La decisión tomada por el COI salva un escollo preocupante para su porvenir: la falta de ciudades interesadas en ser sede olímpica
Protocolo/Redacción
Por unanimidad, la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI) ratificó un acuerdo con las dos ciudades que se repartirán las sedes olímpicas que seguirán a la edición de Tokio 2020. “Histórica”, “única”, “ganadora para todos”… fue como se calificó la decisión sin precedentes de conceder dos Juegos a la vez, uno de ellos con once años de anticipación.
Sin rivales ni campañas más que favor de sí mismas, las candidaturas de París y Los Ángeles se presentaron ante el COI con el orgullo de las ganadoras, pues al COI no le quedaba más remedio que contar con sus dos únicas cómplices.
El presidente del COI, el alemán Thomas Bach, desde un principio se mostró a favor del acuerdo tripartito: “Va a cambiar el curso de nuestro futuro”, afirmó antes del voto. “Dos grandes ciudades de dos grandes países con una gran tradición olímpica”, resumió. “Es difícil imaginar una situación mejor”, dijo. La doble adjudicación “asegura la estabilidad de los atletas del mundo para los próximos once años”.
Lo cierto es que el COI ideó esta solución insólita al encontrarse solo con dos ciudades interesadas en los Juegos de 2024. Convenció entonces —con argumentos y dinero— a Los Ángeles de posponer su proyecto hasta 2028 y redondeó así la jugada.
El suizo Patrick Baumann, presidente del comité evaluador de las ciudades candidatas, se esforzó antes del voto en garantizar que las promesas formuladas por Los Ángeles cuando era candidata a los Juegos de 2024 se mantendrán para cuatro años después.
“Tenemos cartas de apoyo del gobierno federal, del Senado, del estado de California, del ayuntamiento… El plan maestro se mantiene, con el 97 por ciento de las instalaciones ya existentes o en vías de estarlo”, repasó. Los Ángeles tiene garantizados dos mil millones de dólares en concepto de derechos de mercadotecnia y televisión. “Ambas candidaturas son de bajo riesgo y alta recompensa”, resumió.
París hizo ante el congreso una presentación con tanta fuerza como si no fuera candidata única. Desde el presidente de la República, Emmanuel Macron, que intervino por video para asegurar el compromiso de todo el país, hasta la atleta paralímpica Nantenin Keita, que reivindicó la diferencia, todo el equipo se esforzó por llegar al corazón del olimpismo y ganarse por cariño un voto que ya tenía asegurado.
“El mundo de hoy debe defender los valores del olimpismo. Valen la pena para encontrar una sociedad más inclusiva y sostenible. Sé que compartimos estos valores con Los Ángeles, me siento orgulloso de lo que hemos compartido. Gracias por la confianza”, dijo Macron.
Los Ángeles apostó por redefinir los Juegos Olímpicos gracias a los once años que tendrá para prepararlos. Bajo el lema “Sigue al sol”, animó al movimiento olímpico a mirar hacia el futuro.
Tras ratificar el acuerdo y firmar los respectivos contratos, el COI abre hoy una nueva etapa con una misión inesperada: volver a ilusionar a ciudades de todo el mundo para que quieran ser olímpicas. Su Agenda 2020 de reformas encaminadas a hacer los Juegos más baratos y sostenibles es una buena herramienta, pero a media aplicación, se ha demostrado poco convincente.
