Cultura

Mercadillos navideños en la República Checa

Desde finales de noviembre se respira un ambiente bohemio y navideño en las plazas y calles de la República Checa: las luces decoran las ciudades, las tiendas exhiben mil regalos como marionetas, juguetes de madera y esculturas elaboradas con el preciado cristal de bohemia; dulces tradicionales llenan de olor el ambiente y se bebe vino caliente en luminosos puestos que rodean espectaculares árboles de Navidad. Son los mercadillos checos, que, junto con los belenes vivientes, anticipan las fiestas en todo el país.

La capital checa puso en marcha desde el 26 de noviembre hasta el 1 de enero 2006 dos célebres mercadillos, el de Plaza de la Ciudad Vieja y el de la Plaza de Wenceslao. En ellos se encontraron todo tipo de objetos de artesanía checa, especialmente marionetas y juguetes de madera, joyas de granates, adornos elaborados con cuerda, madera, y cristal, y objetos de cerámica y cristal de bohemia. Para hacer un alto muchos puestos ofrecieron dulces típicos checos como pasteles de Navidad o “Vanocka”, rollos de vainilla, pan de jengibre decorado o pasteles de nueces, y bebidas tradicionales como vino caliente con canela y clavo, llamado “svarák”, o “grog”, una bebida típica navideña hecha de té con ron, así como licor de aguamiel caliente y ponche.

En Praga la Plaza de la Ciudad Vieja es el corazón de las fiestas. En estas fechas permanece cerrada al tráfico, y se llena de músicos ambulantes y vendedores callejeros. Bajo el espectacular árbol de 30 metros de altura se instala un belén viviente cada año que es otro de sus atractivos, y el 25 de diciembre los paseantes pueden degustar el plato tradicional checo por excelencia en estas fiestas, la carpa, que se reparte durante toda la mañana Sin olvidar la fiesta de Fin de Año en la Plaza de la Ciudad Vieja, que acoge el año nuevo con las campanadas del espectacular Reloj Astronómico y sus figuritas animadas, y conciertos al aire libre que atraen a una gran cantidad de jóvenes de toda Europa.

Por su parte la ciudad UNESCO de Cesky Krumlov, en Bohemia del Sur organiza un mercadillo artesanal en la Plaza Mayor, donde el 23 de diciembre se instala un belén viviente. El día 26 las tabernas de la ciudad celebran las fiestas de San Esteban con muestras de gastronomía tradicional, y las galerías y salas de arte de la ciudad invitan al viajero a elaborar galletas artesanales y figuritas decorativas, todo ello al ritmo de la música característica de la ciudad, el jazz, que entona sus particulares villancicos en cafés, pubs y bares. Otras sugerencias navideñas son Brno, la segunda ciudad más poblada de República Checa, que organiza un célebre mercadillo, y la pequeña Karlstejn, cerca de Praga, que exhibe el mayor belén de marionetas del país, así como una peculiar natividad hecho de pan de jengibre.

Revista Protocolo

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