Cultura

Mujeres sin cuello, una historia sobre discapacidades

Narra la historia de una enfermera al cuidado de una niña sin brazos ni piernas que es confinada a un cuarto para no ser vista en una fiesta

Mujeres sin cuello, una historia sobre discapacidadesEl teatro es un ritual que nos lleva a confrontarnos con la naturaleza humana, dice el dramaturgo Carlos Iván Córdova, quien es congruente con esta premisa en el texto de Mujeres sin cuello, en la cual expone las carencias físicas y emocionales de dos personajes solitarios.

La obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2013, la cual inició temporada recientemente en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, narra la historia de una enfermera al cuidado de una niña sin brazos ni piernas que es confinada a un cuarto para no ser vista en una fiesta donde su madre es la anfitriona.

“Tuve el reto de crear un personaje con movilidad limitada y traté de compensar esa falta de extremidades con una inteligencia lingüística. Creo que cuando un ser humano se siente inconforme o incompleto siempre va a utilizar algún tipo de prótesis espiritual, lingüística o física para tratar de legitimar su integridad”, explicó el escritor.

Es así como Milagros está lejos de ser un personaje que cause lástima, se muestre indefenso o vulnerable, por el contrario es capaz de poner en jaque a cualquier persona.

“A veces pensamos que una persona discapacitada es muy buena, que no tiene rencores, que se compadece de sí misma y aquí nos encontramos con un personaje que le da vuelta a esa idea común”, consideró la actriz que interpreta a la enfermera Amelia.

Y es que Mili, encarnada por Patricia Yáñez, es una niña manipuladora, que marca la diferencia en las clases sociales y constantemente amenaza a su cuidadora haciéndola ver su ignorancia.

“Amelia es una mujer sola que pasa por un viaje emocional intenso. Tiene una amante, no es casada, no tiene hijos y está necesitada de dinero y de amor”, dijo Mahalat Sánchez.

Fue justo la creación de estos personajes lo que requirió un trabajo arduo en donde las actrices, bajo la guía de Ginés Cruz, requirieron de un entrenamiento corporal con la ayuda de la bailarina Erika Méndez.

“Estuvimos casi tres meses ensayando, con entrenamiento de yoga, practicando cargadas (…) También exploramos el tema de la incomodidad en el cuerpo y los estados de ánimo para que se diera esta ficción”, agregó la becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Creadores Escénicos 2014.

De acuerdo con el director Ginés Cruz, se necesitó indagar físicamente en el personaje de Milagros, investigar su corporalidad, su fuerza, su energía, la forma de movimientos de las personas sin extremidades, pero además la manera como se pudiera crear la ilusión de su discapacidad en los espectadores.

“Fue una de las cosas más complicadas, porque no estaba a favor de utilizar efectos especiales o video. La ilusión se puede lograr con convenciones para hacer que el espectador crea y en este caso el trabajo de la actriz y el vestuario ayudaron mucho.”

Otro de los elementos fundamentales es la escenografía que adquiere un peso fuerte en la puesta en escena al estar llena de símbolos relacionados con el tema del encierro y la ausencia.

“No quise construir una escenografía realista, sino algo que diera una cuestión más conceptual y fuera vistoso. Carolina Jiménez trabajó sobre una especie de jaula y en el piso se observa una fractura, como si denotara que le falta algo, al igual que a los personajes”, explicó.

En el caso del cuarto donde se desarrolla la historia, se observan objetos que ya no sirven o les falta alguna de sus partes, con el fin de crear la ilusión de que nada funciona bien: sillas sin patas, una estufa que no enciende…

Para el dramaturgo Carlos Iván Córdova, el director ha sabido manejar el tono y las posibilidades del texto, dotado de melodrama y humor negro en un ejercicio de emociones, donde el espectador pasa de la risa a momentos de tensión.

Destacó que Mujeres sin cuello fue una de las tres obras que escribió como becario, creada con la menor cantidad de elementos posibles para explorar inquietudes que siempre ha tenido sobre el comportamiento humano y donde se manifiesta la minusvalía emocional que de pronto un ser humano o una persona puede tener al estar frente a emociones que no entiende.

“En mis obras trato de explorar las maneras como la gente construye un poder, construye la realidad del amor o las redes sociales, y creo que hay ciertas realidades que únicamente pueden construirse a través del lenguaje.”

El director Ginés Cruz concluye que se trata de una obra que conecta con la gente por esas faltas que vamos teniendo en la vida, pues con el paso del tiempo perdemos cosas o funcionalidad en nuestros propios cuerpos.

Mujeres sin cuello se presentará hasta el 31 de octubre, con funciones los viernes a las 20:30 horas en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn. Localidades: $150.

Revista Protocolo

Palabras clave

Países que nos están viendo

ALIANZAS