El espacio destinado a exponer la cultura de México fue diseñado por el destacado arquitecto Bernardo Gómez-Pimienta
Basta ingresar y dar los primeros pasos para sentir a México a través de su pasado y presente, conocer parte fundamental de su esencia que está representada por diversas manifestaciones, desde literarias hasta gastronómicas.
Es el Pabellón México, área abierta especialmente dentro de la XXII Feria Internacional del Libro de Bogotá para recibir a nuestro país, invitado de honor por segunda ocasión en este encuentro.
Se trata de un espacio de más de tres mil metros cuadrados que ha comenzado a recibir una afluencia importante de visitantes que, movidos por la admiración y curiosidad por la cultura mexicana, no han dejado de recorrer este sitio ubicado dentro de Corferias.
Es un espacio diseñado por el arquitecto Bernardo Gómez-Pimienta (designado en este 2009 Fellow Honorario del Instituto Real de Arquitectura de Canadá, RAIC). En entrevista, señala que buscaba establecer un diálogo entre el México antiguo y el contemporáneo, demostrando así que somos un país que va más allá del folclore.
El arquitecto explica que muchas cosas tuvieron que pasar por su mente para realizar el diseño de este pabellón, que hoy es el rostro de nuestro país en Colombia y ante el mundo. Los ejes centrales de su propuesta resaltan áreas trascendentales como la literatura, las artesanías, vidas contemporáneas mexicanas, gastronomía, así como las expresiones experimentales.
Gómez-Pimienta se dio a la tarea de hacer una composición arquitectónica con varios elementos que dialogan entre sí a pesar de sus diferencias materiales. Lo mismo hay elementos naturales como bambúes y maderas, que elementos con materiales contemporáneos como plasmas y un auditorio luminoso construido con escamas de policarbonato.
El color y la luz son elementos fundamentales para la exaltación de este pabellón: “Estamos pintando con luz. Por ejemplo, el auditorio brilla en azul, en tanto el área de bebidas nacionales se ilumina con luz fluorescente rosa. La idea era aplicar el color pero a través de un lenguaje muy contemporáneo y moderno.”
Mirada plural
Ingresar al Pabellón México representa una oportunidad para conocer algunas de las expresiones simbólicas de nuestra cultura, tanto las populares como las modernas.
Lo mismo se encuentran al paso valiosas piezas artesanales representativas del norte, centro y sur de nuestro país, como máscaras de danzantes de Sonora, rebozos de Santa María del Río de San Luis Potosí o figuras de Ocumicho de Michoacán, que imágenes cotidianas de los personajes y zonas populares de barrio bravo de Tepito de la ciudad de México.
Al centro del pabellón se alza una enorme fortaleza que custodia centenares de ejemplares nacionales e internacionales. Es la Librería de México, el corazón de esta superficie, que ha sido visitada de manera permanente por aquellos amantes de los libros que buscan entre los estantes los títulos de su preferencia. La mejor invitación a ingresar a este apartado son los más de 300 nombres que han sido insignes representantes de las letras mexicanas.
Sin lugar a dudas, una de las piezas más apreciadas por los visitantes es el enorme alebrije diseñado por el taller Los Negrete. Un majestuoso ejemplar que impacta no sólo por su tamaño y su colorido, sino por la perfección con la que fue hecho.
Y la mejor manera de terminar el recorrido para muchos ha sido consintiendo al estómago. Bajo el popular refrán “Barriga llena, corazón contento”, el área gastronómica recibe a las personas que desean degustar algún platillo tradicional mexicano. No importa si tienen que hacer filas y esperar hasta más de media hora para ser atendidos; el tiempo vale la pena al momento de disfrutar del sabor de comidas como el mole, caldo tlalpeño, tamal yucateco o tacos de cochinita pibil.
Pabellón representativo
Al preguntarle al arquitecto Bernardo Gómez-Pimienta si se puede decir que en este pabellón está representada la esencia mexicana, respondió: “Creo que México es un país joven, contemporáneo, que siempre está viendo hacia adelante, pero también tenemos una historia de cinco mil años. Así que la idea es mostrar esta nación joven que tiene una rica historia detrás.”
Respecto de si su propuesta rompe con la imagen folclórica que se tiene de nuestro país, expuso: “Es verdad que de México se tiene una imagen folclorista que ya es muy gastada y que no es cierta. Somos un país contemporáneo. Basta mencionar la arquitectura moderna que ya tiene más de cien años. Así que el objetivo con el pabellón es resaltar que somos un país vivo, con mucha energía y que va para adelante.”
Los contenidos dentro del pabellón fueron propuestos y analizados por varias instancias mexicanas, como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Secretaría de Turismo, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y el Museo de Arte Popular, entre otras.
Revista Protocolo
