Embajadas

Fiesta nacional de EEUU y el muro ocurrente de la prensa mexicana

Asegura diplomática que la reforma energética del gobierno mexicano fortalecerá la seguridad en América del Norte

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©

Roberta S. Jacobson, embajadora de EEUU, al momento de su discurso; al fondo, su esposo, Jonathan Jacobson. Revista Protocolo Copyright©
Roberta S. Jacobson, embajadora de EEUU, al momento de su discurso; al fondo, su esposo, Jonathan Jacobson. Revista Protocolo Copyright©

“¡Nosotros fuimos las primeras víctimas del muro!”, bromeaban representantes de los medios de comunicación, quienes dentro de la biblioteca de la residencia de Roberta S. Jacobson, embajadora de Estados Unidos (EEUU) en México, eran separados del resto de los invitados a la fiesta por el 241 aniversario de la independencia del vecino país del norte.

El apartamiento de la prensa provocó aún más la curiosidad entre los periodistas sobre el discurso que la diplomática Jacobson daría, y más ante un clima de tensión desde la llegada del presidente Donald Trump al poder y todas las diferencias que ha habido con el gobierno mexicano.

Una vez instalados en la zona para comunicadores al momento de los actos protocolarios, el discurso de la embajadora inició con un comentario que generó risas de la concurrencia: “El año pasado, cuando celebramos esta fiesta, estaba yo casi recién llegada. Todavía traía vestigios de mi acento argentino y aún no sabía la diferencia entre un tequila reposado y un añejo. Y ahora lo sé.”

Y después de ello, el tema que todos los asistentes esperaban: la postura de la principal representante del gobierno estadounidense en México sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): “En los últimos meses hemos vivido momentos francamente difíciles y al mismo tiempo, hemos sido testigos de la madurez, solidez y diversidad de nuestra relación bilateral. Esta relación es sólida porque se cierne sobre decenas de pilares que la sostienen en momentos difíciles. Nuestros gobiernos también han ayudado a sostener y hacer más fuerte la relación entre los dos países.

“Por ejemplo, ambos países trabajaban juntos con Canadá, hace más de dos décadas, para construir el TLCAN, este acuerdo ha beneficiado a los tres países al expandir nuestro comercio, integrar nuestras economías, y hacer de América del Norte la región más competitiva del mundo. Damos la bienvenida a la disposición del gobierno de México de renegociar y modernizar el acuerdo para mantener a nuestra región competitiva en la economía dinámica del siglo XXI.”

Después de enumerar encuentros con políticos, activistas sociales, directivos de instituciones académicas y los logros generados de estos, Jacobson hizo un reconocimiento a México que fue interrumpido por aplausos: “Lo dije antes y lo repito, los EEUU no podrían ser más afortunados de tener un vecino como México que ha dado pasos impresionantes para modernizar y abrir su economía a nuevas inversiones, innovación y tecnologías mediante las muchas reformas económicas que se han implementado en años recientes. La reforma energética, por nombrar una, ha resultado en 49 contratos con empresas extranjeras y locales que han comprometido 57 mil millones de dólares en nuevas inversiones para los próximos años. Estos proyectos aumentarán la producción energética, incrementarán la competencia en el sector, beneficiarán a los consumidores y fortalecerán la seguridad energética en América del Norte.

“México también, me enorgullece decir, ha tomado cada vez un papel de mayor liderazgo en la escena internacional, no solo acaba de ser anfitrión de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, sino que México ha tenido una voz firme para demandar derechos humanos y denunciar el deterioro democrático en Venezuela; asimismo, no se ha callado ante las atrocidades en Siria o la imprudencia de Corea del Norte.”

Al finalizar, Jacobson, en compañía de su esposo Jonathan, realizó el tradicional brindis con tequila, pero a pesar de que minutos antes presumió su sapiencia sobre esta bebida mexicana, ya no indicó si este era añejo o reposado, y continuó para convivir con sus más de 300 invitados.

Los periodistas regresaron al área privada para ellos: “Volvimos al otro lado del muro”, vacilaban; y una vez afuera de la residencia, siguieron los comentarios humorísticos: “ya ven, nos han repatriado, y eso que sí llevábamos pasaporte”. La fiesta en el interior de la mansión continuó con música y alimentos patrocinados por importantes empresas estadounidenses.

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