En Munich quedó inaugurado el 22 de marzo el nuevo Museo Judío, el primero que refleja la historia, la influencia y la vida contemporánea de la comunidad judía en la capital bávara.
En la ceremonia de inauguración, el alcalde muniqués, el socialdemócrata Christian Ude, destacó el museo como “una de las iniciativas más importantes de la ciudad en la última década”.
No sólo se trata de un museo, dijo Ude, sino que de esta manera se completa todo un centro judío en torno a la Plaza de Jacobo, ya que en sus inmediaciones se encuentran la nueva sinagoga y el edificio que alberga la sede social de la comunidad.
“Y se trata de haber hecho realidad una visión” que surgió en la década de los ochenta para realizar y enriquecer la vida en el casco antiguo de Munich, dijo.
El museo es el segundo edificio que se erige en Europa con tales fines desde el término de la guerra en 1945. El primero fue el Museo de Berlín, el más grande en Alemania.
En la ceremonia estuvo presente la plana mayor de las comunidades judías e israelíes del país, entre ellas la presidenta del Consejo Judío, Charlotte Knobloch.
El museo, dirigido por Bernhard Purin, centra sus exposiciones y muestras especiales en mostrar la vida cotidiana de los judíos, para que ésta vuelva a ser parte integral de la cultura de la ciudad y la república.
El museo, que pertenece al municipio y no a la comunidad judía, fue construido por el gobierno local a un costo de casi 15 millones de euros (casi 20 millones de dólares).
La comunidad judía de Munich y alrededores cuenta hoy con unos nueve mil miembros, después de haber sido diezmada durante el holocausto.
Fuente: DPA
