Previo a la ceremonia de la 93 edición de la entrega de los Premios Óscar, se recuerda la anécdota histórica de aquel Óscar honorario que recibió Walt Disney por Blanca Nieves y los siete enanos
Luis Felipe Hernández Beltrán
Ciudad de México, 23 de abril de 2021.— Fue en el año de 1939, en la undécima entrega de los Óscar, celebrada en el viejo Hotel Biltmore de Los Ángeles, California, Estados Unidos, cuando se dio un hecho inusitado en aquella gala que desde 1921 reconoce a lo mejor del cine.
Aquel evento que es recordado porque se reconoció a Vive como quieras como mejor película, así como a su director Frank Capra como mejor director; y a Spencer Tracy y Bette Davis como mejor actor y mejor actriz, respectivamente, sorprendió al distinguir con un Óscar Honorífico a la película infantil Blanca Nieves y los siete enanos.
Quizá el acontecimiento no hubiera cobrado más relevancia, pues además del Óscar en tamaño convencional (39 centímetros y cuatro kilos de peso), se otorgaron siete pequeñas estatuillas, en alusión a cada uno de los enanitos, esos pequeños personajes que adoptan y defienden a la doncella Blanca Nieves que huye de las envidias de su madrastra.
Walter Elías Disney, creador y director de Walt Disney Company, y quien produjo el legendario largometraje infantil, fue el encargado de pasar a recoger aquel premio, el único diferente que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood ha otorgado en las 92 ediciones de los Premios Óscar.
El galardón por Blanca Nieves y los siete enanos fue el segundo de tres Premios Óscar Honorarios que recibió Walt Disney. El primero, fue en 1932 por haber creado al icónico ratón Mickey Mouse; mientras que en 1942, lo obtuvo por la película animada-musical Fantasía.
En vida, Disney recibió la prestigiada estatuilla en 25 ocasiones. Pero en 1969 recibió un Oscar más por la película Winnie Pooh y el día ventoso, que se le otorgó de manera póstuma, ya que falleció el 15 de diciembre de 1966.
Este domingo 25 de abril se llevará a cabo la edición 93 de la entrega de los Premios Óscar, que hará historia pues por primera vez, tendrá dos sedes: el Teatro Dolbie y el Salón Union Station, ambos en Los Ángeles, California; y en el que los mexicanos Jaime Baksht, Carlos Cortés Navarrete y Michelle Couttolenc, esperan llevarse la estatuilla por mejor sonido, gracias a su trabajo por el filme El sonido del metal.
