizaría el “Festival de Rock y Ruedas de Avándaro”, como se le bautizó originalmente, sin contar que en un momento inesperado habría más de 250 mil asistentes, cuando originalmente solo se esperaban menos de 100 mil, por lo cual, el evento automovilístico tendría que ser suspendido, dejando únicamente la parte musical.

La vestimenta del pantalón acampanado, el cabello largo y descuidado en los hombres, el olor a mariguana y al grito sonoro del “amor y paz”, pero siempre dentro de la pasividad, los asistentes a esta fiesta del rock se deleitaban con bandas como los Dug Dug’s, La División del Norte, Peace & Love, Los Yaki y Three Soul in my Mind, esta última liderada por Alex Lora, entre otros grupos, y ni siquiera el fuerte aguacero que cayó en aquel entonces, logró detenerlos.

Si bien no hubo daños ni sucesos que lamentar y todo se llevó dentro de un ambiente pasivo, el hecho de que la juventud se congregara, se divirtiera, se desinhibiera, se encuerara y gritara groserías dirigidas a la clase política sin temor a represalias, el satanismo con el que se relacionaba al rock and roll causó un revuelo inexplicable, al grado que la noticia, siempre en nota roja, daría la vuelta al mundo convirtiéndose así en un acontecimiento sin precedentes en la historia de México y del mundo entero.

Reunión de drogadictos, donde hasta hubo supuestos muertos según algunos medios de comunicación, o bien, diciendo que habían sido pocos los asistentes; mientras que en la política, persecuciones policiacas a los organizadores, tachándolos de provocadores y alentadores al mal; así como la orden de vetar en televisoras y radiodifusoras a los grupos participantes, fue lo que sucedió en los días siguientes.

Aunque con el paso del tiempo otros eventos similares han querido igualarlo, e incluso rebasarlo, a 45 años de distancia, nada ha logrado superar aquel mito de Avándaro, como un capítulo en la historia del México contemporáneo, el México joven, el México rebelde, el México rocanrolero, el México del “amor y paz”.

Revista Protocolo

 

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