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Tres historias, un fin de semana y una apuesta por el realismo en la cinta Amor en fin

El director Salvador Aguirre, acompañado del elenco, presentó ante los medios la película producida con el apoyo de Foprocine

Para el realizador Salvador Aguirre, las clases sociales en México coexisten, pero muchas veces no tienen ninguna relación ni contacto entre ellas, no obstante siguen líneas paralelas y se enfrentan a los mismos conflictos de edad, amor y desencanto, sin importar su posición económica.

“Pareciera que las clases sociales viven aisladas o que son mundos diferentes cada uno con sus necesidades, pero cada vez estoy más convencido que aún en esa desigualdad todos conforman sin saberlo un mismo México”, asegura el director de la cinta Amor en fin, protagonizada por Daniel Giménez Cacho, Adriana Barraza, Luis Ernesto Franco, Sophie Gómez, Juan Carlos Barreto y Paola Núñez.

En una charla ante los medios, el director celebró su regreso a la pantalla grande, después de una ausencia de casi ocho años, tras cosechar diversos éxitos con De ida y vuelta.

“La principal virtud de un director en los tiempos modernos es la necedad. Por muchos obstáculos que existan, por más penurias económicas, no se debe quitar el dedo del renglón. A veces las películas claman su propio espacio, su propia existencia, por eso hay que trabajar mucho para hacerlas realidad.”

Acompañado por las actrices y actores que integran el reparto, Aguirre afirmó que la cinta, realizada con el apoyo del Conaculta, a través del Imcine y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), se cuenta en tres historias, cada una independiente y a la vez conectada con las otras.

“Hay un ambiente muy particular en cada sección dramática, porque tienen como hilo conductor al estar ubicadas durante la víspera electoral del país, fenómeno que se vive de distinta forma en los diversos núcleos sociales.”

El director afirmó no estar interesado en contar la típica historia de enredos de pareja con ese tono “chistosito posmoderno”, tan de moda en los años recientes en el circuito cinematográfico latinoamericano.

“El título original de la cinta era Tres piezas de amor en un fin de semana, pero decidimos cambiarlo porque todos hablan del viernes, sábado y domingo como: el fin, nos vemos el fin…; no obstante, a medida que se desarrolla la trama, el público entenderá que además se trata de algo que alude al final de relaciones que por alguna razón se han vuelto destructivas.”

A través de secuencias que se van interconectando, se conocen las vidas de un grupo de amigos yuppies que deciden pasar el fin de semana en Acapulco, un ama de casa que vive la soledad por un marido y un hijo indiferente, al mismo tiempo una mujer decide salir de la pobreza en la que vive mediante una difícil decisión.

“Me interesó desde un principio apostar por el realismo, porque las historias tuvieran un eje comunicante, en este caso la elección presidencial que en cierta medida afecta los intereses de cualquier sector de la población sin importar si se es rico o pobre, todos se sienten como en el mismo barco durante esos días.”

Para el actor Juan Carlos Barreto los personajes de la cinta resultan a veces entrañables y en ocasiones difíciles, sobre todo en los aspectos que se refieren a la vida en pareja y las crisis por las que atraviesan muchas mujeres y hombres cuando sus matrimonios cumplen algunas décadas de vida y sus hijos crecen.

“Por ejemplo, en el caso de Adriana Barraza su personaje es una mujer que se ha vuelto invisible para su entorno, su esposo y su hijo, en ocasiones le quitan el poco dinero que gana y se ha convertido en una mera figura de comodidad que saca adelante el quehacer de la casa y no tiene ningún tipo de satisfacción.”

Dijo sentirse muy satisfecho con el tratamiento realista que el director mantuvo para todo el desarrollo dramático de la cinta, donde no existen las vueltas de tuerca hollywoodenses que convierten a todo en un cuento de hadas.

“Hay dolor, hay incertidumbre en los personajes, pero bien contado y con un vínculo humano muy profundo con el que muchas personas se sentirán identificadas.”

Por su parte la actriz francesa-mexicana Sophie Gómez, dijo que la cinta muestra las marcadas diferencias que existen tanto en el terreno social, como en los conflictos de pareja que se suscitan a determinada edad.

“No es lo mismo un ama de casa de la clase media que un grupo de personas que pasan el fin de semana en Acapulco en medio de infidelidades”, afirmó Gómez, quien dijo que existió un gran profesionalismo con el staff para las escenas eróticas que aparecen en la película.

Al mismo tiempo el joven actor Luis Ernesto Franco dijo que esta cinta muestra las profundas transformaciones del cine nacional en cuanto a las temáticas que aborda y la libertad que existe para desarrollar cualquier premisa.

“Aquí hay historias en las que todas las edades están presentes, así como sus búsquedas. Sin duda es un fiel retrato de la sociedad mexicana del siglo XXI.”

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