Fiel a su costumbre de sorprender y causar polémica, el músico israelí naturalizado estadounidense ofrece un espectáculo de una hora, dejando atónitos a sus fanáticos que exigían más tiempo de show
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©
Fotografías: Internet
Apenas llevaba una hora de concierto, cuando el Pepsi Center World Trade Center (WTC) retumbó con “Rock and roll all night”, la algarabía a todo lo que da y las más de cinco mil personas que extasiadas coreaban la canción y gritaban emocionados frente a su ídolo; pero al término de esta, Gene Simmons desapareció del escenario para no regresar.
A pesar de que el staff del recinto de la colonia Nápoles de la Ciudad de México encendía las luces, abría las puertas y programaba en la pantalla el anuncio de “Gracias por venir”, el público creyó que se trataba de una broma, no se movió de su lugar y esperaban que el cantautor volviera a aparecerse y continuar con su amplio repertorio musical, pero no fue así. Muchos con cara de descontentos y otros no daban crédito a lo que estaba sucediendo, poco a poco abandonaron el recinto, conformándose con toma de fotografías con quienes se atrevieron a ir caracterizados como “El Demonio” de Kiss.
En punto de las nueve de la noche, Simmons salió acompañado de cuatro músicos, y encendió los ánimos con éxitos pocas veces escuchados de Kiss, pero cantados por la multitud, como “Radioactive”, “Pasasite”, “Do you love me”, “War machine”, “Charisma” y diez canciones más. Además de proponer a sus fanáticos mexicanos, en repetidas veces, el tradicional canto del “Oe oe oe” y en un par de ocasiones el “Cielito lindo”, acciones a las que sus seguidores respondieron.
Algunos asistentes tuvieron la suerte de estar cerca del ídolo en el escenario, primeramente, un grupo de jovencitas que bailaron con él; una segunda ocasión, cuando pasó a un menor de edad, que, con el icónico maquillaje de Kiss, saludó a Simmons e hizo los gestos y ademanes característicos de su personaje con la banda de Nueva York, ahí al ver la reacción del chiquillo de enseñar la lengua, fue la única ocasión en que el cantante lo hizo también; y finalmente, justo en la última canción, hombres y mujeres bailaron con él en el escenario.
Nunca se supo si realmente el concierto estaba programado para durar una hora o fue otro desplante tradicional del cantante de Kiss, pero lo que sí es un hecho, es que la polémica lo vuelve a invadir, tras anunciar en junio de este año, la intención de querer patentar el ademán de los cuernos con las manos, alzando los dedos meñique, índice y pulgar.
Y a partir de ahí, la gran incógnita: ¿habrá un regreso de Kiss a México o fue la forma de despedirse como artista de tierras aztecas?
