Cultura Etiqueta y Protocolo

¡Qué falta de respeto! ¡Qué atropello a la razón!

Cualidad inexacta, el movimiento me quita poder de influencia sobre el otro. El encargado de prensa del área protocolar, entonces, debe pensar en todo para no alterar la imagen de la persona que asesora o acompaña, mirando diarios y reuniéndose con la prensa, para descubrir errores y faltas. Estudiamos las reglas, las memorizamos; entonces me pregunto, por qué no cumplirlas y hacerlas cumplir sabiendo que debemos trasmitirlas para que la persona a quien asesoramos y acompañamos logre negocios, amistades y no cultive enemigos ni pérdidas a un país o empresa.

Sabido es que la presidenta y su esposo desconocen las reglas, que sonríen y quieren inventar reglas propias, y no observar el protocolo, reglas, que ya están escritas. Esas reglas que heredamos de Dios Padre, cuando entrega al profeta Moisés el Decálogo, y en Argentina se establecieron en 1926, en el decreto del presidente Marcelo T. de Alvear.

Otro descuido…

La señora presidenta llegó puntualmente al Congreso a las 11, hora de Buenos Aires, para la inauguración del periodo ordinario de sesiones.

Desde la Casa de Gobierno, hizo el recorrido a bordo de un auto oficial a marcha lenta hasta llegar al Congreso.

Acompañada de la Escolta de Granaderos del General Don José de San Martín, regimiento histórico, que cumple funciones protocolares que enaltecen la nación; regimiento, que el Padre de la Patria forma para participar en la batalla San Lorenzo y en el Cruce de lo Andes.

Nuestra distinguida dama, llega al Senado de la Nación con su escolta, la cual cumplía con los rituales de la ceremonia. Me pregunto, la señora llegó en un auto presidencial sentada en la parte delantera junto al chofer, ¿es eso correcto?

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