Cultura

Una ofrenda a Xochipilli en el Templo Mayor

Muestra conformada por 83 piezas descubiertas en 1978, en el Templo Rojo Sur del recinto ceremonial de Tenochtitlan

Fotos y texto: Nery Anaya

Exhiben en el Templo Mayor Una ofrenda a Xochipilli, entre luces canta y llega el sol
Exhiben en el Templo Mayor Una ofrenda a Xochipilli, entre luces canta y llega el sol

La imagen bélica y guerrera que se tiene en el mundo sobre las culturas prehispánicas mexicanas, siempre sobresale y deja fuera la cosmovisión mexica en la que también existía la adoración a casi todos los elementos de la naturaleza y que se expresaban a través de los cantos y la poesía. Xochipilli-Macuiixóchitl, dios de la fecundidad, el arte, la música y la alegría, es hoy motivo de una exposición que muestra la alegría y la esperanza, esa parte artística y poética, que nunca se toma en cuenta y que forman parte de la riqueza con la que contamos en México.

Así lo señaló la directora del Museo del Templo Mayor y curadora de la muestra, Patricia Ledesma Bouchan, quien presentó ante los medios de comunicación la exposición Una ofrenda a Xochipilli. Entre luces canta y llega el sol, que se exhibe desde el 6 de agosto en el área de exposiciones temporales del Museo del Templo Mayor.

La muestra está conformada por 83 piezas descubiertas en 1978, en el Templo Rojo Sur del recinto ceremonial de Tenochtitlan que contenía al momento de su hallazgo una gran cantidad de pigmento rojo de hematita, probablemente para simbolizar la sangre de los sacrificados que fertiliza la tierra y al Tamoanchan, el lugar de donde provenía Xochipilli. Este hallazgo fue denominado Ofrenda 78.

Se dice que en la época mesoamericana, para explicar el tránsito de la noche al día se pensaba que el sol moría todas las tardes para recorrer el mundo de los muertos, al tiempo que fertilizaba la tierra. Al amanecer renacía triunfante por el este, llenando de alegría y esperanza a esa civilización.

Patricia Ledesma Bouchan explicó que en varios poemas y crónicas a Xochipilli se le conoce como “el sol niño” o “el dueño del rojo crepúsculo”, el sol del amanecer. Y por ello, la característica principal de la Ofrenda 78 son las réplicas en miniatura de instrumentos musicales que fueron hallados, entre otros objetos, con tres cuchillos monumentales de aproximadamente un metro, que tienen en la faz la representación del rostro de Xochipilli.

Esta deidad representa al sol naciente, por lo cual se le denominaba señor del rojo crepúsculo para aludir al momento de transición entre la noche y el día, con el teñir de rojo del cielo. Además de la alegría, se le asociaba con la poesía, el arte, la procreación, el maíz tierno y el verano.

El color rojo de la ofrenda sugiere el Temoanchan, lugar donde mora Xochipilli y que de acuerdo con las crónicas, todos los días recibía al sol con una plegaria y música, celebrando su triunfo sobre las tinieblas, de ahí el cielo rojo cuando amanecía y atardecía, comentó la directora del recinto sede de la exposición.

La exhibición está dividida en cuatro subtemas: “La ofrenda en el contexto mesoamericano”, “La lucha solar”, “El culto al dios Xochipilli-Macuilxóchitl” y “La protección del patrimonio cultural tangible e intangible”. En ellos se observa gran parte del depósito ritual hallado por la arqueóloga Mercedes Gómez Mont, catalogado como único, debido a la diversidad de sus materiales, su cantidad y distribución.

En la muestra figuran piezas como minúsculos tambores, flautas, sonajas, mangos de abanico, ollas-tambor y cascabeles de cobre, entre otros instrumentos que se plasmaron en los códices durante fiestas y bailes nahuas.

La exposición es presentada por poemas nahuas referentes a este dios y su particular concepto sobre el amanecer. “Queremos mostrar una faceta poco conocida de un pueblo catalogado como guerrero, que podía expresar con un exquisito estilo artístico el júbilo y la esperanza del nuevo día. Crónicas novohispanas relatan que los nahuas saludaban, todos los días, al astro matinal; le ofrecían una plegaria y música”, aseguró Ledesma Bouchan.

En el marco de esta exhibición, a partir del 8 de agosto se llevará a cabo un ciclo de conferencias los sábados del mes, a las 10:00 horas, donde investigadores ahondarán en el tema. La exposición permanece en el Museo del Templo Mayor, ubicado en Seminario 8, Centro Histórico, de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas. El costo de entrada es de 64 pesos. Los domingos la entrada es libre y existen descuentos para estudiantes, maestros y personas con credencial del INAPAM.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS