Cultura Etiqueta y Protocolo

Reglas para vestir bien

“La sola manera de adquirir una elegancia perfecta, es tener una educación perfecta”
Oscar Wilde
Patricia Elena Blanco Ratti

Sobre la moda Oscar Wilde dijo: “Después de todo ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan tolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.”

La moda surgió en Europa a finales del siglo XIV, teniendo hasta entonces las variaciones en las formas de las prendas su origen en necesidades no estéticas, sino sociales o económicas. En este sentido, y con la moda, comenzaron a producirse cambios en los trajes, más influenciados seguramente por la búsqueda de un cambio estético que por la necesidad.

El concepto de elegancia tiene sólo sentido en cada cultura determinada, ya que lo que se considera correcto en occidente, por ejemplo, difiere de lo que es elegante en oriente.

La moda se puede entender como la preferencia del buen gusto sobre la necesidad. Es en el periodo de entreguerras que nace la alta costura, y tras la Segunda Guerra Mundial es cuando se empieza a desarrollar el prêt-à-porter, lo listo para llevar, pudiendo de esta forma las clases medias acceder a la moda permitiendo el crecimiento de la industria y el comercio.

La moda

Realmente no podemos ignorar la moda, ya que es un reflejo del estilo de vida que una sociedad ha elegido en un momento determinado, dado los usos y costumbres del momento, si bien lo que dicta la moda no debe ser seguido con rigidez, siguiendo todos los detalles, pues eso nos haría tal vez caer en una extravagancia, que nos llevaría al ridículo.

“Si alguien se vuelve para mirar tu traje, es que no vas bien vestido”
George Bryan Brummel

Lo importante es buscar el equilibrio entre la elegancia, la naturalidad, el buen gusto y la sobriedad. Hay que tener en cuenta, en este sentido: los colores, estilos de corte, etcétera. Pensar la circunstancia, la hora del día, la estación. Pensando que cada persona pertenece a una posición social o profesional que seguramente le marcará el estilo que ésta debe seguir, por las costumbres de su vida, sin olvidar, por supuesto, la edad y características propias, siempre siendo sencillos, sobrios, evitando extravagancias, excesos que solucionará eligiendo lo clásico.

La palabra elegancia procede del término latino elegans, que a su vez deriva del latín y significa elegir. Si pensamos en esto seguramente la persona elegante sería la que ha sabido elegir entre las posibles prendas que son aquellas que mejor le sientan o favorecen, las que resaltan sus virtudes y disimulan sus defectos, es la persona que no ha pensado en la marca ni en lo que ha gastado, simplemente es elegante, porque actúa con esa naturalidad que le permite actuar y moverse, correctamente. Es esa persona que le proporciona ella la elegancia a la moda, no siendo la moda la que la hace elegante.

¿Qué es ser elegante?

La persona que ha estado en un lugar concurrido y nadie la puede recordar.

Se puede hablar del silencio de la ropa y del vestido, en el momento en que se olvida completamente que se lleva puesto determinado vestido, ya que uno se siente tan cómodo como si no se llevara nada.

En este sentido se dice que un hombre bien vestido es aquel que ha comprado su ropa inteligentemente, se la ha colocado con esmero y después se ha olvidado de ella.

En general, la moda y la elegancia están muy unidas a la naturalidad, armonía, respeto y buen gusto, no siendo elegante lo que se suele juzgar como excéntrico, o demasiado atrevido.

La discreción y sencillez son siempre preferibles a la exageración y ostentación.

El buen gusto suele ser independiente de las posibilidades económicas de cada uno, en este sentido algunas personas consiguen con poco dinero un aspecto mucho más elegante que otras que invierten más dinero al combinar las prendas que favorezcan mejor su imagen.

El dandi

Es inevitable escuchar la palabra y no pensar en un caballero británico. Precisamente el origen de este concepto es: George Bryan Brummell, más conocido como Beau Brummell, que inició a finales del siglo XVIII y principios del XIX un concepto que define la moda hoy en día: el triunfo del buen gusto sobre cualquier otra cosa, podríamos decir dinero o buena cuna, y yo me inclino por decir simplemente buena cuna y un exquisito buen gusto, factores necesarios que no da el dinero.

Beau Brummell dijo un día: “No puedo estar tan elegante si es que usted lo ha notado.” Así le contestó a un joven que alabó su vestimenta.

Una forma de vida

George Bryan Brummell (1778-1840).

Famoso dandi inglés que dedicaba nueve horas diarias al acicalamiento de su persona.

George Bryan Brummell nació en Londres en junio de 1778, vivió en tiempos del rey Jorge IV que confiaba en su palabra sobre moda como una ley, al punto que se le conocía como “ministro de la moda y el buen gusto”.

Ser un dandi entonces era todo un estilo de vida. Brummell decía que era capaz de cambiarse de guantes seis veces al día, lustraba sus botas con champaña y tenía para su cabello tres peluqueros, era sin lugar a dudas un hombre que tenía un exquisito gusto por la ropa, era el modelo a seguir en cuanto a tendencias de ese momento, y por todos copiado. Era un dandi.

Camisas impecables, pantalones ajustados al cuerpo, una verdadera perfección en la línea y en las texturas. No le gustaban las telas con brillo, y usaba medias de seda y botas de charol.

El mismo Lord Byron, poeta de la época, decía de Brummell que “George Bryan Brummell hacía pensar a su cuerpo”.

Trajes de etiqueta

Es un tipo de vestuario que se usa en determinados actos sociales y ceremonias muy formales y solemnes.

Es importante recordar que en los actos en los que se requiera etiqueta, deberá constar expresamente en la tarjeta de invitación.

El frac

Uso del frac con chaleco blanco

Es un traje que está reservado para la noche y ocasiones muy formales, por lo que se convierte en el traje de máxima etiqueta. Se llevará cuando el ceremonial o protocolo, o la invitación lo señalen. Lo puede utilizar el novio cuando la boda sea después de la caída del sol.

En funciones de gala y en comidas de gala.

Uso del frac con chaleco negro

Se utilizará en ceremonias oficiales, en el día como en la noche, Tedeum y Teatro Colón solamente para el palco presidencial.

Visitando al santo padre o a un jefe de Estado.

Uso del frac con chaqueta blanca

En verano, para fiestas o bailes.

Uso del frac azul con chaleco del mismo color

Se usa en el día y reemplaza al de chaleco negro.

Está compuesto por una chaqueta negra con botonadura simple o cruzada que es corta por delante y larga por detrás, con los faldones traseros en pico. La camisa es blanca, con pecho almidonado y cuello subido, cerrándose los puños con gemelos.

La corbata debe de ser de lazo y blanca, esto es importante porque es el símbolo de este traje y así es como se le denomina en la mayoría de las invitaciones.

White tie, en Estados Unidos, corbata blanca. No obstante, se puede utilizar corbata negra durante el día.

“Un traje viejo, un sombrero maltrecho, una perfecta corbata y un buen cuello: eso hace a un hombre bien vestido”
Barón de Meyer (experto internacional en estilo, 1930).

El chaleco del frac es ajustado, de una fila o cruzado, de color blanco, aunque puede ser negro para determinadas ceremonias como actos académicos.

Los pantalones son negros lisos, con una tira lateral del mismo color, más brillante. Los zapatos negros de charol, de suela muy fina y con cordones, siendo los calcetines de hilo o seda, también negros.

Se puede acompañar, de la manera más correcta, con guantes blancos y sombrero de copa.

El frac permite lucir condecoraciones y medallas. Si se tiene una banda, se debe de vestir sobre el chaleco, de hombro derecho a cadera izquierda; en algunas condecoraciones se usa al revés, siendo esto obligatorio si el acto lo preside un jefe de Estado, y en otros casos puede dejarse debajo del chaleco. Las condecoraciones en miniatura se deben colocar en el lado izquierdo de la solapa, colgando de cintas. Si se trata de una placa, en el mismo lado izquierdo, pero un poco más abajo, en fila si son varias y nunca más de tres. Las condecoraciones se colocan por orden de importancia comenzando por el lado derecho, en la parte izquierda del pecho. Si se trata de un collar de alguna orden, se colocará sobre los hombros por encima del frac.

Uso de chaqueta

Se empezó a utilizar en la corte británica, el siglo pasado para montar a caballo. Es una prenda utilizada durante el día y se puede decir que el límite en cuanto al uso, sería entorno a las 19:00 horas. Existen dos variedades, la de color negro y la gris, siendo la primera la más ceremoniosa.

La chaqueta tiene la parte delantera más corta y curvada, terminando en faldón por detrás, la forma de abrocharla es con un doble botón a modo de gemelos unidos por una cadenita corta.

El chaleco puede ser gris perla, beige o negro, para actos fúnebres o entierros, de una fila o cruzado. La camisa será siempre blanca y con el cuello duro.

La corbata es de un tono gris plateado, con nudo normal y puede estar acompañada con un alfiler de corbata con cabeza de perla, o brillante.

“Una corbata bien anudada es el primer paso serio de la vida”
Oscar Wilde en su obra Una mujer sin importancia, 1893.

El pantalón es gris de rayas finas verticales, negras y grises, sin vuelta y los zapatos negros, con cordones. Las medias de hilo o seda y de color negro.

Los accesorios tradicionales son el sombrero de copa, un bastón y los guantes a juego, hoy en desuso.

Importante es señalar que la chaqueta no admite condecoraciones ni medallas, salvo determinadas excepciones.

Smoking

Uso del smoking negro

Comidas donde en la invitación no se especifique el uso del frac.

Se utilizará en bodas siempre que no sea el novio o padrino.

En funciones de teatro, fiestas, reuniones, bailes que no sean de gala.

Uso del smoking con saco blanco

Reemplaza al anterior en verano, no se lleva por la noche en funciones de teatro.

Es el traje de ceremonia más usado por las noches. Su origen corresponde a cuando los caballeros ingleses lo empezaron a utilizar para fumar, to smoke, también llamado dinner jacket o black tie; en Estados Unidos se conoce como tuxedo por el Tuxedo Park, que era un club neoyorquino donde se usó por primera vez.

En las invitaciones se suele indicar la expresión “corbata negra”, para los actos que requieran esta etiqueta.

La chaqueta es negra y de botonadura sencilla, con las solapas en punta o con cuello sin muesca forrado con un tejido de seda o satén que hace que esta prenda se distinga claramente. Las chaquetas blancas son más propias de latitudes calurosas.

Puede llevar chaleco negro, y si no se acompaña de una faja, colocando sus pliegues hacia arriba, ya que originariamente escondían un pequeño bolsillo. Si la chaqueta fuera cruzada no será preciso usar faja ni chaleco, pues la cintura ya estaría cubierta.

La camisa más clásica es la de color blanco y puede llevar unas lorzas a ambos lados de la botonadura, cerrándose los puños con gemelos, que han de ser dobles. La pajarita será negra.

El pantalón es de color negro, cualquiera que sea el color de la chaqueta y sin vuelta, normalmente lleva una cinta en los costados.

Los zapatos deben ser negros y de charol, o muy brillantes, y pueden ser un poco más escotados de lo habitual. Pueden ser mocasines, con una hebilla o lazo en el empeine y también se admiten los de cordones. Las medias, serán negras de hilo o seda.

Algunos consejos

La ropa debe ser humilde, siempre debe estar impecable. En este sentido vestir una prenda sencilla, simple y barata, si se hace con estilo y dignidad, puede transmitir una imagen de máxima elegancia, mientras que un traje muy caro sucio y descuidado da la imagen de que quien lo porta es una persona descuidada y con poca higiene personal.

Se debe intentar evitar el deterioro de la ropa, cuidando su conservación como: coser los botones que empiezan a desprenderse, cuidar las costuras, guardar la ropa en sitios o armarios adecuados para que no se desforme.

Es importante llevar la ropa correctamente planchada, ya que las arrugas indican una dejadez, al tiempo que da una imagen negativa de la persona.

Es importante tener en cuenta que hay que vestirse de acuerdo con las circunstancias de cada ocasión, ya que no es lo mismo acudir a una cena o comida de gala, que reunirse con los amigos en el campo un fin de semana.

Las normas prácticas de carácter general

La oportunidad o inoportunidad de nuestra ropa transmitirá mensajes silenciosos de poca o mucha adaptación social. En este sentido quien asiste a un lugar correctamente vestido suele transmitir seguridad en sí mismo.

Todas las prendas llevan implícita alguna intención y en este sentido en importante vestirse de acuerdo con la impresión que queramos transmitir.

Los modelos, diseños y colores no están pensados para todo el mundo, en este sentido conviene que el vestuario sea el más adecuado a la edad que tenemos y las características de la figura. Es preferible no llamar la atención y recurrir a colores más bien neutros y líneas sobrias. Los colores deben ser lo más clásicos posible, utilizando los colores más claros para la mañana, los intermedios para la tarde y los más oscuros para la noche, pues estos últimos son los más formales. Es preciso recordar también que en verano debemos usar los colores más claros que en otoño o primavera y más oscuros en invierno.

Before six never blue, after six never brown (Antes de las seis nunca azul, después de las seis nunca marrón).

En el ámbito de trabajo no se lleva vestuario informal, salvo que éste sea el estilo de la empresa. Lo mejor es mostrar una imagen prudente o conservadora, para no llamar la atención.

El hábito hace al monje

Un ministro, un secretario, psicólogo cada uno debe elegir la vestimenta correcta que lo identifique y dignifique el rol que la sociedad o su tarea le hallan otorgado; un presidente una primera dama, deben observar la vestimenta adecuada a su edad, a su actividad, y en el nivel de personas que deban recibir o entrevistar.

Una persona de alto cargo no debe de ir pobremente vestido, daría de esa manera una impresión de falsa modestia. La persona que va bien vestida, demostrará su buen gusto, sobriedad y una sencilla elegancia, la que permitirá demostrar consideración y respeto hacia los demás.

Si comprendemos que el hábito hace al monje, realmente podremos evitar tristes equivocaciones que nos llevarían a no lograr el éxito. Recordemos que para lograr el éxito debemos ser puntales, llevar la vestimenta adecuada, usar siempre un vocabulario correcto, saber qué decir y, sobre todo, lo que hay que callar.

¡La educación en el hablar, respetar la etiqueta en el vestir son parte de esa llave que abre la puerta del éxito!

“Que vivas todo el tiempo que quieras. Que quieras todo el tiempo que vivas»
George Bryan Brummel

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