Cultura

Costumbres peruanas

Cantaba Chabuca Granda: “Limeña que tienes alma de tradición…con tu andar y riqueza en el vestir…”

Por Víctor Hugo Arias Fratelli

Hombres y mujeres del 900, se distinguieron por el buen vestir, y no era para menos, herederos de una gran cultura inca por un lado y por el otro de la Europa de la Belle Epoque; de la Francia eterna, de la Era Victoriana Inglesa, de la bella donna de Italia, se inclinaron a la mejor eficiencia de sus vestidos, las mujeres bellísimas herederas de ese encanto de París, vestían con trajes finísimos, perdigadas de encajes y piedras preciosas, Perú era el símbolo del oro y la plata y de todo metal precioso. Cuentan los historiadores que las señoras llevaban 60 mil piastras de alhajas sobre el cuerpo, es decir, nada más ni nada menos que unas 40 mil libras esterlinas, ¡ooh lala!

Las mujeres, bellas, con garbo, rubor, glamour, adornaban sus cualidades físicas con vestidos elegantes, cargados de encajes, de pedrerías, la falda coqueta de limeña mazamorrera, abiertas por delante y bordeando de una triple hilera de encajes, los del medio eran de oro y plata, anchas y llenas de blondas, de encajes de seda que sobresalían los pliegues. Todas cargadas de riqueza, telas finas que exaltaban esa finura de la mujer limeña (dicen que eran más bellas que las propias de París). Cuentan los historiadores, los escritores como don Ricardo Palma, que en muchos casos éstas fueron la ruina de muchos señores de la Lima de antaño.

[Siguiente página…] Sin lugar a dudas, la vestimenta, las piedras preciosas, los perfumes y la gracia de estas mujeres eran una obra de arte, con ese misterio de la tapada de la limeña. Su inspiración era la moda francesa, adaptada a ese criollismo neto peruano y a la simbiosis de su raza.

Los hombres no se quedaban atrás, siempre bien vestidos para toda ocasión, los limeños del 900, eran ceñidos al cuerpo, abiertos a los lados bajo el brazo, con mangas abiertas arriba y abajo y con botones, todos unos muñecos de torta.

Siempre el limeño, hasta inicios del siglo XX, vestía impecable, con gabardina, saco, chaqueta, pantalón ceñido, el clásico sombrero y el reloj de bolsillo, todos una obra de arte en buena tela, arte y filigrana.

[Siguiente página…] Cantaba nuestra Chabuca Granda: “Limeña que tienes alma de tradición… con tu andar y riqueza en el vestir…” y qué decir de don Ricardo Palma, el célebre escritor de cuanto chisme y costumbre peruana existía en el virreinato y a principios de la república, el mismo que en sus múltiples historias nos relata todo el glamour, la gracia, las anécdotas de este hombre y mujer de la Lima que se fue.

Así Perú parte de esta América morena, del sur del Río Grande hasta la Patagonia, de un mismo idioma, de una sola Madre Patria: España y de una Europa de la Belle Epoque, del “siglo de las luces”, de las luchas emancipadoras, no fue ajena al buen vestir, así todo pasado por el alambique de la historia de su rico mestizaje… ¡Olé!

(continuará)

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