Cultura

Distinguen a Teresa Franco con la Medalla Clementina Díaz y de Ovando

Por primera vez, la Asociación Nacional de Cronistas de las Ciudades Mexicanas concedió esta presea

Distinguen a Teresa Franco con la Medalla Clementina Díaz y de OvandoEn reconocimiento a su trayectoria profesional de más de tres décadas, así como a su continua labor en defensa del patrimonio cultural material e inmaterial del país, la Asociación Nacional de Cronistas de las Ciudades Mexicanas (ANCCM) otorgó la Medalla Clementina Díaz y de Ovando, a Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La distinción, que lleva el nombre de la cronista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien se distinguió por sus estudios sobre el siglo XIX mexicano y ser la primera mujer en dirigir un instituto de investigación en la máxima casa de estudios, fue instituida este año, por lo que es la primera ocasión que es concedida por esta comunidad integrada por 300 cronistas del país.

La distinción a la titular del INAH, se hizo en el marco del XXXIX Congreso de la ANCCM, durante el cual se efectuó el cambio de presidencia de la asociación, en la que por primera vez en sus 39 años de historia quedó a cargo de una mujer, la antropóloga María de Jesús Real García Figueroa.

Al recibir la medalla, Teresa Franco hizo un público reconocimiento a la vocación de quienes se dedican a difundir los hechos y a llegar a la verdad. “El cronista tiene que saber que hay una pluralidad de voces, pero ante todo, que tiene el compromiso de captar lo más valioso.”

En ocasiones se nos olvida, continuó la directora general del INAH, que existe una enorme cantidad de milenarios testimonios plasmados en lenguajes pétreos, que hoy también son crónica y describen esa idea completa del mundo que la mayor parte de los casos se apegan a una historia.

No hay comunidad en el país, por muy pequeña que esta sea, que no cuente con un patrimonio cultural, dijo al tiempo de subrayar que los cronistas tienen el compromiso de generar esa capacidad de sorpresa y de adoración por los valores que se tienen; en esa medida, puntualizó, haremos factible la defensa de nuestra riqueza cultural.

“La crónica tiene su lugar específico y es una tarea apasionante y de enorme responsabilidad. El papel del cronista es fundamental, porque va acumulando saberes y los va transmitiendo; puede ser fundamento de las argumentaciones de qué se debe construir, cómo y cuándo, pero tiene que ser también la voz que sostiene esto que llamamos diversidad, patrimonio material y patrimonio intangible.”

El XXXIX Congreso de la Asociación Nacional de Cronistas de las Ciudades Mexicanas, que tiene como tema “Patrimonio Cultural en Riesgo”, representó la oportunidad para la directora general del INAH de convocar a los cronistas a sumar esfuerzos para defender ese “inagotable acervo de bienes, valores, saberes, símbolos, indumentaria, cocina y demás formas de expresión que constituyen ese gran saber cultural que siempre es cambiante”.

Sabemos que el mundo cambia —añadió— y que las tradiciones se modifican, y por ello es necesario que estemos unidos y de frente a cualquier proyecto innovador que sea garante del bienestar social. “Nuestra tarea, por tanto, no solo se remite a conocer y a escribir la historia, sino a entrar más en los campos de la difusión y de la educación.”

Teresa Franco reconoció que a escala global el patrimonio cultural se encuentra en riesgo. Las amenazas que se ciernen sobre el mismo, dijo, se han incrementado preocupando y ocupando a la comunidad internacional que, de frente a los fenómenos de la guerra y la intolerancia, se ha visto obligada a generar pronunciamientos, cartas, declaraciones y convenciones internacionales encaminadas al reconocimiento y a la defensa del patrimonio cultural.

En este sentido, anotó, México ha sido capaz de contribuir de manera extraordinaria, a partir de sus modestas experiencias, a lo que hoy en día son los grandes pronunciamientos y convenciones de carácter internacional. En nuestra patria, puntualizó, hemos sido pioneros de las propuestas que se han generado en la Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Al asumir la presidencia de la asociación, María de Jesús Real García Figueroa definió al patrimonio cultural como el rostro de nuestra identidad nacional, que configura a lo largo del tiempo y del espacio un acervo inigualable al que hay que defender.
“Para la Ciudad de México, por ejemplo, fue trascendental el que volviera a tomar su nombre, cargado de genealogía desde sus primeros habitantes. Bienvenido al corazón de México”, expresó.

A los trabajos del XXXIX Congreso, que culminará el día 30, acudirán Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH; Jorge de León Rivera, cronista emérito y vitalicio de Iztapalapa, y el historiador Miguel León-Portilla, investigador emérito de la UNAM.

Revista Protocolo

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