Cultura

La Sinfónica Carlos Chávez inauguró Foro Internacional de Música Nueva

Presentaron dos estrenos mundiales

Con los estrenos mundiales de Anagké y Sinfonía k1, de los compositores mexicanos Víctor Ibarra Cárdenas y Alejandro Castaños, respectivamente; además del estreno de la versión revisada este mismo año de Homenaje a Copland, de Humberto Hernández-Medrano y la interpretación de Ave Fénix, del joven autor Daniel Ochoa Valdez, la Orquesta Sinfónica Juvenil “Carlos Chávez” (OSJCCH) abrió el XXXII Foro Internacional de Música Nueva “Manuel Enríquez” (FIMNME).

Inaugurado formalmente por Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA-Conaculta), acompañado por Eduardo Soto Millán, coordinador nacional de Música y Ópera del INBA, así como de Ricardo Pérez Miranda, director del Conservatorio Nacional de Música (CNM), el concierto de apertura tuvo como escenario el Auditorio Silvestre Revueltas del propio CNM.

Bajo la batuta de Enrique Barrios, su director artístico y titular del Sistema Nacional de Fomento Musical de Conaculta, la Sinfónica Juvenil “Carlos Chávez” no sólo convocó a una nutrida audiencia, sino que obtuvo su reconocimiento, expresado en las cerradas ovaciones que siguieron a cada ejecución, compartidas con cada uno de los cuatro compositores que subieron al podio al término de la ejecución de sus obras.

El concierto abrió con Ave Fénix (2009), del joven compositor coahuilense Daniel Ochoa Valdez (Saltillo, 1986), egresado en 2002 de la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila. La obra está construida con base en dos series dodecafónicas. Cada serie gira en torno de centros tonales que se establecen a partir de la serie y la tensión/distensión existente entre los intervalos de la misma.

Diversas técnicas básicas de la composición son utilizadas para organizar el sonido. La repetición cíclica de la serie de 12 tonos, así como de los diferentes motivos y temas que de ella se derivan, es compensada por la variedad rítmica y la orquestación. La forma y el nombre de la obra están basados en los diversos momentos del proceso alquímico.

El Ave Fénix, de acuerdo con Daniel Ochoa, ha sido utilizado como simbolismo de la última fase del proceso: la obtención de la piedra filosofal.

El estreno mundial de Anagké (2009), de Víctor Ibarra Cárdenas (Guadalajara, 1978), cerró la primera parte del programa. Sobre la obra, Ibarra Cárdenas señaló que en sus últimas piezas ha querido trabajar de maneras diferentes la perspectiva que puede tener después de ver un cuadro o una idea visual.

Indicó que Whose name was written in the water, cuadro del artista plástico Willem de Kooning, fue en cierto sentido el punto de partida para esta obra, así como también, la idea de lo inevitable. Agregó que una de las consignas al momento de crear fue su idea de elaborar el material texturizado a partir de esbozos, colocarlos en las diferentes secciones, y trabajar en la conectividad de su relieve.

Una de las premisas en las que centró su interés fue la idea de guardar su discurso en el interior de la narración visual. Anagké fue escrita durante el verano de 2009, en Lyon, Francia.

Tras el intermedio vino el segundo estreno mundial de la tarde, Sinfonía k1 (2009), de Alejandro Castaños (Escocia, 1978). Nacido en Edimburgo, de padres mexicanos, graduado de la maestría en composición del Conservatorio Real de La Haya, Holanda, actualmente vive y trabaja en México.

Esta obra está dividida en tres segmentos que se enfocan, cada uno, en distintos aspectos musicales: la pulsación, la ausencia de alturas definidas y las escalas. Desde el punto de vista instrumental, busca crear distintos planos sonoros, a partir de la alternancia de combinaciones de diferente densidad, en una primera tentativa por entender la naturaleza de la orquesta y aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece para generar grandes contrastes.

Este trabajo fue realizado en el marco del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca-Conaculta).

Para cerrar el concierto inaugural del XXXII FIMNME estrenó la versión revisada este año, de Homenaje a Copland, de Humberto Hernández-Medrano (Chihuahua, 1936). Esta obra la compuso como un agradecimiento emotivo, a uno de sus más queridos guías musicales: Aaron Copland.

Esta obra ha sido interpretada por las orquestas sinfónicas de Pekín, Xalapa, Mérida, Aguascalientes, Coyoacán, Nacional de Argentina, además de las filarmónicas de la Ciudad de México y Jalisco.

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