Cultura

Jazzistas de diversas partes del mundo se reunieron en el Festival de la CDMX

Es difícil lograr entrar en el gusto del público, sin embargo hay que ser perseverantes para sobresalir en el jazz

Texto y fotos: Luis Felipe Hernández para la revista Protocolo Copyright©

Ariel Bringuez, Louise Phelan, Hugo Fernández, Andrés Litwin y Tomas Merlo. Foto propiedad de la revista Protocolo Copyright©
Ariel Bringuez, Louise Phelan, Hugo Fernández, Andrés Litwin y Tomas Merlo. Foto propiedad de la revista Protocolo Copyright©

Aquella música que lleva a la relajación, llama a la nostalgia, saca una sonrisa y provoca concentración en las actividades laborales y cotidianas, sigue manteniéndose en el gusto del público universal.

Jazz, el género musical que inició a finales del siglo XIX y que tuvo su apogeo en Estados Unidos, principalmente en las ciudades de Chicago, Nueva Orleans y Nueva York, y que tiene su base en el saxofón, aunque se ha acoplado a otros instrumentos musicales como la corneta, el bajo, la guitarra, el piano, el violoncelo y la batería, es recordado desde sus inicios por ejecutantes instrumentalistas como Louis Nedd y Buddy Bolden; más a inicios del siglo XX, con el guitarrista Eddie Condon o el pianista Duke Ellington; en los años cincuenta y sesenta, la cantante Peggy Lee hipnotizaba con su voz, al igual que Billie Hollida; y más adelante, entre los setenta, ochenta y noventa, con Milees Davis o el brasileño Stan Getz.

Éxitos como “Toma Cinco”, “Rooster Blues”, “King Porter Stomp”, entre otros tantos, continúan engalanando los programas de conciertos y festivales; sin embargo, el jazz es la música que parece no actualizarse y seguir quedando en el pasado.

En México, los pianistas Juan José Calatayud y los hermanos Enrique y Jorge Nery o el trompetista Cecilio “Chilo” Morán, todos ya fallecidos, fueron los abanderados del jazz. Actualmente y con más de 93 años de edad, el baterista Fortino “Tino” Contreras, sigue representando a nuestro país y considerándose un maestro del género.

Una nueva generación de músicos en todo el mundo ha buscado darle un nuevo toque al género, fusionándolo con otros como blues, bossa-nova, funk y hasta pop, adecuando más instrumentos, pero sobre todo, con la difícil tarea de componer e imponer nuevas melodías que entren en el gusto del público.

El recién concluido Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México (CDMX) reunió a jazzistas de diversas partes del mundo, quienes a su vez han batallado por colocarse en las preferencias, recibir opiniones favorables de críticos y medios de comunicación y ser considerados en festivales en los que puedan impactar con su música.

El saxofonista cubano Ariel Bringuez, el baterista argentino Ariel Litwin, el bajista español Tomás Merlo, la cantante irlandesa Louise Phelan, el guitarrista malgache Patrick Andy y los mexicanos Alex Mercado en el piano y Hugo Fernández en la guitarra eléctrica, son parte de esa nueva generación de músicos jazzistas que han logrado conquistar escenarios y dar continuidad al jazz con nuevos éxitos, y aunque ha sido difícil, han logrado la aceptación del público.

“La fotografía es eternizar un instante, el jazz es algo similar, tiene toda una estructura y desarrollo y en el disco o concierto, capta un instante de toda una creación”, comenta Bringuez.

Sin embargo, esta nueva generación de jazzistas coincide en que para dedicarse al jazz por completo debe haber un factor predominante: persistencia, ya que quienes se han dedicado a ello han pasado por momentos difíciles, ya que han tenido que valerse de tocar otros géneros, o acompañar a cantantes de propuestas muy lejanas al jazz.

Solos o en conjunto, los músicos demostraron en sus distintas presentaciones del Festival del Centro Histórico de la CDMX, abarrotando los distintos recintos donde se presentaron, que tienen con qué para continuar con el género, que cada vez irá demandando más modernidad, más instrumentos, pero sobre todo más público.

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