Cultura

Diego Rivera, creador de una obra monumental y con talento sin límites

Recuerdan al artista plástico en el 54 aniversario de su deceso

Diego Rivera

Fueron muchas las aspiraciones de uno de los artistas más significativos de México, Diego Rivera: “Tenía la ambición de reflejar la expresión esencial, auténtica de la tierra. Quería que mis obras fueran el espejo de la vida social de México como yo la veía y a través de la situación presente las masas avizoraran las posibilidades del futuro.

“Me propuse ser un condensador de las luchas y aspiraciones de las masas y a la vez transmitirles una síntesis de sus deseos que les sirviera para organizar su conciencia y ayudar a su organización social.”

Diego Rivera, autor de una importante obra de caballete y de un gran legado monumental que dejó en varios edificios, fue una figura central en la vida política y cultural de México, entre las décadas de 1920 y 1950. Con motivo de los 54 años de su fallecimiento, que se conmemoraron el 24 de noviembre, fue recordado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Fue un sobresaliente muralista mexicano cuya obra —abordó la Revolución Mexicana, la política, la cultura popular mexicana y la América prehispánica, entre otros— se observa en diferentes edificios de México y el mundo; en el Anfiteatro Simón Bolívar, en la Secretaría de Educación Pública (1922), en el Palacio Nacional (1929-1935), en el Palacio de Bellas Artes (1936).

En 1946 realizó en el Hotel del Prado Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que ahora resguarda el Museo Mural Diego Rivera y La Universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista del Estadio Olímpico Universitario (UNAM), en 1955.

En 1953 creó en el Teatro de los Insurgentes un gran mural que representa parte de la historia de México. También pintó en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, piezas consideradas obras maestras del arte contemporáneo, así como en Cuernavaca (Palacio de Cortés) y en Acapulco. En Estados Unidos, en San Francisco, Detroit (en el San Francisco Art Institute —Escuela de Arte de San Francisco—, así como en el Instituto de Artes de Detroit) y en Nueva York.

Sus primeras obras tienen influencia de José María Velasco con quien comenzó a estudiar en la Academia de San Carlos en 1896. También abrevó del cubismo, del postimpresionismo hasta llegar a convertirse en un factor considerable y de influencia para el Movimiento Muralista Mexicano y Latinoamericano.

Diego María Rivera nació en Guanajuato, el 8 de diciembre de 1866, y falleció en el Distrito Federal, el 24 de noviembre de 1957. Gracias a pensiones del gobierno mexicano viajó a España, donde estudió en el taller de Eduardo Chicharro, y a partir de 1916 hizo una vida itinerante entre México, Ecuador, Bolivia, Argentina, España y Francia. En todos estos países alternó con los intelectuales de la época, entre ellos Alfonso Reyes Ochoa, Pablo Picasso y Ramón María del Valle-Inclán.

Se casó con Angelina Beloff, posteriormente con Guadalupe Marín, con quien tuvo dos hijas, Lupe (1925) y Ruth (1926); en 1929 se casó con una sobresaliente creadora mexicana, Frida Kahlo, y en 1955 con Emma Hurtado.

Fue cofundador de la Unión de Pintores, Escultores y Artistas Gráficos Revolucionarios, integrante del Partido Comunista Mexicano, y junto con José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, crearon la comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes.

En 1950 ilustró Canto General de Pablo Neruda y ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México. Los restos de Diego Rivera, un grande la pintura mexicana, se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.

Revista Protocolo

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