Cultura

Rogelio Flores, Integración con la naturaleza

Sin duda, en la obra de Rogelio Flores se puede apreciar una identificación e integración con la naturaleza. En específico, la propia tierra es el sentido espiritual y físico que lleva presente cada tela. En un gran número de ellas, el artista utiliza mezclas de tierras, el olor de las cuales, comenta, «le recuerda su agradable infancia en el campo».

Pinceladas bien definidas con tonos suaves hacen un estilo muy personal. Utiliza en ocasiones como tema al ser humano, ser de barro, ser que polvo es y en polvo se convertirá.

La armonía de los colores en baja intensidad, provoca sobre el lienzo una lectura muy limpia de la obra; su aprecio por lo natural se manifiesta de inmediato ya que no busca minotauros ni elementos que pertenezcan a otras dimensiones.

Desde muy joven maneja el barro y el carbón y con ello elabora retratos de la gente que se encuentra a su alrededor. «Mi expresión personal es una expresión animal, carnal, es decir, al pintar, proyectar, dibujar, pensar, sentir, lo hago de la manera primaria, sin restricciones morales o religiosas.

«Pintar para mí es una experiencia de libertad, de comunión, de empatía con mis semejantes y con mi entorno, una experiencia, como diría el filósofo Éric From, de unicidad con lo otro», afirma el artista.

Biografía

Rogelio Flores nació el 17 de marzo de 1953. De 1969 a 1972 realizó estudios de pintura y dibujo en el Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca, Morelos (IRBAC). Mientras estudiaba, colaboraba en el Taller de restauración «Restauro», actividad que realizó de 1970 a 1982.

En 1976 terminó su educación media superior y colaboró en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el Proyecto Restauración de Pintura de Caballete del Museo Regional de Guadalupe, Zacatecas.

En 1981 formó parte del equipo de Restauradores del Patrimonio Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Durante 1982 y 1983 impartió asesorías en técnicas pictóricas a los artistas plásticos. En el mismo 83 ingresó a la Subdirección de Control de Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda, donde formó parte del equipo de restauradores, actividad que concluyó en 1985.

En 1988, en estrecha colaboración con los pintores Jacobo Borges, Fernando Leal y el restaurador Manuel Serrano, desarrollaron investigaciones de técnicas pictóricas y dibujo.

En 1991 recibió la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) para artistas intelectuales. En 1992 viajó a Europa (Alemania, Italia, Francia) y a Estados Unidos, con el objetivo de confrontar sus experiencias pictóricas y estudiar de cerca la técnica de los viejos maestros de la pintura y de los artistas contemporáneos.

Otras exposiciones

El artista considera que lo han influenciado los antiguos maestros como Cosme Tura, El Caravaggio y José de Rivera, así como los pintores renacentistas y el mexicano David Alfaro Siqueiros.

Ha participado en más de 15 exposiciones colectivas entre las que destacan la que se montó en 1988 en la galería El Juglar, en la ciudad de México; en 1989, en la Galería de Artes Plásticas del INBA, cuya muestra tuvo por título: «Artistas en residencia».

El Fonca lo distinguió al otorgarle la beca para creadores e intelectuales, por la propuesta plástica «Meditación sobre el ruido».

En 1991 participó en el Palacio de las Bellas Artes, en Homenaje a Julio Cortázar; en 1992 en Monterrey, Nuevo León, en la muestra que organizó periódicamente la Cruz Roja Mexicana, y en la Galería Andrés Sieguel, en el Distrito Federal.

En 1993 expuso en el museo Carrillo Gil de la ciudad de México. En 1994 participó en la subasta a beneficio de la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística.

De 1995 a 2003 ha expuesto simultáneamente en la Galería Óscar Román en el Distrito Federal, y durante 1999, 2000 y 2001 en las subastas de pintura y escultura mexicana del «Grupo de los Dieciséis».

Ha realizado las siguientes exposiciones individuales:
• 1994 en la Galería Hakim Arte Actual, la serie de cuadros titulada «Meditación sobre el ruido».
• 1996 en la Galería Andrés Sieguel, bajo el título «El culto al cuerpo».
• 2001 «Reminiscencias» en el Centro Cultural José Martí.

Publicaciones

Rogelio Flores ha participado en un par de publicaciones, una en 1998, cuando fundó el grupo de «Los Absolutistas», con el poeta Eusebio Ruvalcaba, en donde participó como ilustrador. La primera de ellas en este mismo año y dos años después en la publicación Tibia y peroné de Rolando Rosas Galicia. Durante 2002, algunas de sus obras fueron publicadas en la revista Ciencias de la UNAM.

Dentro de sus planes está seguir pintando, pero sobre todo combinando esta disciplina con otras como la fotografía y el video, con la intención de acentuar el mensaje, es decir, la sensualidad, la fuerza y la tragedia de la existencia, no sólo humana sino en general.

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