Cultura

Museo de Antropología, escenario de la Judea Cora

En dicha festividad ritual de Semana Santa participaron cerca de un centenar de habitantes de San Juan Diego, del municipio de Rosamorada, Nayarit

Con la participación de más de 90 habitantes de San Juan Diego, del municipio de Rosamorada, Nayarit, se presentó la Judea Cora, festividad ritual de Semana Santa de los indígenas de esta entidad, en el Museo Nacional de Antropología (MNA).

Por vez primera, la ciudad de México fue sede de esta representación mágico-religiosa que tradicionalmente tiene una duración aproximada de cinco días, pero en esta ocasión se ofreció una versión abreviada de cinco horas, de las 12:00 a las 17:00 horas, en el patio interior del MNA.

Dicha celebración, que forma parte del programa Fiesta, Música y Cantos de los Pueblos Indígenas, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), se desarrolla en un contexto plenamente religioso, en el que los “actores” son los miembros de la comunidad y todo el poblado se convierte en escenario.

Alejandro González Villarruel, subdirector de Etnografía del MNA, comentó que en esta festividad participarán cerca de un centenar de indígenas, en su mayoría hombres, pero también algunas mujeres que son las encargadas de preparar los “alimentos rituales” que “cancelan el tiempo normal e inauguran el tiempo ritual. Será un momento en el que los coras van a conquistar culturalmente el espacio del museo y a los espectadores”.

El etnólogo añadió que la Judea Cora “es la misma Pasión de Cristo, propia de la evangelización católica, pero con una fuerte carga de las ideas cósmicas del pensamiento cora, así que no sigue propiamente la liturgia que enseñaban los misioneros”.

Detalló que en la región cora, durante la Semana Santa, los indígenas se transforman en diferentes personajes: Cristo, judíos, fariseos, moros, demonios blancos y negros. “Tienen por costumbre pintarse el cuerpo con ceniza de olote quemado, arcilla blanca o anilinas de distintos colores, y por eso se llaman a sí mismos ‘borrados’, ya que el fin es matar a Cristo y sacrificar al centurión que los engaña.”

Además de su vistoso atuendo, los varones portan coronas con cuernos de venado y elaboran flautas de carrizo, tambores de parche y sonajas de concha de tortuga. “Esta celebración se realiza para vivir bien con la familia y la sociedad, y pedir perdón por los pecados cometidos.”

Jesús Jáuregui, especialista en el tema, señaló que durante el ritual de Semana Santa, “las autoridades civiles ceden al grupo ceremonial de los centuriones el control del tiempo, del espacio y de la vida pública de las comunidades. El centurión dirige a los judíos y se encarga de la organización del festejo a partir del Miércoles de Ceniza”.

Añadió que “desde el Jueves Santo por la mañana, los varones de la comunidad se transforman en borrados o judíos… y el Viernes Santo, acechan, capturan y ejecutan al Cristo-Sol-Maíz en sus personificaciones de niño, adulto y anciano… El Cristo-Sol resucita el Sábado Santo por la noche y los castiga. Los judíos se arrepienten, deponen las armas, ofrecen disculpas por las fallas que hubieran cometido y agradecen a las autoridades de la comunidad haberles permitido realizar una vez más la Judea”.

Alejandro González Villarruel indicó que para la comunidad de San Juan Diego, dicha tradición refuerza su sentido de identidad y vínculos culturales. “Su presencia en el MNA permite difundir su riqueza cultural y promover la convivencia de los habitantes de la ciudad de México con las comunidades étnicas invitadas.”

Finalmente, señaló que el programa Fiesta, Música y Cantos de los Pueblos Indígenas ha contado con el apoyo de instituciones públicas y privadas como el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y Fomento Social Banamex.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS