Cultura

Investigación sobre la cultura y la lengua maya da para 200 años más

Se cuenta con al menos 15 mil textos jeroglíficos mayas de diferentes acervos y sitios arqueológicos, pero hay relativamente pocos especialistas para estudiarlos

Protocolo/Redacción

maya-lenguaLas interpretaciones recientes de la cultura maya respecto a su arquitectura, vida cotidiana, religión y tradiciones son más precisas que antes gracias al trabajo interdisciplinario entre lingüistas, historiadores, historiadores del arte, epigrafistas, que conocen e interpretan las inscripciones.

La civilización maya abarcó el oriente de Chiapas y Tabasco, así como los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán en su totalidad, y los países de Belice y Guatemala, como también los extremos occidentales de Honduras y El Salvador. Su auge tuvo lugar del año 250 hasta el año 910, aunque ya existían muchos siglos antes de este periodo y lo siguen haciendo hasta el presente.

En este territorio, de unos 325 mil kilómetros cuadrados, se ha hallado una gran variedad de estilos arquitectónicos, escritura jeroglífica, idiosincrasias calendáricas, expresiones artísticas y regionalismos idiomáticos, sociales y religiosos que se reflejan en los textos.

“A partir de 1998 hubo una revolución en los estudios sobre la cultura maya, pues empezaron a trabajar juntos epigrafistas y lingüistas. Fue una decisión muy sana porque trabajaban con los hablantes mayas actuales y no se interesaban por la escritura maya antigua, y viceversa, los epigrafistas no entendían a fondo cómo se estudiaban y cómo se comportaban los idiomas mayas, ni su evolución. Hoy, por vez primera, podemos documentar con testimonios escritos cómo fue cambiando este grupo de idiomas indígenas en tiempo real”, señaló el investigador Erik Velásquez García.

El especialista en historia, arte y epigrafía de la cultura maya explicó que hay al menos 15 mil inscripciones jeroglíficas de diferentes lugares, que desde el siglo XIX se sabe que la lengua representada en ese conjunto de textos escritos pertenece a la familia maya o mayance (compuesta por al menos 28 o 30 idiomas diferentes, cada uno, a su vez, con sus propias variantes dialectales) cuyo origen converge en una sola lengua ancestral: el protomaya, que fue hablado en el año 2200 antes de Cristo (a.C.) en las montañas de los Altos Cuchumatanes, en el departamento de Huehuetenango, Guatemala.

Además, detalló la existencia de un “biescrito”, un documento redactado en dos sistemas de escritura diferentes, compuesto en el siglo XVI por fray Diego de Landa, guardián del convento franciscano de Izamal, que participó en la evangelización de Yucatán.

El documento se titula Relación de las cosas de Yucatán y contiene los nombres y jeroglíficos de los días y meses del calendario maya, así como un “alfabeto” o “abecedario” jeroglífico, con sus glosas o interpretaciones en alfabeto latino, del cual se sabe que en realidad es un silabario, es decir, se representan signos que indican un sonido sin significado inherente, de estructura consonante más vocal.

El coordinador del Posgrado de Historia del Arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó que diversas obras artísticas mayas tienen el componente de las palabras escritas (textos jeroglíficos) y a un lado las escenas no verbales o silentes que acompañan al o a los textos.

“Los epigrafistas han desarrollado dos métodos principales para descifrar jeroglíficos mayas. El primero consiste en encontrar una relación lógica entre textos escritos e imágenes iconográficas, mientras que el segundo método es el análisis estructural, que consiste en detectar y comparar frases o secuencias de jeroglíficos repetitivos como los nombres propios de las personas, dioses o lugares, que debido a su propia naturaleza suelen repetir la misma secuencia de signos.

“Estas nuevas interpretaciones servirán para estudiar la historia de los mayas, así como la evolución de los idiomas mayances y su diversificación, o para comprender el arte maya y la relación imagen-texto. Creo que tenemos material para 200 años más de investigación.”

Solo por poner un ejemplo, en Campeche hay aproximadamente 580 sitios arqueológicos, de los cuales se han excavado científicamente a lo sumo 14 o 15; y aun en el caso de este pequeño puñado de sitios las excavaciones están en ciernes.

Los especialistas de la cultura maya provienen de distintas partes del mundo, en las pasadas décadas de los setenta y ochenta eran principalmente estadounidenses y alemanes, pero ahora hay comunidades de mayistas en México y Guatemala, y se ha incrementado el interés de los europeos de todas las regiones, desde Rusia hasta Portugal, quienes cada año realizan congresos para discutir los avances de sus investigaciones.

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