Cultura

Inauguran Festival de las Literaturas Europeas

El encuentro dio inicio el 16 de mayo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

Los escritores invitados a protagonizar
la primera mesa del encuentro titulada
Literatura y Libertad

Ninguna otra expresión de libertad es mayor que la de la voz interior, la de la voz que lee, aseveró el escritor español Alfredo Conde durante su ponencia en la mesa inaugural del IV Festival de las Literaturas Europeas.

El encuentro, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), inició al mediodía del domingo 16 de mayo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. El acto fue encabezado por Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector general del INBA; Stasia de la Garza, coordinadora nacional de Literatura; Delphine Malart, consejera política y de prensa de la Embajada de la Unión Europea, y Dolores Ríos, consejera cultural de la Embajada de España.

También estuvieron presentes los seis escritores invitados a protagonizar la primera mesa del encuentro titulada Literatura y Libertad, Rayk Wieland (Alemania), Lilian Faschinger (Austria), Alfredo Conde (España), Antonio Moresco (Italia), Gabriel Cosoveanu (Rumania) y Maja Lundgren (Suecia).

Ramírez Cárdenas envió un saludo a los presentes en nombre de Teresa Vicencio, directora general del INBA, y agradeció la presencia de estos destacados autores en el encuentro que en corto tiempo ha ganado un lugar preponderante en las actividades literarias y culturales de México.

Sobre la importancia del tema de la mesa apuntó: “Sin duda, literatura y libertad son dos conceptos que siempre deberían permanecer vinculados. La primera difícilmente podría ejercerse, desarrollarse y extenderse sin la segunda. Por otra parte, en el transcurso de los siglos, la libertad, el valor que ha evolucionado con el devenir en el tiempo y a través de las distintas culturas, ha tenido en la literatura a una de sus más influyentes y preponderantes aliados.”

Por su parte, Delphine Malart manifestó la satisfacción que sienten los escritores invitados a este festival porque la libertad para Europa es un tema de gran trascendencia, puesto que todos los países han tenido que luchar por ella en un momento de su historia.

Además señaló: “La libertad forma también parte del conjunto de valores y principios esenciales de la Unión Europea que nos permiten estar al mismo tiempo unidos y diversos.”

Después de la inauguración oficial, los escritores invitados para la mesa Libertad y Literatura compartieron sus opiniones durante dos horas bajo la moderación de Héctor Orestes Aguilar.

El primero en intervenir fue Rayk Wieland, autor de la revista satírica Titanic y de la emisión cultural televisiva Titel Thesen Temperamente, quien prefirió leer un capítulo de su novela Propongo que nos besemos, donde se aborda el asunto de la libertad a partir de la historia de un hombre escéptico ante la caída del Muro de Berlín en 1989.

Aquí un fragmento simbólico: “Me había puesto yo algo melancólico y le dediqué mi puro a la cuestión de si uno necesariamente debía pasar por una puerta sólo porque ésta se había abierto. En muchos libros y películas que conocía, las puertas abiertas eran indicio seguro de una desgracia galopante”.

Otro apartado resaltado por el escritor alemán fue: “Si hubiera sospechado quién le iba a dar la bienvenida a la libertad, seguramente hubiera preferido, como yo, fumarse un último puro y resistir, en lugar de precipitarse por los alrededores, determinado por una voluntad ajena”.

Después continuó la austriaca Lilian Fasdchinger, doctora en ciencias literarias inglesas, quien expuso sus orígenes en una comunidad rural donde vivió ciertas represiones que la motivaron a buscar una forma de liberación, siendo la escritura una de ellas.

“En la región rural donde vengo las mujeres no participaban en nada, eran calladas, no tenían estima, y por ende, eran fácilmente manipulables. Un ambiente no muy estimulante para una niña tan curiosa como era yo. Así que un gran paso hacia la libertad fue la escuela, porque aprendí que la educación podía servir para escapar de la represión.”

Para la ganadora del Premio Estatal de Austria para traductores literarios en 1990 su primer trabajo literario fue el que le dio una verdadera soberanía y libertad a principios de los años ochenta.

“Cada letra, cada frase, cada poema escrito ampliaba mi espacio libre en mi interior y exterior. Con cada libro enfrenté a mis enemigos, como el catolicismo rígido y la misoginia. Mi trabajo me liberó de una existencia de temores, me dio valor para mantenerme firme en mis convicciones.”

En seguida habló el italiano Antonio Moresco, quien confesó haber iniciado en el mundo literario a los 45 años de edad, después de 15 de ser rechazado por muchos editores de su país. Con humildad recordó jamás haber pasado por ninguna universidad y sí haber sido obrero, experiencia de vida que lo ha enriquecido como literato.

Recordó una de sus grandes creaciones, su novela Gli incendiati, donde plasma toda la desesperación y el horror por un mundo en el que domina la esclavitud y la muerte, pero al mismo tiempo donde pondera la necesidad de invención y reinvención de la vida, de prefiguración y de libertad.

Sobre la función de la literatura expresó: “Necesitamos una literatura que no sólo nos haga una descripción casual del mundo, que no sólo sea una fotocopia o un espejo, sino una literatura crítica. Ésta es mi pequeña y quijotesca esperanza.”

Moresco se dijo emocionado de estar por primera vez en México, ya que le es un país muy cercano sentimentalmente, y ha echado en él raíces a través de su historia y su cultura.

Alfredo Conde fue el siguiente expositor. El columnista y colaborador de publicaciones como El Correo Gallego y El Periódico de Cataluña, recordó a Aristóteles, quien se cuestionaba si la literatura debería servir para algo, y que ese algo debería ser la posibilidad de que en ella el ser humano se reconociese a sí mismo.

En ese contexto, el escritor español dijo que cuando la literatura florece es cuando la libertad es plena y el ser humano es digno.

“Ninguna otra expresión de libertad es mayor que la de la voz interior, la de la voz que lee. No existe mayor libertad posible que la de esa voz, la propia de cada uno de nosotros, que recorre las líneas de una página, deteniéndose cuando la reflexión lo reclama o la belleza del texto lo sugiere. Ninguna voz más libre que la voz que lee.”

Conde, cuya obra ha sido traducida a diversos idiomas, dijo que para que el prodigio se produzca, el texto literario que conmueve, estremece, asombra, maravilla, entristece o ilusiona, debió también ser escrito en libertad: “Nada más triste que la literatura confesional elaborada desde los más estrictos prejuicios de escuela o religión, de ideología o partido.”

Finalmente, expresó que la literatura es un gran viaje al interior de nosotros mismos y únicamente siendo libres podremos realizarlo; confía que este encuentro contribuya a ello.

El penúltimo participante fue el escritor rumano Gabriel Cosoveanu, quien se ha desarrollado en los ámbitos de la academia y la literatura. En su opinión, un escritor no puede trascender o ir más allá de su tiempo si no transmite el sentido de la libertad. Además, está convencido que la literatura sigue siendo uno de los mejores laboratorios para estudiar a la humanidad.

También agradeció la invitación para estar por primera vez en nuestro país, pues considera que hay elementos similares entre la literatura de Rumania y México.

La sueca Maja Lundgren fue la encargada de cerrar esta primera mesa de reflexión del encuentro. Quien formara parte del Grupo de Surrealistas de Estocolmo dijo que la relación entre literatura y libertad tiene que ver forzosamente con el tema de la libertad de expresión y la censura.

Señaló que hay quienes pueden pensar que en las sociedades más liberales y modernas se ha dicho todo, pero en realidad eso es falso: “Todas las culturas tienen tabúes y puntos oscuros por más avanzadas que sean.”

Ante ese panorama, la también crítica literaria y traductora consideró que los escritores modernos tienen la tarea de recuperar los ideales: “Hay muchas cosas todavía por decir, y la misión del escritor es encontrar esos puntos ciegos y hacerlos patentes.”

También estimó que la libertad en la literatura va a depender de la capacidad del escritor de resistir a los estereotipos y a los productos de la cultura de masas.

El IV Festival de las Literaturas Europeas se llevará a cabo del 16 al 22 de mayo no sólo en la ciudad de México, sino en los estados de Campeche, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Quintana Roo, Tamaulipas y Tlaxcala.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS