Cultura

INAH abrirá 10 nuevos sitios arqueológicos

El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), abrirá de 2007 a 2012, diez nuevas zonas arqueológicas al público con la intención de ampliar la oferta cultural del país y ofrecer nuevas ventanas al pasado que permitan una mejor comprensión del presente.

Mediante un comunicado emitido por la dependencia se informó que los sitios que abrirán sus puertas son: Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas; Lagartero, municipio de Trinitaria, Chiapas: Plan de Ayutla o SakT¨zi, Ocosingo, Chiapas; Cañada de la Virgen, San Miguel de Allende, Guanajuato; Peralta en Abasolo, Guanajuato; Tehuacalco en Tierra Caliente, Guerrero; El Pahñú, Tecozautla, Hidalgo; Santo Nombre, Tlacotepec, Puebla; Tancama en Jalpan, Querétaro, y Teúl de González Ortega en Zacatecas.

Sin duda, dichos sitios complementan de manera significativa el panorama histórico-cultural que hasta ahora permanece vigente en el país y aporta nuevas alternativas de conocimiento e investigación.

La coordinadora nacional de Arqueología, Laura Pescador, mencionó que ésta será la oportunidad de obtener una mejor interpretación de los procesos culturales por los que transitó el desarrollo del país.

La apertura de los sitios responde a preguntas y problemas de investigación específicos, por ejemplo, las de Zacatecas explican la relación entre occidente, centro y norte de México, así como el flujo de materiales en rutas de tráfico muy largas; por su parte, el sitio de Tancama, Querétaro, busca explicar la relación del altiplano y la costa del Golfo a través de la Huasteca y el Bajío.

La zona de Lagartero en Chiapas, es una capital maya que expone las secuencias culturales e intercambios entre las tierras altas y bajas del estado. Plan de Ayutla, en la misma entidad, se investigó debido a la aparición de glifos emblemáticos de las culturas apostadas en el lugar, símbolos que permiten obtener más información sobre los mismos.

Como se puede constatar, la apertura de estos sitios responde a cuestiones históricas y culturales, además de resultados en beneficio de las comunidades generado por la derrama económica y el mejoramiento de las condiciones de vida del entorno poblacional.

La mayoría de los estados donde se van a abrir los sitios, enfrentan altos índices de pobreza y marginación en comparación con otros, por lo que ése fue el criterio fundamental para favorecer el desarrollo social, vía la inmediata generación de empleos que significaría en primera instancia.

Además de los aspectos académicos previstos como requisitos para inaugurar una zona, existe un plan de manejo que engloba aspectos de operación y oferta para los visitantes.

El plan de manejo se aplicará una vez que se haya definido el tipo de estructuras que existen en cada lugar para planear la conservación pertinente, es decir, la arquitectura, flujos de visitas y factores que determinen adaptaciones y/o modificaciones en el documento, agregó Laura Pescador.

Todos los sitios poseen una cédula de registro público como monumento arqueológico y puede ser consultada públicamente en el Instituto, al igual que los textos donde se avalan los lineamientos que deben contener para dar servicio y ser abiertos.

En cuanto a las fechas para su apertura, no se tiene ninguna definida hasta ahora ya que, en algunos casos, se encuentran en proceso de investigación mientras que en otros, llevan a cabo programas para definir la ubicación de los servicios y planeación de estrategias.

El programa de apertura, dijo, no es cuestión de mencionar una fecha específica, ésta es relativa porque depende, principalmente, de los trabajos de investigación que se lleven a cabo.

Eso no se puede decir radicalmente debido a que si se hacen modificaciones al entorno para adaptar, por ejemplo, inmuebles de servicio, puede surgir una nueva estructura y eso retrasaría el plan original.

Todos los conjuntos arqueológicos contarán con infraestructura sanitaria, estacionamiento, señalización salas de interpretación histórica y museo de sitio.

Para que estos proyectos se concreten serán utilizados recursos del INAH y en casos específicos habrá convenios con los gobiernos estatales y municipales, así como con instituciones académicas nacionales e internacionales. Específicamente, en el sitio El Pahñú, municipio de Tecozautla, Hidalgo, el Instituto realizó acuerdos con la Sorbona de París para realizar trabajos de manera conjunta con el territorio otomí.

A los programas de apertura y manejo los acompañará otro medio más de difusión que se echará a andar una vez que se inauguren paulatinamente los sitios, con la finalidad de informar, de manera precisa, la función que desempeñaron en su contexto antiguo y la que jugarán en el actual, para una mayor reflexión sobre lo que define a los mexicanos.

Revista Protocolo

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