Cultura

Jerusalem, la ciudad de la música celestial

Jerusalem es reconocida como una ciudad capital de la música y el canto sacro y religioso

Por Abraham Nissan

Jerusalem, la ciudad de la música celestial
Jerusalem, la ciudad de la música celestial

Recientemente el Estado de Israel celebró junto con sus ciudadanos “Yom Yerushalaim”: “El Día Jerusalem”. Un día celebrado a Jerusalem, tanto a la antigua Yerushalaim del rey David y Salomon, como a la moderna Jerusalem —capital del Estado judío.

Algunas columnas se refieren al “Día de Jerusalem” como el día de liberación de Jerusalem en 1967. Mientras que otros, los más, además de los habitantes jerosolimitanos en esencia, se refieren a la celebración de más de tres milenios de Jerusalem como la capital del reinado de David.

Una perspectiva distinta de ver las cosas sería a través de la música. La Kabbalah y el Talmud nos dicen que el universo fue creado mediante coros musicales y celestiales. Muchos libros de Kabbalah se refieren en este sentido a las siete notas musicales, a los siete días de la semana y los siete colores del arco iris, además de muchas otras coincidencias con el número siete.

También como el espectro de la voz, la consciencia y la visión espiritual de la paz.

La ciencia misma no contradice esta versión, que el universo haya sido hecho con música, y dice que el universo está lleno de toques de resonancia y sonidos, muchos de ellos, o más bien todos, caben perfectamente en cualquier espectro musical.

Como el mismo científico, “el japonés Masaru Emoto, quien ha estado llevando a cabo experimentos en todo el mundo sobre el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua”.

El rey David, además de poeta o cancionero, guerrero o general del ejército de su reino, y rey elegido y ungido por el Eterno, era reconocido como músico. No es de desestimar que el rey más importante de Jerusalem, fuese también músico y conociera toda la esencia de la música.

En sus salmos, o Libro de Salmos, se hacen referencias de varios tipos, por ejemplo, dice que el abanico musical tiene cuatro formas: fuego, aire, agua y tierra. También cuatro orientaciones: norte, sur, este y oeste. Jerusalem las reunía todas.

Más aun, en tiempos modernos, Jerusalem es reconocida como una ciudad capital de la música y el canto sacro y religioso, así como Viena fuese alguna vez reconocida como la capital de la música clásica.

Según la Kabbalah el mismo sistema de letras y escritos del Libro Sagrado o las Escrituras Sagradas, está basado también en la sonoridad y codificación de las letras como notas, llamadas puntuación vocal, sonido de la letra, escala, canto o recitación, plegaria y petición, canto comunitario y sabor (colorismo o naturalismo cultural).

Igualmente se conecta a la música con la espiritualidad, al aire y a la respiración, así como al pronunciamiento, estudio, recitación y plegaria con las letras y sus oraciones.

El rey David era sabio como conocedor del violín, aunque los expertos dicen que se refiere a un arpa de tres cuerdas, que en ese entonces era llamada violín. Estas tres cuerdas se referían a las tres columnas del árbol Sefirotico o de la Vida según la Kabbalah, derecha, izquierda y central.

La columna central se refiere a la que contiene y sintetiza el todo, la derecha y la izquierda, genéticamente, como padre, madre e hijo. Asimismo, la palabra hebrea para voz se conecta a todo o conjunto.

El rey David, David hijo de Ishai era músico, cantante y cancionero, componía y cantaba. Era tal su sumisión por la música, que se dice que se levantaba antes de la madrugada por el sonido de las cuerdas que eran tocadas por el viento, ya sea por cuerdas, campanas, o por el silbido del viento mismo.

La “música” en hebreo es una palabra femenina, mientras que “canción” es una palabra masculina, en éstas, se encuentran la masculinidad y femineidad, Adán y Eva, antes de ser separados. También se dice que es como la voz de Dios, una referencia, o como coros angelicales que se escucha en la madrugada y el alba en Jerusalem, uniendo amor, espíritu y armonía.

Por lo mismo, profetas y reyes, confesaron escuchar música en la palabra y voz de Dios. Asimismo, como la parte tradicional de Israel se encuentra la música, desde tiempos antiguos, con usos como el shofar o cuerno de carnero, la flauta de madera, y los tambores hechos de piel.

Así, sin duda, la música es una referencia a la paz, a la alegría y al deseo del amor. Una invocación, plegaria, recitación, rezo, petición, llanto, por la paz. También puede tener referencia en este sentido como metáfora a los latidos del corazón.

Se cuenta que tras dos mil años de diáspora, el pueblo judío regresando a Sion, ya ha retornado a la capital del reinado, Jerusalem, por la piedad de las mujeres y los justos que lloraron por la destrucción de Jerusalem, por el exilio y por las tragedias allí vividas por el pueblo judío.

A lo largo de dos mil años, del año cero de la era común hasta el año 2016 actual, el pueblo judío ha influido y ha sido influido, absorbido y moldeado formas musicales de y con todos los pueblos de la Tierra.

De esta forma única surgió la canción “Jerusalem de Oro” que fue cantada en coro el día 5 de junio en el Templo Yehudi Halevi en la Ciudad de México en honor al rey David y a este día honorable y respetado por toda la comunidad.

Por lo tanto la música le pertenece a todos, y nadie tiene propiedad sobre ésta, al igual como el aire, el corazón y el espíritu mismo, o como el agua, el fuego o la tierra como conjunto.

Jerusalem por ello y mucho más es llamada Ciudad de la Música Celestial, y su traducción es Visión de la Paz, o Herencia de la Paz. Como dice el salmo: “De Jerusalem saldrá la Tora” y “Cantemos al Señor un nuevo canto”.

La actividad principal del Shaba (Sábado o Día Séptimo) —día de descanso— consiste en cantar y hacer cantos a Dios.

Revista Protocolo

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