El también decano del cuerpo diplomático recibió la tradicional charola de plata firmada por sus colegas embajadores
Texto y fotos: Jacqueline Jiménez Martínez
Valery Morozov, embajador de Rusia y decano del cuerpo diplomático |
En esta ocasión, tocó el turno a Valery Morozov, embajador de Rusia en México, para despedirse de colegas, amigos y compatriotas, y lo hizo en grande, en un ambiente lleno de nostalgia, palabras de aliento y buenos deseos. Dicho acto tuvo lugar el pasado 5 de diciembre en la sede de la embajada rusa.
Valery Morozov, también decano del cuerpo diplomático acreditado en México, recibió la tradicional charola de plata firmada por sus colegas embajadores de manos de Jirí Havlik, embajador de la República Checa, quien fue el encargado de hacer una semblanza del diplomático, en donde mencionó que estuvo 12 años en México, la primera vez en los años setenta y después a partir de 2005 y hasta la fecha como embajador de su país.
A su vez, Havlik lo definió como un hombre con una gran experiencia en la diplomacia multilateral, miembro de la Unión de Periodistas de Rusia y experto sobre los asuntos latinoamericanos. “No sólo es un excelente diplomático, sino que siempre fue un buen amigo y un apreciado decano”, aseveró.
También le dirigió unas palabras un compatriota, en nombre de la comunidad rusa radicada en México, en donde le expresó su cariño y reconocimiento; “para nosotros, hoy es bastante triste y oscuro, porque regresa un gran diplomático, nuestro líder y gran amigo, que ha apoyado a nuestra comunidad desde su llegada, momento en que se abrieron las puertas de la embajada a muchos patriotas”, afirmó, y reconoció que sin él no habría sido posible haber unido a la comunidad en una asociación en tan poco tiempo. “Gracias por su dedicación, amistad, paciencia y tolerancia, así como por su labor altruista, siempre contará con nosotros”, dijo.
Por su parte, el embajador Morozov expresó su profundo reconocimiento a todos sus amigos mexicanos, y agradeció el que le hayan otorgado la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca, la máxima condecoración a extranjeros en México.
Asimismo, comentó que durante los más de siete años que estuvo en México, pasaron muchos eventos de gran trascendencia, como el que en 2010 se haya conmemorado los 120 años del establecimiento de las relaciones formales entre ambas naciones.
“Hablar de México, es hablar de muchos sentimientos, pues tiene muchas cosas para aportar al mundo: su historia, su cultura, sus colores, sabores, costumbres, y su música, pero sobre todo su gente y sus valores, como la cordialidad y la honestidad”, compartió, sin olvidar hacer mención del vasto talento con el que cuentan y calificar al país como “un lugar excepcional para viajar”, que lo ha llenado de buenos recuerdos.
Finalmente agradeció a la cancillería, a sus colegas del cuerpo diplomático y al personal administrativo de la embajada, y de acuerdo con su experiencia, aseguró que las relaciones entre México y Rusia seguirán siendo fructíferas en diversos ámbitos.
Revista Protocolo