Cine

Honran en Cineteca Nacional al cineasta mexicano Servando González

Proyectan película Yanco, obra con la que el director de cine Servando González fue reconocido internacionalmente

Texto y fotos: Luis Felipe Hernández Beltrán

Las sillas que utilizó Servando González para dirigir, fueron parte del homenaje póstumo que, recientemente, le realizó la Cineteca Nacional
Las sillas que utilizó Servando González para dirigir, fueron parte del homenaje póstumo que, recientemente, le realizó la Cineteca Nacional

En 1961, el sonido de un violín paralizó al pueblo de Xochimilco, los habitantes no daban crédito sobre el ruido que todas las noches encantaría a la población, creyendo para algunos, se trataba de un fantasma o alguna señal divina.

La historia de ese violín, traspasó las fronteras del mundo, consagrando así, a quien creó toda una ópera prima en la que se mostraba la vida de las comunidades indígenas y los paisajes xochimilcas de la Ciudad de México de aquel entonces.

Yanco (México, 1961), fue una de las tantas obras maestras de Servando González (Ciudad de México, 1923 – ídem, 2008), quien creó un estilo cinematográfico para dirigir, aprovechando las condiciones climatológicas y todo lo que tenía a su alrededor, de modo de evitar lo más posible, la utilización de los efectos especiales en la postproducción.

Recientemente, el violín Yanco se volvió a escuchar en la Cineteca Nacional, encantando a las nuevas generaciones, así como a familiares, amigos y quienes tuvieron la oportunidad de trabajar al lado del primer cineasta en dirigir en Hollywood; un homenaje póstumo al ícono de la dirección cinematográfica, al ganador de premios como la mejor película en los festivales de cine de Mar de Plata y el Católico de Valladolid, del Águila de Oro en el Instituto Colombiano de Cultura Hispánica y el Premio Ariel.

Aparte del Yanco, otros clásicos del cine mexicano como Viento Negro (México, 1965), Los de abajo (México, 1978), Las grandes aguas (1978) y otras más, forman la currícula de Servando González. El cine estadounidense lo recuerda con El asesino de tontos (Hollywood, 1963) en conjunto con el también reconocido Anthony Perkins.

Al final, la gran sorpresa: una entrevista inédita, nunca antes vista, en la que Servando rememora algunos pasajes de grabación de sus principales obras.

Una vez terminado, los asistentes volvieron a casa, atrapados de nuevo por el sonido del violín Yanco… tal como lo describe Servando como parte de la filosofía con la que describía el cine: “todos sabemos que la literatura es palabra escrita; el teatro es palabra hablada; el cine es imagen, aire, luz, movimiento, color, por lo tanto, cuando un director se planta tras una cámara, su función será dar vida a esa imagen con sensibilidad, con cadencia, con ritmo, porque el cine es vida y la vida es el más grande objetivo del ser”.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS