Cultura

Inauguran la exposición interactiva En busca de Teotihuacan. La arqueología en la ciencia

La muestra contiene la más reciente información sobre el sitio en pantallas, reproducciones de excavaciones arqueológicas y actividades interactivas

Una serie de reproducciones de piezas encontradas en varios de los sitios explorados hasta ahora en Teotihucan, de un tamaño que no excede los 30 centímetros de superficie, con un código de barras impreso en la parte de abajo del objeto, han sido colocadas en una mesa donde el visitante al Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad puede pasarlo frente a un lector y mediante este sistema acceder en una pantalla a los datos del objeto de que se trate.

Éste es uno de los recursos que se aplicaron en la museografía de la exposición En busca de Teotihuacan. La arqueología en la ciencia, la cual es presentada en el Museo Tecnológico de la CFE (Mutec), desarrollada por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y el Instituto Nacional de Antropología, para mostrar diferentes aspectos de la arqueología y la importancia de la colaboración interdisciplinaria en la exploración científica.

La muestra fue inaugurada en el Mutec con la participación de Linda Manzanilla, catedrática del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; Lourdes Guevara, titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la máxima casa de estudios; Pedro Francisco Sánchez Masa, de la Coordinación Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y Laura Espino Rubio, directora del Museo Tecnológico de la CFE.

En su oportunidad, Lourdes Guevara dijo que la exposición pone énfasis en que la arqueología y el conocimiento científico son más accesibles de lo que el público piensa, “así que se incluyeron en esta muestra diversos recursos tecnológicos de uso cotidiano, como computadores, una bicicleta, rompecabezas, videos, maquetas y reproducciones de excavaciones arqueológicas.

“Me parece importante señalar que ningún museo del mundo posee una tecnología especial para desarrollar exhibiciones como ésta, pues si bien empleamos aparatos modernos, éstos no fueron creados con ese propósito, así que los especialistas debemos adaptarnos para desarrollar los recursos necesarios y lograr que la museografía sea lo más creativa posible. Por ejemplo, en la reproducción de la excavación, el público podrá entrar a la simulación de un sitio arqueológico pequeño, de unos cuatro metros de diámetro, pero sentirá la textura de las rocas o la arena, además de leer en una pantalla detalles sobre el contexto donde se encuentra.”

Las imágenes mostradas ofrecen información sobre lo que ocurría de manera simultánea en cuatro lugares distintos del país, el Altiplano mexicano, Oaxaca, la Región Maya y la Costa del Golfo, detallando el desarrollo en ese periodo de las distintas culturas que florecieron en la región, para así ayudar al espectador a comprender cómo fue su desarrollo, con ejemplos de sus manifestaciones culturales más destacadas.

La tecnología que se ha aplicado en el estudio de las pirámides es también un recurso que se presenta de manera accesible al público a través de videos explicativos en los que aparece lo mismo la propia doctora Linda Manzanilla como alguno de los integrantes de su equipo.

De esta parte de la muestra, destaca el detector de muones, que son partículas con propiedades similares a las del electrón, pero de masa mayor, que han permitido efectuar estudios a toda la masa de las construcciones del lugar, algo parecido a lo que hacen los rayos X, pero a gran escala y con mayor precisión.

“Esta tecnología fue desarrollada originalmente por la NASA en Estados Unidos y México es el primer país en aplicarla con fines de estudio antropológico. Los resultados han sido espectaculares hasta ahora, pues ayudó a definir el viaje del robot Tláloc II-TC creado por el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para la exploración del interior de la Pirámide del Sol, entre otras investigaciones.

“La museografía representa un viaje al pasado teotihuacano recreando la vida de sus habitantes, grandes plazas, monumentos, artefactos y obras de arte, por lo que ahora podemos saber que se trató de una ciudad tan grande e importante como otras de su época, Roma y Alejandría por ejemplo; sus pobladores provenían de varias regiones de Mesoamérica, su forma de vestir los distinguía, era un lugar multiétnico muy grande y complejo, del que sólo hemos explorado el 10 por ciento de su superficie, lo que equivale a 20 kilómetros cuadrados.”

Linda Manzanilla resaltó que los estudios de medicina forense aplicados a los restos óseos encontrados son uno de los aspectos más atractivos de la exposición En busca de Teotihuacan. La arqueología en la ciencia, pues con ellos se ha podido reconstruir el rostro de algunos de sus pobladores, además de determinar cuál era el oficio que tuvieron, la alimentación que seguían e incluso cómo eran algunos de los rituales en los que participaban.

Revista Protocolo

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