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La verdad sobre la Estrella de Belén, según la ciencia

¿Fue realmente una estrella? ¿Un cometa? ¿Algo más?

Protocolo/Redacción

La verdad sobre la Estrella de Belén, según la cienciaUnos magos que venían de oriente llegaron a Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo”. (…) La estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.

La Estrella de Belén fue, de acuerdo con la tradición cristiana, un astro que guio a los llamados Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento de Jesucristo. Dentro del Nuevo Testamento, en el Evangelio de Mateo se menciona que estos personajes la vieron aparecer por el oeste y, aunque el texto la describe como una “estrella”, no se tenía claro si en verdad se trató de ello o de otro tipo fenómeno astronómico, hasta ahora.

De acuerdo con la ciencia, esta pudo ser la verdad sobre la Estrella de Belén.

¿Una estrella?

Las estrellas son ordenadas y predecibles, es por eso que las podemos utilizar para fijar nuestros calendarios o guiar nuestro camino. Sin embargo, existen eventos que pueden alterar esto, como las supernovas.

Se trata de una explosión estelar que puede manifestarse de forma muy notable, incluso a simple vista, en lugares de la esfera celeste donde antes no se había detectado nada en particular. Pero esto no ocurre muy a menudo: la última que se pudo observar desde la Tierra tuvo lugar en 1604. Los antiguos astrónomos, que registraban cuidadosamente estos fenómenos, no parecen haber visto ninguna supernova durante la época en la que Jesús nació.

Por otra parte, los remanentes de estas explosiones son radiofuentes tan prominentes que permiten a los expertos indicar cuánto tiempo ha pasado desde que el evento tuvo lugar. No hay restos visibles de ello desde hace dos mil años. Así, la teoría de que la Estrella de Belén fue una estrella o una supernova, queda descartada.

¿Un cometa?

Contrario a lo que sucede con las estrellas, la mayoría de los cometas llegan en momentos impredecibles y, aquellos que son predecibles, como el cometa Halley, son famosos precisamente por ser tan inusuales. No se puede desechar la idea de que un brillante cuerpo celeste de este tipo haya pasado por nuestro planeta en el momento preciso, hace dos mil años.

Sin embargo, en los tiempos antiguos, los cometas eran interpretados como signos de fatalidad, no de un acontecimiento alegre como el nacimiento de un rey o un mesías, por lo que la duda prevalece, ya que tampoco se tiene registro de un acontecimiento de tal naturaleza.

¿Un fenómeno astronómico?

El astrónomo Michael Molnar tiene una teoría diferente. En una de sus publicaciones, titulada “Estrella de Belén: El legado de los magos”, el experto se remite a una conocida alineación astrológica de planetas y el Sol que ocurrió cuando nació el emperador Augusto, quien más tarde comenzó a afirmar que el celestial evento era evidencia de que él estaba destinado a llevar la corona.

La clave en este fenómeno fue que los planetas se “levantaron” con el Sol, algo conocido como “orto helíaco”. Desde la Tierra, nadie pudo ser capaz de ver los planetas eclipsados por la luz del Sol. Solo un astrólogo que calculara las posiciones planetarias podría saber que ocurrió algo así, lo que pudieron haber hecho “los Magos de Oriente”.

Molnar encontró únicamente una agrupación de planetas con estas características en la constelación de Aries a finales de marzo del año 6 a.C., y de nuevo en abril, justo el año en que los historiadores consideran que fue más probable que se diera el nacimiento de Jesús.

Parece que esta es la explicación más convincente hasta el momento sobre la Estrella de Belén, aunque no se tienen suficientes datos como para asegurar que se trató de ello.

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