Agrada a diplomático saharaui la intención de Francisco de crear relaciones de paz, justicia y bienestar entre naciones y religiones
Texto y foto: Luis Felipe Hernández Beltrán
La población católica en la República Árabe Saharaui es minoritaria, se desconoce el número de creyentes pero es seguro que no pasa de un 5 por ciento. La mayoría de los feligreses saharauis que adoptaron al catolicismo como su religión, lo hicieron al casarse con españoles, país que conquistó a la nación árabe en el siglo XIX.
Desde su independencia en 1976, este pequeño país del continente africano, nunca ha sido visitado por ninguno de los papas, pero la minoría católica no es un obstáculo para que esto suceda, al contrario, es un país que goza de tener una pluralidad y respeto religioso, como lo afirma Ahmed Mulay Ali Hamadi, encargado de Negocios, A.I. de la Embajada de la República Árabe Saharaui en México.
Y en ese mismo tono de respeto, el diplomático se expresa así de la visita que el papa Francisco realizará a México del 12 al 17 de febrero: “El Papa es una persona con una importancia global, es una persona que tiene influencia en todo el mundo y está intentando crear relaciones que llevan a la paz, justicia y el bienestar entre naciones y religiones.
“La visita a México va a ser muy importante en el sentido de que hace renacer a la gente, hace revivir esa visión de humanidad, esa visión de tranquilidad, esa forma de pensar en Dios, de amar al prójimo y eso ayuda mucho a la gente a ser más feliz, más humilde y solidaria; y eso traerá paz y justicia al pueblo de México.”
La República Árabe Saharaui cuenta con una prefectura apostólica desde 1954, desde entonces depende del Vaticano y su dirigente, el prefecto apostólico, es designado por el Papa en turno; actualmente, el cargo lo ocupa el sacerdote Mario León Dorado, nombrado en junio de 2013 por Su Santidad, Francisco.
La iglesia del puerto de Aaiún, está considerada como una belleza arquitectónica de toda la República Árabe Saharaui, de la cual, según quienes la han visitado, católicos y no católicos, coinciden en que es un “pecado” el no acudir a ella y disfrutar de su fachada y el gran mural que tiene en su interior con la imagen de Jesucristo y los cuatro evangelistas.
Revista Protocolo
