Se exhibe obra de Ignacio Aguirre, David Alfaro Siqueiros, Fernando Leal, Arturo García Bustos, Gelsen Gas y Giorgio Viera
Protocolo/Redacción
Con el propósito de reforzar el significado de la Revolución Mexicana de 1910 y observar las nuevas lecturas que artistas visuales han realizado en torno a la figura de Emiliano Zapata, el Museo de Arte Moderno presenta la muestra Zapata doble: de Chinameca a Chiapas.
A 107 años del inicio del movimiento armado y a 23 del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el recinto exhibe, hasta febrero de 2018, ocho piezas de su acervo que evocan ambos movimientos de lucha campesina, condensados en la figura del caudillo del sur.
La curadora de la muestra, Sofía Neri, apuntó que Zapata es uno de los personajes históricos que se ha convertido en un mito nacional en relación con los movimientos que tienen que ver con las luchas sociales.
“Abordamos la figura de Zapata so pretexto de la conmemoración de la Revolución Mexicana. Su importancia como icono dentro de la historia del arte mexicano es muy relevante, por lo que consideramos interesante que la gente conozca por medio de nuestra colección cómo se ha ido transformando al paso de los años, y dentro de las distintas miradas de los artistas”, indicó.
Explicó que con piezas de los artistas Ignacio Aguirre, David Alfaro Siqueiros, Fernando Leal, Arturo García Bustos, Gelsen Gas y Giorgio Viera se presenta un arco histórico que va de 1910 a 1994, en el que también se pueden ver las fotografías de las luchas sociales que tomaron a Zapata como eje inspirador.
La primera pieza que se puede apreciar de la exposición es un óleo colorido sin título de Fernando Leal, quien plasmó la tipología física de Zapata que por mucho tiempo fue reproducida. Le sigue el grabado Zapata campesino, de Ignacio Aguirre, en la que se observa a Emiliano Zapata en un primer plano, vestido con ropa de manta y atrás de él unas milpas, lo que denota su lucha por la tierra.
De autor desconocido se exhibe la fotografía Ranchero sosteniendo la cabeza de una mujer muerta (1910) que captó un momento de la vida cotidiana de la era revolucionaria en la que se ve a un hombre vestido a la usanza de la época, interpretándose como una idea metafórica sobre las consecuencias del movimiento armado.
De David Alfaro Siqueiros se exhibe The partisan (1958). En su obra Zapata, Arturo García Bustos, simuló que la iconografía del héroe revolucionario hace una pregunta directa a quien la mira: ¿Tú, que has hecho por defender las conquistas por las que nosotros dimos la vida?
“Con esta pieza García Bustos buscó increpar al espectador que mira la pieza y hacerlo reflexionar sobre la acción e inacción en la vida cotidiana”, explicó Sofía Neri.
