Cultura

La magia de un cineasta

Demetrio Bilbatúa, cincuenta años de capturar la imagen del México contemporáneo

Por Guillermo Casas Sidwell

Demetrio Bilbatúa. Foto: El Mañana

Desde mi infancia he sido un enamorado del cine; en mis tiernos recuerdos vibra la imagen del Chano Urueta, uno de los pilares del cine mexicano, quien siendo primo lejano de mi madre, de origen chihuahuense, se presentaba a altas horas de la noche en nuestra casa ubicada en las calles de Febo número 22 en la colonia Crédito Constructor.

Don Chano, como cariñosamente le decía, llegaba siempre ataviado con unas maravillosas botas texanas y sombrero a la misma usanza, normalmente con chamarra de piel o con sacos cortados al estilo vaquero. En una camioneta de lujo con placas de Estados Unidos tenía instalada una estación de radio de onda corta con la que se mantenía en comunicación permanente a escala mundial, lo que le ganó innumerables relaciones en todo el mundo, principalmente con quienes lo habían conocido en Hollywood, California.

Con los años mi gusto por el cine se fue acrecentando. Durante mi época de estudiante en el colegio Williams, en el Simón Bolívar y en la Universidad La Salle, la mayor parte de las tardes, cuando no tenía que trabajar, puesto que lo hice desde los 13 años en una de las primeras tiendas Aurrerá que instalaron los hermanos Arango, aprovechaba para ir al cine siguiendo la costumbre de mi vieja madrina María Reyes La Chita, también chihuahuense y que estoy seguro que estaba enamorada de Chano Urueta. Con ella admiré las películas de Mario Lanza, Sarita Montiel, Lilian de Ceris, los hermanos Soler, incluso alguna de Carlos Gardel que me dejó una grata impresión, fundamentalmente por lo maravilloso de su música. Desde luego no faltaron las de Rodolfo Valentino, las de Tin Tan, las de Pedro Infante y Jorge Negrete. Particularmente recuerdo La Perla, producida por Águila Films y Oscar Dancigers, dirigida por Emilio El Indio Fernández, quien a pesar de ser amigo de Chano Urueta, se enfrentó con éste a balazos en el restaurante Ochoa, que después sería el Bali-Hai, pero nunca se hirieron.

Esa película, escrita por el propio Indio, junto con John Steinbeck y Jackson Warner, con la magnífica fotografía de Gabriel Figueroa y la soberbia música de Antonio Díaz Conde, fue interpretada por Pedro Armendáriz, María Elena Marqués, Fernando Warner, Gilberto González, Charles Rooner y Juan García. Quizá La Perla (La Perla de la Paz) fue la película que más me impactó por su dramatismo escénico y valores actorales.

Así transcurrieron los años en los que admiré también grandes películas de Dino de Laurentis, John Houston, Alfred Hitchcock, Luis Buñuel, y muchos otros más que hasta la fecha sigo recordando con admiración, sin dejar de darle un valor muy importante a los realizadores actuales cuyas obras han cambiado la visión del mundo actual y del futuro de la humanidad.

En 1974 tuve la oportunidad de realizar unas cuantas decenas de documentales como encargado del Departamento de Cine, Radio y Televisión del Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (Injuve), organismo que fue creado por el entonces presidente Miguel Alemán con el propósito de atender a la juventud en los ámbitos del deporte, la cultura, las artes, la capacitación para el trabajo y el servicio social.

En mis locuras de juventud conocí a un joven realizador español que andaba por tierras aztecas tratando de encontrar trabajo, Miguel Ángel Quijada. En aquel entonces Héctor González de la Barrera, que era subsecretario de Radiodifusión de la SCT, por recomendación de la señora Juanita Guerra (connotada publicista de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado) me dio oportunidad de trabajar como productor de Radio México que entonces era la estación de onda corta del gobierno de la República y que transmitía a todo el mundo en horarios GMT.

En aquella época conocí a muchos actores: Rita Rey, Carlos Ancira, Ismael Larumbe, Amparo Garrido y Omar Jasso El Mocosón; en aquellos años (1974-1975) las circunstancias eran similares a las que vive actualmente la juventud mexicana por lo que nos dimos a la tarea de llevar a cabo un cortometraje dramatizado bajo el nombre de Excelente oportunidad que abordaba la problemática del desempleo y que tomaba de manera muy precisa casos como el adulto mayor, que interpretó magistralmente Omar Jasso, que acaba consiguiendo trabajando como perro guardián, el joven profesionista que termina vendiendo libros, la joven de clase media necesitada que se prostituye y un joven urbano de clase humilde que se lanza a la aventura de irse como ilegal a Estados Unidos.

En esa época no había relaciones diplomáticas con España, pero mi amigo Miguel Ángel Quijada me platicó del 13 Festival del Film Amateur de la Costa Brava, certamen al que después de muchas peripecias y nuestras supuestas influencias políticas, logramos enviar nuestra película realizada por el apoyo del Injuve. Después de un par de semanas, en el noticiario 24 Horas de Jacobo Zabludovsky escuché: “Triunfa el cine nacional en España” y don Jacobo da la nota sobre el reconocimiento especial que nuestro humilde cortometraje había obtenido en dicho certamen el día 10 de julio en 1975 y en donde se señalaba la acogida que el público le había dado a la cinta. Al día siguiente se publicaría la nota en el periódico Excélsior, dos o tres días después recibí la llamada del licenciado Agustín Barrios Gómez, a quien había conocido por mis actividades del INJM y quien nos había ayudado a llevar acabo algún trabajo documental fotografiado por don Demetrio Bilbatúa, quien también me hizo llegar una felicitación.

Los años pasaron y seguí en mi camino por diferentes campos de la comunicación, teniendo un gran gusto por mi actividad profesional. Sin embargo, en 2005, por enfermedad de mi esposa la doctora Marcel Hernández Estauber, me vi obligado a abandonar mis actividades para atender las cirugías a que tuvo que someterse, las cuales la mantuvieron entre la vida y la muerte.

A principios de 2009 decidí dedicar todo ese año para planear y encontrar un sentido correcto para dirigir una vez más mi vida dentro de la comunicación habiendo puesto en marcha algunos proyectos a principios de 2010, año del bicentenario, año par y año del tigre. ¡Vaya!, con tales elementos tenía que ser un buen año y así fue, en virtud de la inquietud por volver a los trabajos dentro de los medios de comunicación tuve la oportunidad de encontrarme en el brindis de año nuevo de la Asociación Nacional de la Publicidad en el Museo Rufino Tamayo, a mi viejo conocido don Demetrio Bilbatúa, quien como siempre con su característica gentileza y cortesía me saludó afectuosamente y recordamos aquellos viejos tiempos.

Días más tarde, lo busqué por motivos de una nota publicada en el portal de la revista El Publicista, que atinadamente edita y dirige desde hace 29 años mi amigo el señor Antonio Delius, Toño, a quien conocí cuando ingrese a Noble y Asociados Publicidad en 1977 y con quien compartí algunas aventuras profesionales para el cambio de la imagen del Canal 13, la imagen de las empresas Cabezut / Agencias Aduanales Villasana y compartimos micrófonos en el programa Bitácora Publicitaria que se transmitía por una de las estaciones de Grupo Radio Mil, patrocinado por los estudio Graba Mil y la Asociación Nacional de Publicidad.

En la nota reproducía la carta que en 2009 don Demetrio Bilbatúa le enviara al secretario de Turismo el Negro Elizondo (que por cierto no habla inglés), ofreciéndole la película El último país mágico, un documental que recoge el trabajo de Demetrio, probablemente de 50 años, con lo mejor que se ha filmado de todo el país, para que fuera utilizado sin costo alguno para la promoción turística de México. A la fecha, cuando está a punto de irse de la Secretaría de Turismo el impenetrable señor secretario, aún no se ha dignado a contestar la carta de Bilbatúa en donde se le invitaba a ver la película para entregársela para los fines que ya señalé.

Empeñados en la promoción turística y en virtud de que tengo unas ideas exóticas en este campo y por mi cercana relación con Armando Bojórquez y Jorge Hernández, turisteros de toda su vida, andamos en el camino de hacer algo por esta valiosa industria, más ahora que la Organización Mundial de Turismo convoca a los ministros de ese ramo de todo el mundo para que en consenso logren que esta industria sea un factor que equilibre las economías de este mundo global.

En el mes de febrero he tenido la oportunidad de platicar frecuentemente con Demetrio Bilbatúa, y me hizo el favor de prestarme, como antes dije, esta maravillosa película, en ella y bajo su magistral dirección se exaltan los más ricos valores de nuestros recursos naturales, nuestras tradiciones, desde las prehispánicas hasta las que fueron resultado del mestizaje; los majestuosos vestigios arqueológicos, y en fin, todo aquello que sorprende a propios y a extraños.

En 50 años Demetrio tiene el archivo vivo de México, en el que con sencillez explica que quiere que su obra sirva para proyectar a México y que los jóvenes conozcan el valor de nuestra historia, aunque algunos políticos estén tratando de reinventarla.

Demetrio es un hombre orgulloso de su familia, es un hombre querido en el mundo y por muchos mexicanos, ojalá y fuera por todos los mexicanos… Es un hombre multipremiado mundialmente, que además de su acervo cinematográfico ha tenido un alcance mundial, ha recorrido todo el mundo y ha recogido imágenes muy bellas y valiosas; un amante de la vida, un creyente y un hombre que profesa un profundo amor por México, en el que se expresa la magia de un cineasta en su obra El último país mágico, como llamara a México el poeta Pablo Neruda.

En la realización de la cinta participa Roberto Greko, la posproducción estuvo a cargo de Juan José Cordero, con una soberbia narración de Carlos Carballo, así como la participación en la dirección coreográfica de Julio Prieto y el apoyo de las universidades Veracruzana y de Guadalajara.

Próximamente un grupo de medios especializados y que conforman Sinergia Mediática rendirán un merecido homenaje por un nuevo canal de internet apoyado por Ampretur y FIJET (Federación Internacional de Periodistas de Turismo), conjuntamente con las revistas Protocolo, Teorema Ambiental, 2000Agro, Personae y El Publicista, así como por la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes y el Movimiento Ciudadano AC (ONG plural con más de 32 mil vínculos en el ámbito nacional), la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias AC (que este año llevará a cabo su congreso nacional en Cancún, Quintana Roo, y será anfitriona, con motivo del bicentenario del congreso mundial) al señor Demetrio Bilbatúa por su fructífera carrera cinematográfica y su decidida entrega a México.

Contacto: casasmercadotecnia@yahoo.com.mx

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