Asisten alrededor de 2 mil 500 personas
La noche fue especial para el coloso de mármol. La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) brindó un recital histórico y emotivo en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes para iniciar las celebraciones de los 75 años de este emblemático recinto.
La histórica agrupación mexicana protagonizó un recital inolvidable, tanto para sus integrantes, quienes volvieron al nido que siempre les ha abierto las puertas, como para el público que durante tantas décadas ha seguido sus pasos y que no dudó formarse horas antes para ser parte de esta travesía musical.
Previo al concierto, largas filas pudieron verse en las afueras del coloso de mármol del público ansioso por disfrutar de tan peculiar recital. Jamás desistieron en entrar no obstante que en un inicio tan sólo se contemplaba el ingreso de cerca de 600 asistentes. Sin embargo, pudo más el deseo ferviente del pueblo por ser parte de un concierto histórico para el Palacio de Bellas Artes. Se calcula que ingresaron cerca de dos mil 500 personas.
No les importó sentarse en las escalinatas del vestíbulo o quedarse de pie en algún rincón del lugar buscando la mejor vista, aunque fuera sólo a través de las pantallas que se colocaron. Lo importante era ingresar y disfrutar de un programa cargado de profundo nacionalismo.
En punto de las 19:07 horas, cuando el vestíbulo de recinto se encontraba en su máxima capacidad, el maestro Jesús Medina salió al escenario para dirigir a los más de 90 músicos que se encontraban más que dispuestos a comenzar esta experiencia.
Fue un recital emotivo, estremecedor, explosivo. La ocasión lo ameritaba. Por cuestiones de remodelación del teatro principal del Palacio la OSN ha tenido que presentarse en otros recintos, pero el actuar en el vestíbulo tuvo gran simbolismo para sus integrantes.
La emoción de regresar nuevamente al nido fue más que evidente en los músicos y en su director, quienes proyectaron tal alegría como si fuera la primera vez que estuvieran en el máximo recinto cultural del país. Al menos así lo demostraron con sus magistrales interpretaciones.
Para una celebración tan relevante, era necesario contar con un programa igual de majestuoso, integrado por obras y autores de gran valor cultural en nuestro país, que son emblema de nuestra mexicanidad.
Se interpretaron las piezas Sinfonietta y Huapango, de José Pablo Moncayo; Janitzio, de Silvestre Revueltas; Vals sobre las olas, de Juventino Rosas; Encuentros, de Samuel Zyman; Sones de mariachi, de Blas Galindo y Danzón Núm. 2, de Arturo Márquez.
Todas fueron ovacionas por los presentes. Sin embargo, hubo algunas que exaltaron más la sensibilidad. Fue el vals Sobre las olas la primera pieza que arrebató el aplauso espontáneo de los asistentes, quienes se dejaron atrapar por el oleaje sonoro de la pieza más famosa de Rosas. Al final, una tremenda ovación que obligó a los músicos a ponerse de pie en agradecimiento a la entrega del público.
Después, la interpretación de Sones de mariachi subió la intensidad del ambiente. Y es que al sonar las primeras notas de la obra de Blas Galindo, la gente gritó de júbilo al escuchar sonidos muy mexicanos, cercanos a ellos, a su cultura nacional.
Sin lugar a dudas, la pieza que desbordó a la gente en júbilo fue el Huapango, que mantuvo a los presentes cautivos de cada movimiento dado por el director y la orquesta. Como era de esperarse, al término los aplausos y gritos fueron ensordecedores de los presentes que se pudieron de pie agradeciendo a la OSN por esa velada musical.
De manera sorpresiva, comenzaron a sonar las notas de las tradicionales Mañanitas, interpretadas emotivamente por la orquesta para celebrar un cumpleaños más del Palacio de Bellas Artes. Espontáneamente, los asistentes corearon la melodía y ovacionaron al que por 75 años ha sido el máximo recinto cultural de México.
Una vez más, la OSN demostró por qué es una de las agrupaciones más representativas de México, del porqué del prestigio ganado y no sólo en el ámbito nacional, sino en el mundo. Los asistentes quedaron complacidos con la presencia de la OSN, cuyo nivel interpretativo la ha llevado a pisar los foros más reconocidos.
Este concierto abrió los festejos para celebrar los 75 años de la inauguración del Palacio de Bellas Artes, que son organizados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), los cuales se extenderán hasta el 4 de octubre del presente año.
Revista Protocolo
