Economía

La relocalización de manufactura representa una oportunidad para el país de más de 35 mil millones de dólares

Pulsar, empresa de tecnología que trabaja con más de 50 plantas industriales del país, reporta que a través de la digitalización y monitoreo de procesos se puede aumentar entre 10 y 40 % la productividad de una planta y responder a esta oportunidad

Ciudad de México, 18 de octubre de 2022.— El nearshoring o “relocalización” de las plantas de producción representa un aumento en la demanda de productos fabricados en México, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el 79 por ciento de las empresas manufactureras estadounidenses en China han comenzado o tienen entre sus planes reubicar parte de su operación en Norteamérica. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcula que este fenómeno representa una oportunidad de 35 mil millones de dólares en nuevas exportaciones para nuestro país.

De acuerdo con Pulsar, empresa de tecnología 4.0 para la industria manufacturera, la digitalización y monitoreo de procesos en las plantas es una primera medida para responder a este incremento, ya que permite aumentar la productividad de la base instalada entre un 10 y un 40 por ciento en solo unos meses.

La pandemia por covid-19, los conflictos bélicos y los cambios geopolíticos pusieron gran tensión en las cadenas de suministro, especialmente las ligadas con Asia. Por muchos años, esta región, que llegó a conocerse como la gran fábrica del mundo, representaba una oportunidad de eliminar redundancias, disminuir costos y promover una mayor eficiencia. Sin embargo, durante la última década, los costos han aumentado, y el contexto de la crisis sanitaria puso en evidencia que las cadenas actuales son poco flexibles y que, en situaciones de incertidumbre, se han hecho poco eficaces.

La relocalización, o traer geográficamente más cerca su operación, es la respuesta de grandes empresas para diseñar cadenas de suministro más resilientes, resistentes y rentables. De acuerdo con el BID, el nearshoring representa una gran oportunidad para la exportación de bienes, ubicando a México en el cuarto lugar de los países beneficiados por este proceso a escala mundial.

Esta oportunidad se relaciona directamente con Estados Unidos, el mayor importador del mundo, que tiene en México uno de sus principales socios comerciales. Nuestro país se coloca en una posición muy favorable para recibir inversión en nuevas fábricas y también mayores pedidos a las fábricas locales gracias a su cercanía geográfica, el T-MEC que protege las cadenas productivas, el alto nivel de calidad de la manufactura mexicana, plazos de entrega más cortos y un costo globalmente competitivo (el menor de América del Norte).

“Para responder a esta demanda histórica, las fábricas mexicanas realizarán alianzas comerciales e invertirán en maquinaria o incluso en nuevas plantas. Mientras eso sucede, es importante aumentar su productividad y hacer más eficiente el uso de sus recursos actuales, esto se puede lograr con tecnología rápida de implementar”, comentó Matías Castillo, CEO de Pulsar.

Las fábricas tradicionales son espacios donde habilitar tecnología puede ser complejo y costoso. Una gran variedad de procesos operando, la convivencia de máquinas antiguas y nuevas, y ambientes rudos de trabajo dificultan su implementación. Adicional a ello, los registros de operación suelen ser manuales, por lo que se vuelven propensos a errores y con una capacidad muy limitada de reacción.

La implementación de tecnología puede ser un proceso abrumador, existe un amplio abanico de opciones y tecnologías en el mercado, pero comúnmente requieren de una alta inversión y largos tiempo de implementación. “Un factor de riesgo es querer abarcar mucho desde un inicio, hay que partir por entender la operación de la planta y cuáles son los principales problemas productivos. Con ello se pueden mejorar los procesos operacionales, aprovechar la capacidad de las máquinas que ya existen y por lo tanto la productividad”, señaló Carlos Tamez, Head of Growth & Strategy de Pulsar.

Pulsar, que combina la tecnología de sensores inteligentes con algoritmos de aprendizaje automático para monitorear todo tipo de máquina industrial en tiempo real, indica que la digitalización de los procesos manuales permite usar datos fidedignos y contar con un sistema de monitoreo que ayuda a mejorar la productividad de una fábrica entre 10 y 40 por ciento. Adicionalmente, el análisis de esta información a lo largo del tiempo identifica dónde están las mayores pérdidas productivas, para así poder desarrollar planes estratégicos de mejora continua.

“La industria de la manufactura mexicana vive un gran momento de oportunidad, y el fenómeno de relocalización seguirá creciendo. Proyectos logísticos como el corredor T-MEC y el Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec impulsarán todavía más la ventaja comparativa que tiene México por su ubicación geográfica y su calidad de manufactura. La data para aumentar productividad inmediata es crucial, y la información para tomar decisiones hacia los próximos años es decisiva para mantenerse competitivos” finalizó Castillo.

Actualmente la tecnología de Pulsar se encuentra monitoreando más de 900 máquinas, en 50 fábricas de más de 12 industrias diferentes en México y en el siguiente año ampliarán operaciones a Estados Unidos. Cuenta con el apoyo de reconocidos inversionistas a escala global como Global Founders Capital, Picus Capital, Wollef, Kayyak Ventures y el fondo Stanford 20|20.

Fotografía: Pulsar

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